29 octubre, 2020

Residencias privadas, esos antros

 Durante la pandemia de 2020 se puso enormemente el foco sobre las residencias de ancianos en España, donde miles de mayores murieron como moscas debido sobre todo a las deplorables condiciones existentes ahí. Estos meses se han puesto de moda algunos vídeos grabados dentro de esas instituciones, por limpiadoras u otras trabajadoras eventuales que no se arriesgaban a ser despedidas, donde se veían situaciones surrealistas, macabras, inhumanas. 

Una de las cadenas de picar carne anciana más presentes en España es la infausta DomusVi, enorme 'holding' empresarial que gana miles de millones y recibe un 80% de dinero público, pagando por todo ello la exorbitada cantidad del 0% de impuestos en España (ya sabemos, tiene un entramado de empresas que se van prestando unas a otras dinero y que en conclusión hace que la encargada de pagar que sería la matriz, acabe por tener pérdidas, así que pobrecita, que no pague nada, que no tienen... todo ello adornado con paraísos fiscales, departamentos de comunicación que no contestan y premios a sus directivos, entregados por nuestros políticos amantes del abrazo y la foto fáciles). ¿Y quién va ahora a meterse con ellos, a criticarlos o incluso a denunciarlos? Pues eso, calladitos estamos todos más guapos.

 

Hoy me servirá como un ejemplo más de tantas residencias en España, y simplemente os voy a contar algunas experiencias de gente conocida en esta cadena, a la que tarde o temprano alguien debería meter mano: 

-Ancianos que entran con 80 kilos y salud de hierro, y que a los 5 meses pesan 45 kilos y parecen más unos cadáveres que seres humanos

-Familias que visitan diariamente la residencia "para vigilar que las auxiliares hagan su trabajo", más concretamente en este caso era para que dieran a su familiar la alimentación correcta, evitando sus intolerancias, cosa que no hacían cuando no se les vigilaba.

-Ancianos que de repente entran en la residencia y pierden toda noción del tiempo y el espacio, pierden casi toda su movilidad en pocos días, simplemente porque en la residencia les dan tranquilizantes para dormir a un caballo. En palabras de una cuidadora: "vamos, llevaos a este hombre rápido, que se ha tomado las pastillas y en un cuarto de hora no va a poder levantar ni las pestañas".

-Supuestas actuaciones en días de fiesta en las que se baja al patio o al vestíbulo a todos los ancianos y se les sienta en sillas para que el 90% permanezcan arrebujados durmiendo o prácticamente con el conocimiento perdido por tanta medicación. Los familiares ya no verán eso la mayoría, pero luego los carteles de la actividad sí están ahí en mitad, en grande.

-Ancianos tirados en el suelo a los que nadie recoge en horas, supongo que al ser mayores ya no sufrirán al verse así...

-Responsables o encargadas que mienten deliberadamente sobre las actividades a las que acuden los ancianos, actividades necesarias para ellos y su mantenimiento y calidad de vida, pero que luego o no existen o no se preocupan de llevarlos a las mismas.

 -Ancianos que permanecen hacinados todo el día tirados en un sillón sin que nadie les haga caso, con la ropa intercambiada con el vecino, la tele o cualquier entretenimiento apagados, cerrados o anulados.

-Noches en las que sólo hay 2 auxiliares para 120 ancianos en la residencia. Días en los que con los pocos auxiliares que hay por planta es insuficiente y los ancianos sufren pequeños accidentes, caídas o incluso mueren por descuido de sus cuidadores.

-Ancianos con problemas de movilidad a los que se les tiene sin televisión o radio porque "están rotas", y por casualidad que siguen rotas al pasar los meses...

-Supuestos médicos que se encargan de las recetas en la residencia y la medicación, que añaden curiosamente cócteles de Diazepam o Lexatin a lo que deberían estar tomando los ancianos, para que no les molesten demasiado.

-Fisioterapeutas que emplean el 10% del tiempo que habían prometido en recuperar a los que necesitan rehabilitación. Psicólogas que plantean unos impresionantes horarios semanales de trabajo con los ancianos con deterioro cognitivo, que al final se concretan en 15 minutillos en total a la semana, en los que evidentemente se hace poco, nada y menos.

-Entretanto, auxiliares agotadas, niñas recién terminado el grado que no dan abasto, jefecillas sin experiencia alguna presionadas por las directoras, que sólo buscan el dinero fácil, cuanto antes y ante quien sea, cueste lo que cueste y caiga quien caiga o muera quien muera.


