11 febrero, 2014

Funcionarios vagos, nada nuevo bajo la lluvia...

La verdad es que ya no sé de qué me sorprendo, y la verdad es que no dejarán de sorprenderme. Hoy ha sido una muestra, un botón más, pero que en un país con 6 millones de parados haya gente que sin trabajar ni pegar un palo al agua gane un sueldo mayor que muchos que se matan a trabajar por dos duros, es que algo va muy muy mal.

¿De quién hablo? Pues de los funcionarios, de quién va a ser, de algunos funcionarios vagos en concreto que me he tirado hoy a la cara... De juzgado de guardia, ¡oiga!

Pasaba yo por una de las instalaciones deportivas del Ayuntamiento de Granada, o del Patronato Municipal de Deportes, entidad enmascaradora del lucro de algunos enchufados que están a cargo de ella y que no son más que primos, sobrinos, etc... de los que mandan. Pasaba yo a cambiar una hora que habíamos alquilado, por la lluvia. No, no vengo a hablar de mi libro, es de algo que ha pasado delante de mí.

Cuando llegué a hacer la gestión, me encuentro con 3 hombres en la oficina mirando vídeos en un móvil... Hasta ahí algo normal en funcionarios vagos de este estilo: no pegando un palo al agua. En cualquier momento os puedo comentar varias cosas sin hacer que podrían estar haciendo en vez de eso: arreglar una red de tenis, una portería de fútbol, una canasta que hay rotas, etc...

Bien, mientras estaba haciendo la gestión (me la hacía uno, mientras los otros dos seguían comentando la "actualidad"), llega una mujer desde el pabellón y les dice que si por favor pueden dar la luz, que están a oscuras para la clase de Pilates. El que me estaba atendiendo dice: "cómo no", y continúa haciendo mi gestión.

Cuando la mujer se vuelve para su clase, uno de los otros como ofendido mira el reloj (son las 18:59) y les dice: "si todavía no son las 7, mira, además, nosotros hasta que no vemos al profesor de Pilates pasar no damos la luz, y yo creo que todavía no ha pasado...". Acto seguido uno de ellos da la luz...

Es un simple gesto, un símbolo, esa indignación del funcionario vago y maleante que parece que tiene que perdonar la vida a la mujer que estaba sin luz.  Es obligación del funcionario dar la luz un poco antes de que comience la clase, para que esté a pleno rendimiento justo a la hora de comenzar, y cuanto menos para que las mujeres puedan acceder a la pista sin estrellarse. Espera, que a lo mejor la luz la pagan ellos y están ahorrando, quién sabe...

Por desgracia, funcionarios vagos como estos hay muchos repartidos por nuestra geografía, por lo que es algo que nos tocará seguir viviendo. Perdonavidas perdonándonos por hacerles trabajar, funcionarios que deberían tener un supervisor que les apretara las tuercas, y un ERE en condiciones para dar con sus huesos en la calle como sería lo lógico que hicieran, por robarte a ti, querido lector y lectora y por robarme a mí, a nosotros, llevándose calentito un sueldo mientras ve vídeos con su smartphone, ¿no te hierve la sangre a ti también?

Yo le hubiera dicho unas palabritas por ese comentario, por el tono de ese comentario hecho ante la petición de la mujer, pero me estaban haciendo una gestión, bien hecha, por cierto, un poco a regañadientes eso sí, así que lo dejé correr.   ¡Por el despido masivo de funcionarios vagos!, he dicho.

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