24 noviembre, 2012

Huelva y alrededores, lo que quizá fuera Tartessos

Aunque probablemente nunca se sepa, muchos dicen que en esos lugares se fraguó una de esas antiguas y míticas civilizaciones, nombrada por los griegos como Tartessos, pero eso es otra historia...

Huelva es sus marismas, Huelva es límite y frontera, Huelva tiene una ría donde la morena mía moja su mata de pelo, Huelva es la naturaleza de sus parques nacionales, la historia de sus pequeños pueblos y aldeas, el polvo del camino, la puerta hacia Portugal, hacia el descubrimiento, el Guadiana y el Guadalquivir.


Iglesia de la Concepción, y Marisma de Huelva

Huelva es la ciudad andaluza más olvidada, la que seguramente tiene menos patrimonio al que merezca la pena ir a visitar expresamente, pero haciendo un paquete con algunos de sus pueblos cercanos y los no tan cercanos, su provincia no tiene nada que envidiar a ninguna otra en Andalucía.

De la capital podemos destacar su pasado minero, del que nos ha quedado su precioso muelle embarcadero, donde muchas personas van a pescar, muchas parejas a pasear, y donde recomiendo ver su romántica puesta de sol sobre el río Odiel. También hay que destacar su pasado fenicio, íbero o romano, pero teniendo en cuenta que siempre fue un pequeño pueblo que no despegó hasta la llegada de los ingleses, que han dejado su huella por bastantes lugares.


Embarcadero sobre la Ría del Odiel y Puesta de sol romántica sobre el embarcadero

Cerca encontramos Palos de la Frontera, con su Monasterio de la Rábida o la Iglesia de San Jorge, lugares colombinos, desde donde partió una gran aventura, quizá la mayor de la historia de la Humanidad, hasta el descubrimiento del Nuevo Mundo (allí iba Cristóbal Colón, claro, y los Hermanos Pinzón, onubenses). También al lado, en la cuenca izquierda del Tinto está Moguer, cuna de Juan Ramón Jiménez, y pueblo blanco que merece la pena visitar. Cartaya, Lepe, Ayamonte... también quedan en la margen derecha del Odiel. Por el norte, la sierra de Aracena, la comarca del Condado, y muchos lugares que merecen mucho la pena.


Iglesia de Moguer, con su Torre parecida a la Giralda. E Iglesia de San Jorge, en Palos de la Frontera.


Monumento a Colón, junto al Monasterio de La Rábida

Por el sureste de la provincia, la magia de las marismas de Doñana, y también de ese lugar tan reconocido como es El Rocío, con su virgen vestida de pastora y esa encarnación de la globalización y la mercadotecnia que son los lugares cercanos a la aldea almonteña.

Huelva es su gente, sus chocos, su pescaíto, su polo químico, su puerto interior y el exterior, su barrio inglés, y por supuesto otras cosas como Fórmula 30, la única radio que en mi coche hace que salga el título de las canciones, y de la que disfrutamos tanto; y también la Cervecería Bonilla, en la que pudimos comer tan bien como en el mejor lugar de tapas de Granada, y sorprendentemente por el mismo precio (servidos por una chica a la que podríamos llamar X, pero que llamaré "la pescadera"). También playas, claro, paraísos, Matalascañas, La Antilla, Isla Canela, Mazagón o Punta Umbría, con su oleaje atlántico y sus subidas y bajadas de marea.

Sí, como todos los lugares, también Huelva tiene muchos que ofrecernos, pero como digo siempre, los viajes no los hacen los monumentos, ni la belleza paisajística, ni mucho menos, los mejores viajes los hacen las personas con las que vas. ¡Gracias por tu compañía MM!

2 comentarios:

MM dijo...

A tí por elegirme para ser tu compañera de viaje ;)

Javi dijo...

MM: Bueno, te espero para ese viaje de 6 en furgoneta hippie que tenemos pendiente... jeje