Y porque uno no quiere hacer daño ya, pero la lista de tropelías en esta cadena DomusVi es interminable, y ya digo que la culpa al final es de los de siempre, de los que no denuncian, de los que no legislan, de los que no sentencian, todos cómplices del engaño y de la trama que está enriqueciendo a unos pocos, mientras mata a miles y miles de mayores españoles cada año por su dejación, por su inhumana inacción, y mala suerte la llegada de la pandemia, que ha dado al traste con el castillo de naipes, no pasa nada, se recuperarán, acallarán a los críticos y volverán con más fuerza, porque la mala calaña y la maldad en general siempre brotan de nuevo...

Descansen en Paz todos los damnificados por las residencias de ancianos privadas, y ojalá cada vez sean menos.

25 octubre, 2020

Mis mejores entradas (y 43)

Tras el parón de más de un año sin continuar esta serie (provocado para no interferir en la nueva serie de "mis peores entradas" que de momento he pausado en la 1000), continuamos por donde lo dejamos...

--Post preferido del 1051 al 1075 (05-Jul-19 a 03-Nov-19 )--

El observador externo de nuestro multiverso


 -Este post iba sobre... la existencia misma, ya no la vida, la nuestra, sino la existencia de todo en sí mismo, el Universo, el multiverso e incluso el universo de multiversos incluido en infinitos minimultiversos que vagan por la Nada, que no sería más que EL UNIVERSO. Y si nosotros no somos más que unos bichos insignificantes, justo lo contrario a lo que creemos.

-La motivación para escribirlo fue... seguramente haber visto el día de antes Men In Black, o quizá simplemente haber sido consciente de mi propia existencia en un momento dado, a saber. No reivindicaba nada, sólo el disfrute de pensar, de disfrutar divagando, pues no hay mayor placer..

-Me he decidido por él, porque... es algo de lo que nuestro "yo-sociedad" no es consciente casi nunca, que no somos nada ni nadie, que somos tan insignificantes como para que nadie del multiverso haya querido contactar aún con nosotros, ni lo harán, pues tienen cosas mejores que hacer.

20 octubre, 2020

Rellenando, que no es participio

De eso que abres el blog y te das cuenta de que justo hoy tocaba escribir un artículo y no tienes nada. Aunque tienes programados 3 más para últimos de mes y primeros del siguiente, pero horror, hoy no, y piensas que quizá deberías escribir algo para rellenar, y piensas que quizá deberías hablar de la actualidad, pero es lo de siempre, y que deberías hablar de lo que habitualmente la gente comenta, pero es lo de siempre, y que quizá podrías repasar un poco tus pensamientos, pero son lo de siempre, y al final no te queda casi más que decir "cambio y corto", devolvemos la conexión, lo dejamos por hoy, vendrán tiempos mejores, o no.

Hoy me da la gana de hablar de lo personal, por qué no, que para eso cierto día monté este tinglado y para eso eran estos tinglados, una especie de diarios donde la gente suelta lo que se le ocurre, desembucha y vomita diarreas mentales. Hoy vamos con mi libro.

Tenemos una boda a finales de mayo, y creemos que no vamos a poder ir, o que la boda incluso se volverá a posponer, así es la cosa. Pensamos también que este año la Nochebuena no va a ser como siempre, y que la Navidad se celebrará sin celebrar. Viendo cómo la gente hace vida completamente normal y repasando los archivos fotográficos que no tienen siquiera carpeta para 2020, se me ocurre acabar con toda esta miseria e irnos por ahí de viaje, pero sabemos que muy lejos no podrá ser, o que incluso no podrá ser, y se me ocurre largarme por ahí el puente de diciembre, y unos días entre la Navidad y Nochevieja, poniendo de momento el punto de mira en la sierra de Huelva, para no ir mucho más lejos, pero para ir lejos.

Tenemos que quedar con tanta gente con la que no hemos quedado... se acumulan y seguirán haciéndolo, porque uno no va a casas y uno tampoco va a bares. Se me acumula el deporte sin hacer, y no es que el deporte se pueda recuperar: el que no haces se pierde. He perdido tantos partidos de baloncesto o tenis que ni me acuerdo, y después de aquella caída con la bicicleta casi pierdo también hasta las ganas de moverme. Luego llegará crudo el otoño y detrás el invierno para recordarnos que no salimos cuando queremos sino cuando nos dejan.

