30 abril, 2019

Molestias y respetos, falta de simetría

Estamos en la sociedad de la ofendiditis, de la molestia, de la incomodidad. Todo lo que hacen "los otros" me ofende, todo me molesta, todo me incomoda en grado sumo. A pesar de eso esgrimo la obligación que los demás tiene de respetarme a mí y a lo mío, y los derechos que tengo a ser como soy y a pensar como pienso. Eso sí, los demás no pueden ofenderse, molestarse ni tener esos mismos derechos...

Me molesta mucho que haya turistas en el centro de mi ciudad, la gentrificación, que los locales de siempre cierren y los sustituyan los de souvenirs... Eso sí, me gusta viajar a otras ciudades y países, incluso a lugares protegidos, y allí quiero tener buenos servicios y poder pasear por el centro.

Me molesta mucho que haya procesiones de Semana Santa, pues es una exaltación religiosa en un país laico. Eso sí, me gustaría que hubiera más turismo para enriquecer a nuestros autónomos comerciantes, y me encanta el Carnaval y los desfiles de Carnaval, que ojalá durasen más tiempo.



Me molesta que en televisión, radio o internet estén todo el día hablando de fútbol, es el opio del pueblo y sirve para adormecer a la población, y los deportistas no tienen modales algunos. Eso sí, me encanta el Rugby, que ese sí es un deporte de caballeros donde ni hay heridos ni nadie persigue a los árbitros llamándoles ladrones (ironía), y eso ni es opio ni adormece.

Me molestan mucho el Gran Hermano, Mujeres Hombres y Viceversa y Supervivientes, pues son telebasura y hechos para gente con poco seso que acaba por ser absorbido por la caja tonta. Eso sí, no me pierdo el debate político de La Sexta Noche ni los devaneos de "El Chiringuito de Jugones".

Me molestan los locales donde huele a fritanga, pero no me importa fumarme un cigarro tras otro al lado de otras mesas en una terraza..

Me molestan los relaciones públicas de locales y oenegés, pero tengo puestos banners y pop-ups en mi página web.

Me molesta que los negros y sudamericanos tengan 4-5 hijos en España, pero a la misma vez tengo contratada una limpiadora ecuatoriana...

Me molesta la policía fascista española, la trasnochada guardia civil y los acomodados municipales. Eso sí, que vengan raudos cuando me han robado la cartera.

Me molesta que el partido al que no voto se jacte de haber ganado las elecciones, cuando al final mi partido se ha unido a otros para formar gobierno. Eso sí, cuando mi partido las gana pero entre otros forman coalición para que no gobierne, nada de respetarlo.

Me molesta que la gente haga asociaciones y plataformas para fomentar el veganismo y la cultura ecologista. Eso sí, cuando los cazadores o los taurinos hacen lo mismo, me parece bien.

Me molesta que la gente se descargue gratuitamente (piratear) las imágenes y logos que he creado. Eso sí, tengo una aplicación que permite tener gratis el Spotify.

Me molesta que algunos catalanes quieran hacer un referéndum de autodeterminación. Eso sí, cuando Nueva Caledonia, Escocia o el Kurdistán los hacen, defiendo a muerte su derecho a ello.



Me molesta que coches y motos vayan a toda velocidad por la ciudad y a veces saltándose las reglas. Eso sí, cuando el semáforo está en rojo y no viene nadie, cruzo.

Me molestan las palabras inglesas que adoptamos día tras día, pero no me quejo cuando hablo de almohadas, aceitunas, albañiles, sofá, billete, guerra, gaceta, caramelo o mermelada.

Me molestan mucho el trap, el reguetón o la bachata. Eso sí, que no me quiten el jazz, el funky o la música surf.

Me molestan los culebrones, pero no me importa ver series que se alargan y alargan y alargan más allá de lo lógico, como Juego de Tronos o Breaking Bad.

Me molesta el ruido de los vecinos con música, sillones y demás. Eso sí, cuando mis niños tocan las cacerolas o arrastran las sillas, son cosas de críos.

Me molesta que ya no se hagan electrodomésticos como los de antes, y que se rompan con nada o estén hechos de plástico. Eso sí, cuando voy a comprar un electrodoméstico siempre me fijo en el precio, en los más baratos, y me río de los que compran uno caro y de mucha más calidad.




Me molesta mucho, me molesta todo, y todo lo que los demás hacen, me ofende, pues son del otro bando. Incluso del mío me enerva. ¿Es posible que los demás hagan algo bien? No, e incluso si lo hicieran me molestaría.

Es la sociedad actual, donde hay una absoluta falta de empatía, de simetría, y lo que en los otros nos molesta, en nosotros lo vemos normal, bien, obvio, y pocos son ya capaces de mirar desde el otro lado del prisma, desde el lugar hacia donde mirábamos antes, y desde donde ahora nos vemos, quizá viéndonos por fin como seres molestos, irrespetuosos, sin derechos, como creemos que todos los demás son...

No hay comentarios: