23 septiembre, 2015

Homenaje al postureo, a los entendidos

Hoy va de homenajes, a todos esos señores y señoras dueños de posturas tan enseñoreadas, expertos a los que preguntar que aprendieron todo en un par de tardes, como aquel economista llamado Zapatero, y a los que se puede sacar los colores con sólo indagar un poco.

Homenajeamos hoy a esos entendidos en vino que supieron diferenciar los matices de calidad inconmensurable de un Don Simon en una cata a ciegas, que se ridiculizaron a si mismos hablando de "sabor en boca" (no va a ser en el codo derecho), de envejecimiento en barrica o de regusto a cereza, provocado por polifenoles y colesteroles.

Homenajeamos también a los entendidos en deporte que retransmitieron cierto campeonato, que apenas sabían el abc, que apenas diferenciaban unos jugadores de otros, que pronunciaban nombres obvios con una incultura obvia, que se reían de sí mismos y su propia ignorancia, que hablaban de goles cuando metían canasta y que tiraban de una enciclopedia anticuada para parecer expertos, expertos en nada.

Homenajeamos hoy a esos entendidos en pintura a los que una madre dejó absolutamente en evidencia con cuadros pintados por su niño de 3 años, entendidos que vislumbraban matices dignos de grandes mitos europeos, de corrientes artísticas plus ultra modernistas, que creían ver en los rayajos de un impúber la representación de las virtudes, de los vicios, de la vida y del devenir, del devenir de entendidos como ellos, que merecedores de un buen sopapo serían.

Homenajeamos al profesor de licenciatura que escribía elige con jota y se reafirmaba en ello, y de camino a todos sus alumnos que lo copiaban así alegremente mientras él se creía experto en lengua y lenguaje. Homenajeamos a la profesora de psicología que pretendía dárselas de experta en gestualidad y cuyos entresijos conocía a la perfección, lenguaje corporal que podía descifrar a la perfección y que luego no era capaz de entender apenas el hablado.



Homenajeamos desde aquí a los expertos en todo, a los expertos en el día a día, en la "agenda setting" del día, en lo que les pongan por delante, expertos tertulianos mañaneros de nuestra radio y televisión, que pifian lógicamente más que hablan, que hablan tanto y tanto que casi sólo aciertan cuando yerran, que desinforman más que informan y que raramente acuden a expertos de verdad para enmendarse la plana y acabar decorosamente.

Homenajeamos a aquellos padres y madres expertos en puericultura, que siempre hacen todo diferente de los demás, que por supuesto están todos equivocados y fuera de las nuevas tendencias en educación de futuros Einstein. Padres y madres que apenas ven a sus hijos, que trabajan todo el día y que les dan todos los caprichos, provocando futuros adolescentes problemáticos reales, niños-hombres y niñas-mujeres que al no ser tontos perfectamente saben qué hicieron realmente sus padres y qué cantidad de carencias no escritas en los manuales perfectos de puericultura tuvieron en su educación.

Homenajeamos a todos esos "cuñados" que siempre tienen la última palabra, a todos esos "agüelos" que se sientan contigo en un banco y siempre tienen la razón (sí, la culpa es de Zapatero, eso lo sabemos, entrañable señor que me está contando su vida...), a aquellos primos lejanos que saben más de ti que tú mismo, y que ni siquiera se han parado a escucharte.

Homenaje a aquellos funcionarios o trabajadores de ventanilla que siempre tienen la razón, a los que ni tú ni nadie les va a decir cómo hacer su trabajo, que tienen el culo pelado con no sé qué, y que bastante tienen que aguantar, lanzándote exabruptos mientras te rellenan  mal un documento, mientras no te dan toda la información, todo ello provocando que tengas que volver mañana, pasado, el otro... mientras ellos siempre andan tomando café...

Homenaje a las criticaoras y criticaores, porque ellos nunca son criticados, ellos lo saben y lo dan por hecho. A los policías y guardias, que nunca cometen ninguna infracción. A los fontaneros, carpinteros y electricistas, que nunca tienen fallo alguno, siendo siempre de algún chapuzas que pasó antes por ahí. A los taxistas y autobuseros, que siempre llevan la prioridad. Incluso a los blogueros que escriben con total impunidad, como si el mundo no fuera con ellos, como si la justicia fuesen ellos.

Homenajes habrá y hay muchos, homenajeando homenajeo a esos jueces que se creen la justicia, pero que sólo la aplican cuando les interesa, esos son los peores, porque deberían garantizar la equidad de nuestro sistema, sistema que nadie homenajearía en su sano juicio. Homenajear es lo que quiero y por eso homenajeo a tantas tradiciones que tenemos, a tantos que quieren acabar con ellas, a tantos que se creen en posesión perroflauta de la verdad, siempre progresista, nunca yendo hacia atrás, acabando con lo antiguo, erradicándolo de raíz, adoptando cosas nuevas, que así es nuestro país, un país nuevo, no antiguo y encorsetado. Arrasemos con todo.

Así homenajeando homenajeo a tantos que lo dieron todo de verdad, que lucharon de corazón, pero de eso no va esto hoy, ni aquello de otros días donde desde aquí me metí impunemente con tantos otros, con aquellos, con los de más para allá, con todo el mundo habido y por haber.

Homenaje último del día, vaya para tantos traficantes de influencias, que se las dan de íntegros, y que a la mínima te pegan la puñalada eligiendo al menos preparado por ser hijo de papá, que esos son los peores.

En cualquier caso, todo son posturas, todo son entendidos, expertos, eminencias y seres superiores, que palidecerían si tuvieran que encontrarse con el ser más humilde posible, si este tuviera un par de narices de decirles por fin de verdad lo que pensamos de ellos... homenaje, más que a ninguno, a ese humilde ser, que muchas veces es simplemente: un niño.

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