Lluvias que están por llegar con este cielo encapotado de hoy, aceitunas que tendrían que engordar para que podamos seguir comiendo. Aceitunas que tenemos ya aliñadas y preparadas, otras que cogeremos estos días, algunas regalaremos y otras deglutiremos. Ricas y riquísimas en nuestro nuevo aliño colorado de pimentón que iremos replicando siempre que podamos.

Aprovecho para reconocer que el sábado estuvimos de botellón, celebrando literalmente la vida, tres botellones de cerveza y una de Bombay Saphire, que no cayó completa pero a la que le pegamos un buen palo. Mereció la pena, mientras miles de estudiantes hacían lo mismo que nosotros esparciendo aún más la ponzoña que nos cubre desde hace meses. No hicimos nada malo, 6 personas que es lo máximo y sin toque de queda, autorizados...

Esta tarde nos cambiamos de provincia, autorizados, aunque quizá en unos días no podamos entrar en ninguna de las dos capitales, quién sabe.  Hay que ir tomando nuevos aires, que la mayoría hoy en día se vician a la primera calada. Y así, poco a poco he ido rellenado este artículo que no tenía nombre ni pensamiento, que no tenía guión y acabó siendo un poco personal, que nunca está de más, rellenando que es gerundio mientras la vida mañanera se desarrolla, con sus ruidos urbanos y sus absurdos porrazos vecinales, de gente bruta y sin seso que no se da cuenta de que todos al fin y al cabo somos.

De momento tranquilidad, ya he rellenado y ya tengo preparados varios más hasta fin de mes mientras dura mi confinamiento, que parece que confinado uno tiene más fresca la mente. Ya tengo varios compañeros de trabajo o enfermos o con familiares directos enfermos, así es la ponzoña, tiempo al tiempo que no acabemos todos cazados, ojalá que no, ojalá que el antídoto llegue pronto para muchos.

Hasta entonces, os dejo por unos días, me largo a la Vieja Ipolca íbera...

15 octubre, 2020

En un mundo hialurónico, somos altramuces

Aquí me tenéis, obnubilado e hipermetropizado, escribiendo escleróticas líneas en este califragilístico ordenador que sólo es capaz de devolver histriónicos sonidos del teclado que aporreo entorpecidamente. Pienso en todo lo que hay a mi alrededor, un mundo hialurónico y astragalizado, lleno de fervientes situaciones, de ser humanos frivólicos y humedecidos, de lugares herméticos y saciantes, de elucubrantes giros del destino.

Me congratulo por seguir vivo, antipáticamente latiente, con un corazón que aún no está pertrechado ni lobotomizado, con un alma aún clarificadora, con sentimientos grandilocuentes y enormemente borbotijeante. 

Estoy como otras veces, combatiente y enojado sobreponiéndome a la tormenta que tengo encima, al martilleante huracán que me hormiguea los oídos, que me provoca un humeante miedo, que llega a estresarme hasta el más humillante órgano de mi cuerpo.

Miro alrededor para intentar contabilizarme un poco, para ganar un poco de estabilidad y constitucionalismo, pero no lo consigo, pues todo parece rectangular y ovoide, todo me aclama y me rubicunda, incluso me circunda y me aplaude, me encara y me malencara, e incluso todo a mi alrededor me está a mí mismo en derredor.

 

 Me levanto altisonante y camino inconstante hacia la portentosa puerta, abriéndola con un maniqueísmo voluntarioso, y cerrándola con un astigitano mondadiente que se escucha altivo por todo el edificio. Bajo las escaleras de tres en tres, gigante, pelechado, zangolotino incluso, saliendo a la calle y gritando metomentodo una antílope consigna a los cuatro vientos: ¡escolopendra!, ¡citomegalovirus!, ¡calasparra!, ¡espiritrompa!, y me quedo por fin bonachón y refugiado, acongojado y estable.

En ese momento pasa la suave policía y con frígido golpetazo me detienen y me mandan al perjurado calabozo, un lugar rabanizado y grotesco, que casi pensé que estaba en una megalómana celda, y simplemente era un atómico zulo. Horas después, repámpanas horas, se abre la chillona puerta y ahí estaba mi abogado, latrocinante y húmedo como siempre, diciéndome que todo estaba arreglado, que me levantara pantagruélicamente y corriera perspicaz y peripatético a la calle, que por fin era asquerosamente libre.

