26 septiembre, 2019

Por si lo leéis cuando yo no esté

Escribo esto desde el más acá, pero puede que cuando alguien más lo lea, mi voz resuene ya desde el más allá, desde la otra punta, desde el quinto pino.

Es una sensación curiosa, la de hablar desde lo inevitable, lo desconocido, desde otra dimensión inalcanzable para el lector, más allá en el tiempo, o quizá más acá, desde donde ahora lo hago para que sea publicado días alante, cuando a lo mejor ya no exista, no existamos, y sólo el lector lo haga (sería algo en plan: "leo este post, que ya ha sido publicado, luego existo, cosa segura para mí, que no tiene por qué serlo para el que lo escribió").

Pues sí, y realmente siempre tiene uno ese riesgo con todos los posts que deja publicados en el futuro, así que esto vale para cualquiera de ellos, lógicamente. Uno escribe 3 nuevas entradas, que se publicarán este miércoles, luego el lunes que viene y después el viernes de la otra semana, pero... ¿y si la palmo justo el jueves próximo? ¿serían artículos postumos? Supongo que sí, pero son cosas que escribí en vida, por lo que ahí el único que lo lee con retraso es el lector, con un retraso deliberado por mi parte, para espaciar así las entradas, y sin el objetivo de crear realmente algo que sólo deba ser leído en el futuro, por si da la casualidad que esta vez sí es la definitiva.

En fin, como decía, esta vez nuevamente escribo desde el más acá, y si todo va mal, para cuando leáis estas líneas ya no existiré más que en la memoria de las personas, y en unos cuantos tuits o entradas en redes sociales, aparte de las mil y pico entradas del blog. No está mal, pero en cierta manera podría dejar algún tipo de testamento vital, por si acaso...



Donaría el blog, joya de la corona, para que lo tuvieran entre varios y lo continuaran, ya quizá por fin consiguiendo fama y dinero, quién sabe, según los deseos o los objetivos de cada uno (como no tengo hijos, sería para mis cuatro sobrinos). Tendría que donar la cuenta de Twitter, que sirve bastante (esa se la puede quedar cualquier hermano varón, sea político o carnal), la de Instagram, que nadie conoce (esta para las hermanas políticas), y el Facebook, que sin mí no tendría sentido porque sólo sirve para compartir chorradas y mantener en la lista de "amigos" a muchos con los que a veces tienes menos contacto del que deberías, así que encargo a cualquiera de mis primos que lo deje como cuenta "conmemorativa" o algo así, que eso hay que avisarlo a Facebook para que así la mantengan.

El resto, os lo podéis quedar los primeros que sepáis de su existencia, a donde voy o a donde haya podido ir, no me hacen falta. En cuanto a mis posesiones materiales, podría también servir esto de testamento, pero al fin y al cabo, cuando alguien entre en la casa y revise la carpeta morada, encontrará lo que necesita, un testamento no certificado ante notario, pero que tiene completa validez. En principio eso es todo.

Y si la diosa fortuna, el destino y el resto de dioses, incluido Dios, claro, tienen a bien permitirnos vivir unos cuantos días más, aquí estaré, al pie del cañón el próximo lunes con el siguiente post, cómo no, y si ya que están, tienen a bien darnos al menos 40 años más de buena vida rebosante de salud, desde aquí quizá ya los firme, quién sabe, pero eso será algo de lo que hablaremos en unas décadas, por supuesto aquí, en Los Mensajes de Vuestra Botella...

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