02 agosto, 2019

No te preocupes, sé positivo, sonríe, pero llora

"No te preocupes", "sé positivo", "sonríe y la vida te sonreirá", "cuando se cierra una puerta, se abre una ventana", "no pienses en lo malo que te ha pasado", "no llores", "el tiempo lo cura todo", "ya verás como al final lo consigues",  "no pasa nada", "yo conozco a alguien que...".

Son frases de ayuda externa, no de "autoayuda", porque si realmente lo fueran no sería necesario que vinieran de fuera. Son frases que los de fuera decimos a los que están pasándolo mal, creyendo que así les ayudamos, que es tan fácil como hacer un chasquido y los males pasan, pero no nos damos cuenta de que la persona simplemente necesita que estemos ahí si nos necesita, o incluso que nos vayamos si así es su deseo.

En esta era de los manuales de autoayuda, los libros que desgranan casos de éxito, los consejos de gurús y los blogs y redes sociales de influencers, parece que no queda sitio para la desdicha, para desfallecer, para pasarlo mal, ya que hay miles de maneras de superar el problema en segundos y somos tontos si permanecemos así.

El caso es que sonriendo no se cura el cáncer, siendo positivo no desaparece la esclerosis múltiple, cuando se cierra la puerta de la visión o del oído, no se abre la ventana de otro sentido mejor, no preocupándose no se deja de estar en paro, no pensando en ello uno no deja de tener ELA, dejando pasar el tiempo no recuperas al amor de tu vida, y no llorando uno no deja de estar triste por haber perdido un ser querido.

No me digas que no me preocupe, porque yo sí me preocupo, y mucho, pues ahora mismo esta tristeza ocupa el 100% de todo mi ser, por grande o pequeña que pueda parecerte, y aunque es posible que aprenda a vivir con ello, el tiempo no llegará a curar las heridas jamás, porque nunca dejarán de brotar sangre, ya que nunca nadie nos devolverá lo perdido.

¿Qué les decimos entonces a estas personas? Pues quizá no les digáis nada, que estáis ahí, que para lo que puedan necesitar, pero nunca les intentemos dar soluciones rápidas, pues es como llamarles estúpidos por no haberlas encontrado, medicinas inmediatas para todo, que nunca curan nada. E incluso cuando a nosotros nos haya pasado antes, no somos quiénes para dar lecciones a nadie por haberlo pasado ya, cada uno tendrá su luto, su espera, su tiempo de recuperación, y quizá sea aún peor el consejo de quien ya lo pasó, porque puede hacer pensar que si no lo superas tan pronto como tú lo hiciste, no vales nada...



El caso es que no todo lo bueno tiene por qué llegar, porque no a todos les llega. No todos acaban pudiendo sacarse una carrera, tener pareja, aprender a pronunciar la erre, tener un buen trabajo, tener niños, superar cualquier enfermedad.

El caso es que todo lo malo puede llegar, y no siempre se sale. No todos acaban superando la enfermedad, la fatalidad, las separaciones, los pequeños logros mundanos, y no es culpa de ellos, en absoluto.

¿Ayudaría no preocuparse, no llorar, ser positivo? Pues sí, malo no va a ser, pero intentar no llorar cuando todo tu cuerpo se deshace en lágrimas, sonreír cuando toda tu alma está en pedazos, ser positivo cuando has tocado fondo o no preocuparse cuando no pasas dos segundos sin pensar en tu desdicha, no es más que ponerse una careta que algún día tendrás que quitarte, y en el fondo será peor.

Apóyales estando ahí, diciéndoles que al final lo superarán, que son fuertes, pero que ahora lloren, griten, hagan lo que sientan, que es bueno sentir, que es parte de la vida, que te tienen si te necesitan, y ya está, déjales, porque efectivamente: son muy fuertes, son personas, todos lo somos, y nadie tiene la patente de ser un luchador, de ser un héroe, y por tanto un ejemplo para los demás de cómo deberían ser o sentir, porque hasta los héroes y luchadores pierden batallas y acaban siendo malos ejemplos. Incluso los ejemplos conocidos o referidos, no son más que simples estadísticas que no sirven más que para nublar nuestro entendimiento: que a uno de cada millón de personas le toque la lotería no quiere decir que a ti te vaya a tocar, por mucho ejemplo que te pongan de que lo conocen...

Recordadlo, las personas somos la mejor ayuda que otra persona puede tener en la vida, así que simplemente acompañad al que sufre, tomadlo de la mano y juntos, podréis superar cualquier cosa, y si no se puede, tomadlos de la mano y hacedles ver que estáis con ellos en la derrota, con eso será más que suficiente...

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