¿Pero de qué se me acusaba? Nadie me lo supo decir, todos riéndose acólitos de mí, quién sabe si de esta vírica situación, más propia de un satírico himenóptero que de la vida real, de mi farolera vida real. Al fin un parasimpático policía, un ufano muchachillo levantó su sutil y enmoquetada voz y dijo: ¡has gritado una violenta y escamosa consigna, un córcholis prohibido desde tiempos fatales, y eso aquí se pena con la más ovoide de las cárceles, con una noche pintiparada y fetén en esa herrumbrosa celda de la que vienes!  No lo vuelvas a hacer más, y no tendrás que repetir semejante dádiva corolaria.

Me sentí el más favorecedor de los hombres, y por dentro lloré como una mantequilla pelandrusca. Espaciosamente me dirigí de vuelta a casa, pensando wolfrámicamente en lo que había pasado, en tan estigmatizada situación, en una recatada noche que no olvidaría en toda mi alargada vida. Anoche conocí el más relampagueante mundo, diría que un milimundo, un nanomundo o incluso picomundo. Mis dos compañeros de celda eran perineos, ambos procedentes de hipnosis y sedaciones, epatantes y macerados. No nos dieron ni solitaria agua para beber, y si unimos el artesano olor y el color tan carnoso de las paredes, todo parecía el más cantarín y jerigonzante de los infiernos. Jamás, y digo jamás volveré allí, sólo tengo que intentar ser más naif, más kitsch, un poco más hot, incluso jogging y legging, para evitar que la pícara policía me mande de nuevo a semejante ralo y superviviente antro.


Al llegar a casa, cogí la pulcra llave y abrí compungidamente, que cualquier ser que me viese tendría metabólica metástasis de mí. Cerré con mucho amor la dinamitante puerta y subí lacónicamente las polvorosas escaleras, pisada a pisada, vivaz, palatal, dinámico, pensando y repensando mi epopeya mítica y mendrugosa. Abrí mi piso, tiré veganamente las llaves contra el aparador y me dirigí a toda pastilla a la habitación, quejica, golondrino y mezquino, lanzándome embriagadoramente a la cama, que pego un chillido pírrico y mortal. 

Dormí 24 espantosas horas, zutano, mengano y serrano, soñando con la quisquillosa y psicológica libertad, con ríos residentes, con montañas amenizadas, con prados encordados, con caminos hacia sentimentales paraísos, con personas ahumadas, animales perdonables y plantas vírgenes documentadas. Me levanté gigante y horadado como nunca había estado, y cuando me desperté, todo había pasado, todo estaba arrimado y melifluo, asado y temoso, libertino y carpetovetónico.

Nunca más volví a hablar de tamaña nibelunga hasta hoy, y ¿sabéis lo que os digo? Todos estos goteosos años he sido feroz desde entonces, y me he alegrado zapateramente de haberlo hecho así. A todos vosotros os recomiendo lo mismo, ser centelleantes ante la adversidad, pifostios y muérdagos, lo más untuosos y férulos que podáis, y os irá mejor. Quizá de primeras sea más ramificado hacerlo, pero a la larga os lo entomólogo sin duda, porque al fin y al cabo lo que queremos todos en esta incólume vida que vivimos es ser altramuces.

10 octubre, 2020

Odio la nueva interfaz de Bloger

Como muchos de vosotros sabréis, llevo alrededor de 15 años ya en esto de los blogs. Comencé mi andadura en la prometedora "Bitacoras.com", pero a pesar de sus buenas intenciones y filosofía, me duró sólo unos meses, así que en la dicotomía "Wordpress" (pujante y moderna) - "Blogger" (bajo el paraguas de Google, más sencilla y popular), me decanté por Blogger, no sin hacer antes varias pruebas en Wordpress.

Todo fue bien desde el principio, con una extrema sencillez a la hora de publicar, plantillas donde elegir y en general una fluidez y rapidez imposibles de igualar.

Más adelante la potencia de Wordpress empezó a dejar obsoletos los blogs de Blogger o Wordpress.com, de modo que la gente empezó a alojarlos en servidores web que pagaba, con nombres de dominio propios y demás.

