31 marzo, 2020

El cielo, lo único desde siempre con nosotros

Si hay una cosa en común entre todas las épocas de la historia y prehistoria, entre todos los seres vivos existentes, que existieron y existirán, entre todos los seres humanos actuales, antiguos y futuros, esa es el cielo...

Los continentes se van moviendo, la meteorología y los agentes geológicos externos, aparte de los propios procesos internos del planeta, van modificando lo que vemos, la tierra que pisamos, los elementos que en ella existen, transformándolos, cambiándolos de tamaño y lugar, los paisajes con sus seres vivos que nacen y mueren, que evolucionan e involucionan, siempre cambiando y cambiando en mayor o menor medida, en mayor o menor tiempo. Y sin embargo, a la misma vez que todo ello se va produciendo, algo no cambia: el cielo...

¿Qué hay en común entre un hombre de las cavernas y nosotros? ¿Qué referencia podrían encontrar ahora si hablaran por teléfono? Las montañas siquiera son iguales ya, los ríos se han ido desviando, han crecido o menguado, las nieves perpetuas o los glaciares están desapareciendo; pero aún más, en cientos de años sí que será imposible e irreconocible el escenario actual, con el cambio climático, ya sea a frío o calor, que lo va modificando todo... ¿Qué referencia inamovible e inabarcable tendrían ambos?: pues sí, de nuevo: el cielo.



Ambos hablan por teléfono separados por decenas de miles de años, y en común sólo tienen ese Sol y esa Luna que cada día se acuestan y se levantan, ese lucero del alba, esas constelaciones con formas de cosas que uno a otro no se pueden explicar fácilmente, incluso es difícil decir qué es un "puntito" o "tres puntitos" o "un rombo", o algo "blanco", por lo que sólo ambos dos, los dos principales astros del firmamento serían referencias claras, más allá de algún cometa puntual o la existencia de estrellas fugaces, que el antiguo creería brujería y el actual o futuro tendrían por sabido.

¿Qué podría ser un acontecimiento de caracter planetario e histórico que trascendiera a todo lo demás? Pues obviamente la existencia de algo tan brillante en el cielo, algo que sólo pudiera verse unos días o meses y que se transmitiera por su grandeza de generación en generación, como podría ser el paso de un gran cometa, o como podría ser la explosión de alguna supernova, como el caso de Betelgeuse que últimamente ha tenido cierta repercusión, y que aún no se habría producido...



Sin duda que hay pocas referencias a lo largo de la existencia de nuestra especie, y simplemente el hecho de pensarlo ya nos da una idea de lo pequeños que somos, pero a la misma vez de lo larga que está siendo nuestra existencia, pues ni siquiera algunos procesos geológicos nos están sobreviviendo, y ni siquiera algunas estrellas: sí, somos una mota de polvo en el Universo, pero también perduramos.

En cualquier caso, mañana por la noche, o en agosto en la lluvia de estrellas o en la excursión del parque de las ciencias, recuerda cuando mires al cielo: eso es lo único que tenemos desde siempre, de generación en generación invariablemente encima de nuestras cabezas, nuestro mayor tesoro...

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