08 marzo, 2009

La efectividad de las campañas de concienciación

Hace unos días participé en una de las típicas "encerronas" de grupo que se hacen en las entrevistas de trabajo. Nos pusimos todos en círculo. Se trataba de elegir las más apropiadas de entre una serie de medidas para acabar con la violencia en el fútbol. Cada uno elegía el orden de prioridad que creía mejor para las medidas y luego se debatía entre todos para intentar llegar a un acuerdo del orden de prioridad (acuerdo imposible por definición).

Lo que me chocó fue que la medida más importante para la mayoría eran las campañas informativas de concienciación contra la violencia. Según ellos, por un lado eso haría que los niños en el futuro no provocaran violencia (no estoy de acuerdo, porque los niños aprenderían la violencia por otros modos) y por otro concienciarían a los ya violentos (yo creo que tampoco evitarían que los que ya son violentos dejen de serlo, ya que, de hecho, podemos verlo en las campañas informativas sobre drogas, violencia de género, accidentes de tráfico, etc... que realmente no han conseguido muchos resultados).

Me pareció curioso que sólo la cuarta parte de la gente propusiera como mejor medida poner elevadas sanciones económicas a los violentos o vetarles la entrada a los recintos deportivos. Siguiendo el mismo ejemplo anterior, cuando han elevado las penas y sanciones, y se ha implantado el carné por puntos, al fin sí ha empezado a bajar el número de accidentes de tráfico...

Mi conclusión personal, que para eso es mi blog, sería que me parece que estamos llegando a un punto donde la "cultura de Bambi" (como fue conocido Zapatero hace tiempo), de los "mundos de Yupi", del talante, de las campañas informativas, del "hagamos un anuncio chulo para que así los jóvenes se pongan condón", del idealismo, etc... está calando demasiado, cegándonos y haciéndonos perder el rumbo, pensando que podemos arreglar las cosas dando palmaditas en la espalda y concienciando mediante anuncios (si a Coca-Cola le vale para manipularnos y hacernos que la bebamos, ¿por qué a nosotros no?, pensarán).

Creo que las campañas informativas son una medida necesaria y muy útil, pero el marketing, la publicidad y este tipo de cosas tienen que servir como complemento a otras actuaciones más directas que vayan contra la raíz del problema, y no servir como la principal solución.

Incluso algún creador de viñetas podría hacer algo del tipo:
Persona A-> Tenemos un problema en la empresa: la gente hace sus necesidades fuera del váter...
Persona B-> Ya tengo la solución, hagamos una campaña publicitaria informativa.

¿Qué creéis que solucionará el tema, poner carteles por las oficinas informando sobre lo malo que es para la empresa que se meen-caguen fuera, o sancionar directamente a los que lo hagan? Lo dicho, yo creo que esperar que con una simple campaña informativa la gente cambie es demasiado idealista, cándido y hasta temerario. A los de la viñeta yo les pondría algún tipo de sanción (que cuál, ya lo dejo a debates posteriores), y luego además si nos apetece, podríamos reforzarlo con una campaña publicitaria, pero siempre después de alguna medida correctora previa.

En todo caso, si sólo se pudiera elegir una, yo optaría por la corrección con sanciones, antes que por la prevención con campañas (como todo, opinable).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que tienes toda la razon en que solo decir que algo es malo no sirve para nada. En ese sentido la sanción es más efectiva. De todas maneras no me gusta la sación como medida general, creo que hay que pensar en las causas del comportamiento incorrecto y despúes tomar medidas.

Anónimo dijo...

El otro dia hice una reflexión acerca de otro tema... pero me vale para esto, es el miedo al gran hermano, sobre la vigilancia, pero la vigilancia hace que nos comportemos correctamente. ¿Qué pasaría si los radares en las carreteras fueran uno si y otro no de pega pero la gente no lo supiese? Evidentemente no estoy muy de acuerdo contigo... las campañas de tráfico de poco han valido, los radares tampoco... habrá que buscar una solución más efectiva aún (lo de los radares de pega no es una mala idea)