Fue a mitad de la década pasada (bueno, para algunos listos que creen que el año 2000 forma parte de la década de los 90, diremos que aún fue a mitad de la década actual) cuando empezó a decaer gravemente el mundo de los blogs, y el 95% desapareció, comiéndose todo las redes sociales, su inmediatez y su absoluta falta de tiempo para reflexionar, con textos muy cortos que a veces ya no nos dan capacidad para leer nada que lleve más de 2 párrafos (por tanto hace 2 párrafos ya que me dejaron de leer el 95% de lectores, mejor, porque aprovecharé para decir caca, culo, pedo y pis, sin que mi reputación se vea alterada en modo alguno).

Bien, yo seguí y seguí R que R (gran peli de Martínez Soria) y aquí nos encontramos, casi en 2021. Este verano Blogger ha decidido cambiar y modernizar su interfaz. Ya hace años que mi plantilla quedó obsoleta, pero no quiero tocarla, pues ya se sabe que lo que funciona... En fin, otras veces lo han intentado con poca suerte, volviendo siempre a la interfaz clásica, pero he de decir, que esta vez la han cagado del todo.

Este año han implementado la nueva interfaz Material Design, en teoría más adaptable y versátil, y ya no dejan volver a la interfaz clásica, lo que es un engorro y una incomodidad enorme, ya que ahora es una especie de diseño para postear desde teléfonos móviles y tablets, sin fijarse que algunos locos aún lo hacemos desde un PC, como si de ojeadores de teletexto nos tratásemos. Los artículos ya no llevan la fecha en la que los has programado como borradores, sino que aparece la fecha de última modificación (un error enorme, porque lo mismo te estás organizando futuras publicaciones y así ves las fechas en las que lo publicarías, de modo que verlas te sirve para planificar, cosa que ahora no es posible con los borradores, que todos tienen esas fechas inútiles de última modificación, totalmente desordenadas).

Aparte, antes podías ver un artículo por línea, unos 10-12 a la misma vez, mientras que ahora como han incluido una imagen por artículo, apenas alcanzas a ver 6-7. Eso es otro engorro, porque yo que normalmente suelo tener 5-6 artículos en borrador para más adelante cuando no tenga nada que publicar, no me salen más que esos, y no veo por dónde voy actualmente.

Otro detalle tonto es en la interfaz de escritura, donde ahora es más difícil pasar al código HTML, que además aparece como ofuscado (todo junto, seguido y sin espacios, totalmente imposible de comprender o modificar si no tienes nociones de nivel medio). Las etiquetas aparecen ahora como lista desplegable y ya no puedes empezar a escribir una y que te la prediga, y el calendario de fecha de publicación es absurdamente enorme. Todo eso, por no hablar de los extraños saltos de scroll que da la pantalla cuando intentas seleccionar un texto para copiarlo, ponerle negrita o un enlace (cosa que también han dificultado más tal y como está).

En fin, que son cosillas así, detalles tontos, los que a uno le pueden hacer perder la motivación por escribir, al menos por hacerlo aquí, donde estaba cómodo y donde poco a poco los cambios a peor me van haciendo que la pereza pueda con todo. Veremos cómo acabamos, veremos cómo me quejaré, pero dicho queda: odio la nueva interfaz de Blogger, cuando a lo mejor ya no debería siquiera tener un blog. Os veo en TikTok

09 octubre, 2020

Elige es con ge, también en vídeos antipandemia

 Esta vez me llega de una campaña de la peluquería LolaAranda, que se postulaba como peluquería segura frente al Covid-19, para intentar volver con fuerza y retomar la mayor clientela posible al acabar el confinamiento.

 No es que estemos para elegir peluquería hoy en día, pues la situación no nos permite ser tiquismiquis, pero bueno, en ese caso el hecho de que no cuiden la ortografía quizá nos haga desconfiar de cómo cuiden nuestro pelo, quién sabe, a lo mejor incluso descuidan una cosa para cuidar más la otra, así que sería la mejor elección. 

Aquí tenéis la imagen, que procede de la portada de su vídeo promocional de Youtube:



 

En cualquier caso, también para peluquerías en vídeos de Youtube: elige es con ge.

05 octubre, 2020

El pueblo de al lado

Para muchos, lugar querido por cercano, cariñoso y simpático, por sonado y repetido a lo largo de la vida, por visto desde la distancia ahí en el horizonte, en la lontananza. El pueblo de al lado. Cada uno tenemos el nuestro, los nuestros, que suelen ser varios casi siempre, unos más cercanos y otros menos, unos más visitados que otros, unos con los que hacemos más intercambios y con otros menos.

