19 agosto, 2011

A qué hubiera llegado un profesional siendo yo

Muchas veces escuchamos frases como: "Que desaprovechado está, podía haber llegado mucho más lejos" o "para las circunstancias que tuvo, supo manejar la situación y llegar a lo más alto" o "si yo fuera tú, haría tal cosa".

Así, cuando nacemos se nos crea automáticamente un escenario, unos parámetros, unas constantes, unas variables y un tiempo finito en el que jugar con ellas. Cada persona, a lo largo de la historia, dependiendo de la época en que nació, del lugar, de sus parámetros de salud, sus genes, de sus parámetros familiares y de entorno, y sobre todo de las cualidades innatas que tenga, ha podido conseguir una "puntuación" mejor o peor en este juego de la vida.

Y se me ocurre pensar: ¿a qué hubiera llegado un profesional siendo yo, con mis circunstancias?, ¿qué puntuación hubiera podido conseguir y que "pantallas" habría visitado un experto jugador si hubiera jugado mi "partida" en vez de yo?

De hecho, también se me ocurre pensar: ¿qué hubiera podido conseguir yo, o a dónde hubiera podido llegar si me hubieran dejado los mandos al principio de la "partida" de Bill Gates, Arantxa Sánchez Vicario, Desmond Tutu, Publio Cornelio Escipión Emiliano, Parménides o un somalí aquejado de malaria casi desde su nacimiento?



Y realmente me surgen más y más interrogantes, por lo que este post corre el riesgo de dejar demasiadas incógnitas abiertas. Otra opción sería la de aventurarme a hacer pronósticos, pero eso ya se demostró otras veces que no es lo mío (salvo cuando lo es, claro); pronósticos respondiendo a mis preguntas, pero sin ningún análisis ni base para realizarlos.

Ahí van algunas: ¿habría llegado a ser Bill Gates rico de haber nacido en el Zaire?, ¿y en una familia de Teruel? ¿Y si yo hubiera nacido siendo Bill Gates habría conseguido lo que él? ¿Y si yo hubiera nacido Alberto Contador?

Pues, personalmente, creo que las circunstancias habrían sido demasiado distintas desde el principio. A lo mejor yo no hubiera tenido el arrojo de Bill Gates para comprar a su competencia, o la perseverancia de Contador para entrenar y sobreponerse a graves accidentes, o ni siquiera me hubieran regalado un raqueta como a Juan Carlos Ferrero, porque a lo mejor parecía preferir un balón. Quién sabe.

Ese es el problema muchas veces cuando hablamos de la suerte de estos tipos que parecen tener una flor en salva sea la parte, que les beneficia siempre, contra viento y marea, y que les ha hecho llegar hasta aquí. ¿Habríamos conseguido lo mismo siendo ellos? Lo dudo, e igualmente envidiaríamos a otro, quizá porque al funcionar esta máquina de cambios, nosotros podríamos ser un afortunado, pero entonces a lo mejor Bogarde habría nacido con las circunstancias de Maradona y no se habría acabado drogando, o Michael Jordan habría nacido dentro de Pau Gasol y de tanto saltar se habría destrozado las rodillas a los 25 años, no llegando España a ser campeona mundial, y quizá si Mubarak hubiera nacido en un egipcio y un egipcio en Mubarak, ahora Egipto sería democrático, y Mubarak tendría un kebab en Amiens.


En fin, y para terminar, intentaré contestar las primeras dudas que me planteé:


-Pues sí, quizá un profesional siendo yo hubiera tomado un camino diferente, habría acabado viviendo en Finlandia como Ingeniero Químico en una planta de Oulu, con una novia cordobesa a la que apenas veo, e incluso habría acabado muriendo en una explosión en 2010. Quizá un profesional siendo yo habría dicho sí a determinadas oportunidades, y ahora sería pianista, o un jugador famoso de tenis, o un funcionario, o un policía, o incluso un vividor o un agricultor. Quién sabe.

