15 mayo, 2007

Contando chismes

Buscando un antiguo documento que escribí en WordPerfect 5.1, empecé a encontrar un montón de recuerdos bastante agradables: textos que escribí en el instituto, en la escuela, chistes, tonterías, trabajos, preparación de exámenes...

Un día se ve que me puse a transcribir un cotilleo que me iba contando un amigo algo "marujo", y aprovechando que unos 8-9 años después tengo una bitácora y que supongo que el cotilleo habrá prescrito, pues hala, aquí que lo pongo (trata de una chica llamada Luci):

"...fue al banco y entonces como había ¡chh!, como había allí gente pues dejaron grasa en el mostrador, y ella cogió una cubeta para limpiar la mancha, y entonces puso mal la cubeta y ¡plaff!, se le cayó en el tinglao la cubeta, y se asustó al pensar que habría roto un ordenador o algo con el agua, y entonces ¡chpch!, el director le dijo que no pasaba na, que se arreglaría, y cuando fue donde daba clases se puso a dar clases y a los cinco minutos se cae una mujer y dice ¡ay ay ay! y sale y ve a una mujer toa chorreando sangre ¡ay ay ay! y llama a la vecina, a Trini, a las vecinas, pero nadie está, pero el de la gestoría no la puede llevar, pero al final la lleva. Después llega el pastelero, y duro golpe para ella, porque la tarta no estará hasta dos días después del cumpleaños, pasó otra cosa pero no me acuerdo ¡ahhh! no me acuerdo, yastá."

Así, de camino aprovecho para acordarme del amigo que me contó el cotilleo,
ya que creo que es la única persona que no me habla (y ya van más de 5 años).
Quizá el silencio sea para siempre, pero nunca se sabe, pues arrieros somos...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jope! Para ser un chismorreo escrito con 16 años tiene poca coherencia... A saber quien te lo contó, yo no fui... porque hace menos de cinco años que he hablado contigo :p

Javi dijo...

Jeje, la gracia es que no tiene mucha coherencia, pero ahora al cabo del tiempo, menos aún. Era sólo intentando transcribir lo más exactamente posible lo que el sujeto me iba contando... está claro que es difícil. Imagina transcribir a una maruja de verdad, ¡a la velocidad que hablan!