De pequeños solemos visitar alguno de ellos con nuestros padres, quizá para comprar algo, para visitar familiares, puede que para alguna actividad deportiva o de ocio. Son nuestros primeros grandes viajes a lo desconocido, a lo lejano pero tan cercano a la vez en realidad. Más grandes algunos acaban yendo a la escuela o al instituto, a las fiestas locales para ampliar un poco el rango social de amistades y evitar la monotonía. Para algunos incluso, los pueblos de al lado son lugares donde acabar entablando una relación romántica, o incluso acabar por establecerse para siempre, lugares ya mucho más queridos y cercanos al tuyo propio, que acaban por ser tan parte de ti y en los que a veces incluso acabas siendo enterrado o esparcido para siempre...

Ojo, no hay que olvidar esa vertiente de odio visceral e irracional que algunos tienen por el vecino, por el diferente, por el forastero, por el raro que nos mira extraño y habla un poco diferente desde la lejanía. Es un odio nacido del amor al terruño de cada uno, a nuestra bandera y nacionalidad, que hace del vecino un odioso ente que no nos comprende. A veces enfrentados en garrulos juegos, quizá partidos de fútbol o más adelante en absurdas discusiones en redes sociales sobre qué pueblo lo tiene más grande (ya sea el número de habitantes, término municipal, iglesia, PIB, torre o el cabezón).

Luego comprendemos que efectivamente el vecino es tan cercano a nosotros que es como hermano, y ya encontraremos al agrandar un poco nuestro mundo y nuestras miras, nuevos vecinos odiosos a los que mirar mal y por encima del hombro, ya sean las provincias de al lado, las comunidades autónomas, el vecino país o incluso los vecinos continentes o planetas, que si algo tiene el ser humano es una capacidad inefable de odiar, así que podríamos acabar odiando incluso a todos los universos paralelos al nuestro, quién sabe, y capacidad tendríamos de ello.

En mi caso, y mirando los términos municipales, que no la distancia, mis pueblos de al lado son (Lopera, Arjona, Torredonjimeno, Higuera de Calatrava,  Valenzuela, Baena y Cañete de las Torres, los cuatro primeros en Jaén y los tres últimos en Córdoba). Desde la distancia siempre he podido ver Lopera, Arjona, Valenzuela y Torredonjimeno, he disfrutado de la compañía de gente de Arjona, Lopera, Higuera y Valenzuela en el instituto, he visitado las piscinas municipales de Arjona o Baena, y también he pasado con el autobús camino de las capitales por Cañete y Torredonjimeno. Más adelante, he estado con la bici en Arjona, Lopera, Higuera y Valenzuela y poco a poco, al ir creciendo mi mundo, he ido haciéndolos más míos. Incluso tengo antepasados nacidos en Lopera, Arjona, Valenzuela y Baena, cómo no. La mayoría de ellos habla muy diferente a nosotros, ya sea seseando, ceceando o comiéndose las jotas, dado que Porcuna en este caso sería una isla en cuanto a la pronunciación.


Foto: Lopera desde el cerro del Castillo en Porcuna

A partir de ahí, me surge la idea de "los amigos de mis amigos son mis amigos", por lo que creo firmemente que el vecino de mi vecino también puede ser mi vecino, así que pasaríamos a dar un salto, hablando de "el pueblo de al lado del pueblo de al lado". Esos pueblos, para Porcuna, son (Marmolejo, Montoro, Villa del Río, Bujalance, Arjonilla, Andújar, Lahiguera, Torredelcampo, Escañuela, Villardompardo, Jamilena, Martos, Santiago de Calatrava, Castro del Río, Nueva Carteya, Doña Mencía, Zuheros, Luque, Alcaudete y Córdoba city). Algunos ya son ciudades más grandes incluyendo una capital, y los que lindan con Baena quizá estén ya muy lejos para tenerlos tan por cercanos, pero no dejan de ser los vecinos de mis vecinos. Desde la distancia siempre he podido ver Torredelcampo o Martos, además de intuir Villa del Río o Marmolejo, he disfrutado de la compañía de gente de Arjonilla en el instituto, he visitado las piscinas municipales de Marmolejo y Arjonilla, y también he pasado con el autobús camino de las capitales por Bujalance y Torredelcampo. Más adelante, también he estado con la bici en Arjonilla y Escañuela, e igualmente los he ido haciendo míos la mayoría de ellos al crecer.