-Y quizá yo, si pudiera jugar la partida del hijo de Emilio Botín, agrandaría aún más su fortuna. Y quizá yo, si pudiera jugar la partida de Zapatero no habría llegado jamás ni a concejal. Y quizá yo, si hubiera podido jugar la partida del señor Wojtyla, no sería ni cura...

Quién sabe qué, y ojalá existiera una máquina que nos pudiera decir exactamente cuáles serían las mejores puntuaciones posibles que se podrían obtener en nuestra partida, con nuestras circunstancias, sería divertido. Y quizá nos diéramos cuenta de lo cruda que es la vida y sus circunstancias, y de lo abocados que estamos a veces a un final casi obligado.

En todo caso, señores, señoras, esta es vuestra partida, cuidado, no os caigáis al precipicio, tened paciencia al saltar, cuidado con los pinchos... y simplemente jugad, seguid aumentando la puntuación. Cuando todo termine, quizá podáis poner nombre, con vuestras iniciales, allí en el olimpo de los dioses, de los mejores de la historia, mientras la cuenta atrás continúa inexorable, 10, 9, 8... y el Game Over asoma siniestro, 7, 6, 5, 4... Bah, no da tiempo: AAA ,3,2,1... ¿Quién será AAA que tiene siempre las mejores puntuaciones, Dios quizá?

En fin, otra pregunta más, ¿a qué hubiera llegado el propio AAA si hubiera podido jugar mi partida?...

4 comentarios:

Jesús dijo...

Que curioso post, justo ahora que voy a dar un salto al vacío y dejar mi trabajo para ser profe de matemáticas!!!! Nunca sabremos que habríamos vivido de ser otro, lo podríamos haber hecho mejor o peor, pero seguro de forma diferente, en realidad lo importante es si estamos jugando nuestra partida de la mejor manera y en eso deberíamos centrarnos...

Javi dijo...

Uf, buen salto al vacío ese. Es sólo que has matado al monstruo y has pasado al tercer mundo del videojuego ;) Seguro que te irá muy bien.

Y buen consejo lo de centrarnos en jugar nuestra partida de la mejor manera, porque la verdad es que nunca tendremos otra.

¡Mucha suerte!

Elvijarrico2 dijo...

Mire Vd.Sr.Javi, déjese de tonterias y no le dé más vueltas al pasado y a los porcentajes de probabilidad de lo que Vd. podía o no haber sido, o alrededor de donde podría estar antes, ahora o después. La vida no es más que una inmensa partida de ajedrez en la que uno lucha contra sí mismo, contra sus pensamientos negativos, sus limitaciones mentales y contra las circunstancias. Tengo que advertirle, para que no se haga ILUsiones, de que todos acabamos antes o después perdiendo esa partida, pero que hay que intentar alargarla si lo desea, lo más que pueda, y llenarla de arte, magia o miseria, depende también de uno mismo. En todo caso, y es el consejo que me atrevo a darle, es que JAMÁS se arrepienta de los pasos que haya decidido dar; además, que nunca se arrepienta de saber rectificar los errores que vaya cometiendo; y por último, que no se deje llevar por las circunstancias, que no se lleve la marea, que no se apoque, que discuta y pelee las jugadas, que no hay mayor pena en la vida (aparte de lo del ciego de Granada) que pasado el tiempo uno se arrepienta de haber dado un paso adelante, QUE LAS PEORES DECISIONES QUE UNO TOMA EN LA VIDA SON LAS QUE NO TOMA.
Un saludo desde la otra parte de su tablero......
Efectivamente, soy Vd. mismo, su propio contrincante.

Javi dijo...

Elvijarrico2: Efectivamente, nadie había dicho que el videojuego que yo puedo estar jugando no sea el "Chessmaster" o similar.

En todo caso, nadie sabe el videojuego que está jugando, así que queda para la imaginación del jugador. Alguno puede que piense que está jugando el Trackanfield y piense que la vida es ganar medallas, otro el Top Gun y piense que la vida es volar y volar, otro el PCFútbol, y se crea Florentino Pérez (este derecho al Neveral, claro), y otro el Ufouria, y piense que lo mejor son los amigos que con él están jugando esa partida...

En fin, gracias por tus sabios consejos, que lo son.