Curiosidades son, que el Arroyo Salado de Porcuna desemboque en el Guadalquivir en Villa del Río, que yo tenga familia en Martos o Bujalance o que no haya estado nunca en 9 de ellos, sobre todo los últimos, de cuya cercanía no era consciente hasta hoy (y que tampoco es tanta como ya decía, ya que Baena y Porcuna pese a lindar en términos de territorio, distan más de 30 kilómetros. Por eso hay que tener en cuenta que puede haber pueblos que están a un solo salto en cuanto al término municipal, y que los tenemos mucho más lejos que otros que están a 2-3 saltos.

Ni que decir tiene que hay muchas aldeas intermedias sin rango de municipio, muchos de ellos sonados también por aquí cerca, o no, parajes, etc... como Alharilla, Noguerones, Lendínez, San Pantaleón, Cortijos de Santiago, Albendín o Vegas de Triana.


Foto: Valenzuela desde el mirador Mar de Olivos en la Redonda de Porcuna

Y bien, si todos ellos tienen también sus vecinos, ¿por qué no hacerlos también amigos?, y así podríamos hablar de mis "pueblos de al lado de los pueblos de al lado de mis pueblos de al lado", que serían saltar 3 veces desde el mío, y para mí son (Cardeña, Adamuz, Pedro Abad, El Carpio, Fuencaliente, Solana del Pino, Mestanza, Baños de la Encina, Villanueva de la Reina, Fuerte del Rey, Jaén, Los Villares, Fuensanta de Martos, Valdepeñas de Jaén, Castillo de Locubín, Espejo, Montilla, Cabra, Carcabuey, Priego de Córdoba, Alcalá la Real, Fuente Tójar, Villafranca de Córdoba, Obejo, Villaviciosa de Córdoba, Guadalcázar, Almodóvar del Río, Montemayor, La Carlota y Fernán Núñez). Incluimos también a mi capital aquí, y veo como no he estado en la mayoría de ellos, que no sabía que estaban a sólo 3 saltos en el término municipal.

Curiosidades son que hay varios ya en otra comunidad autónoma, como los que lindan con Andújar y están en Ciudad Real, debido a que el término de Andújar sube mucho hacia arriba y linda ya con Castilla La Mancha. En algunos casos, como El Carpio, he pasado muchísimas veces yendo en bus a Córdoba.


Foto: Arjona desde el cerro de Pachena (cerca de Alharilla)

Y así podríamos seguir infinitamente hasta llegar a la costa, que nos quedaría a muchos saltos aún, pero antes de terminar, añado también una lista de mis "pueblos de al lado de los pueblos de al lado de los pueblos de al lado de mis pueblos de al lado", lo que significa 4 saltos, y lo que es ya friki a mantas, pero es lo que hay: (Conquista, Brazatortas, Cabezarrubias del puerto, Hinojosa de Calatrava, Puertollano, Villanueva de San Carlos, Calzada de Calatrava, San Lorenzo de Calatrava, Viso del Marqués, La Carolina, Carboneros, Guarromán, Bailén, Espeluy, Cazalilla, Mengíbar, Villatorres, Mancha Real, Pegalajar, Campillo de Arenas, Noalejo, Frailes, Montalbán de Córdoba, Aguilar de la Frontera, Monturque, Lucena, Rute, Montillana, Moclín, Íllora, Montefrío, Almedinilla, Villanueva de Córdoba, Villaharta, Espiel, Pozoblanco, Hornachuelos, Posadas, Écija, Fuente Palmera, Santaella y San Sebastián de los Ballesteros), algunos ya en Granada o Sevilla como nuevas provincias.

Curiosidades veo como el pueblo al que emigró la familia de mi madre en la guerra, muchos del camino de Granada, incluso algunos en los que he estado con mi familia granadina, otros de los que proceden amigos de Porcuna o a los que emigraron en cierto momento... nuevamente sitios cercanos, pero que ni se me hubiera ocurrido que lo eran, que evidentemente no hacía míos desde pequeño y probablemente nunca lo sean (un salto de 4 términos municipales en algún caso ya son más de 120 kilómetros), pero en cierta manera nos hacen pensar, que nos creemos el ombligo del mundo, pero que para muchos pueblos como esos no somos más que un pequeño pueblo a 100 kilómetros y a cuatro términos municipales de distancia, uno más... 


Foto: Porcuna desde el Camino Castro, cerca de los llanos de Pezcolar