29 junio, 2006

Último vistazo a FRIENDS

Hace un año ahora que vi el último capítulo (aunque a veces no seguí esta serie demasiado, reconozco que ha marcado una época):



Así cerraron su historia, su vida de 10 años, sus alegrías y sus penas descritas por un guionista-dios que dictó las circunstancias, que les llevó a sus aciertos y fracasos y por siempre los metió en nuestro corazón. Así se despidieron para siempre de nosotros y sólo nos quedará el recuerdo, y las reposiciones que serán sólo como simples recuerdos de una realidad pasada. No es lo mismo cuando se difunde por primera vez, cuando lo vives como si fuera ahora; que cuando luego se repone hasta la extenuación, aunque los mismos recuerdos sean tan reales y puedan también hacer llorar. Así se despidieron, echando una última mirada a aquel piso donde todos vivieron tantas aventuras, con aquel perro de mármol que tanto odiara Mónica; añorando aquel futbolín de hace casi dos lustros, aquel grupo de jóvenes que nos hizo hacernos sentir como si formaran parte de nuestra vida, como si fueran nuestros propios amigos y cada uno de nosotros se identificara con uno, según su rol masculino o femenino, con uno de entre tres. Las raras se identificarán con Fibi o Phoebe y se harán partícipes de sus desdichas y sus alegrías, y cantarán con ella esas canciones tan… bueno tan canciones, y sentirán que desean que por fin consiga un buen novio; las maniáticas de la limpieza y las más tranquilas lo harán con Mónica, que sin embargo es la más madura; y las más locas y alegres se identificarán con Rachel que siempre vive al borde del ataque de nervios pero que al final sentó la cabeza. Los hombres también se sentirán como partícipes de la vida de Yogüi o Joey, en caso de ser algo infantiles o gustarles las pequeñas cosas, y a la vez también se identificarán con él los ligones. Con Chandler los más inseguros, aunque se sentirán bien por tener a una mujer tan atractiva como Mónica; y los más maduros, aunque alegres y a veces también infantiles, además de chistosos, lo harán con Ross, que además al final consigue a la chica que quiere.

Y no es lo mismo ahora que hace 10 años, cuando algunos los veían con 12 ó 13 años y querían ser como ellos aunque les quedaba muy lejos, y ahora con 22 ó 23 ven como una historia se acaba como si fueran unos amigos de adolescencia que se van para siempre, recordando que hace 10 años sus “amigos” tenían la misma edad que ellos ahora. Y tampoco lo es para los que la vieron con 17 ó 18, que pensaron que en 4 ó 5 años su vida sería así y ahora con 27 pueden comparar. Y finalmente para los que tenían la misma edad que la “pandilla” Friends, con 22 ó 23 años, y que de verdad se sintieron identificados con los personajes aunque varíe tanto la vida norteamericana de la española, y ahora probablemente están casados y puede que con hijos, como quieren hacer Mónica y Chandler y como harán Rachel y Ross aunque hayan tardado más, porque si no, no tenía gracia la vida de amigos revueltos en un par de pisos estando casados.

Un capítulo que cierra una parte de nuestra vida, cuando todos fuimos Joey, cuando todos fuimos Phoebe, porque esos personajes no eran masculinos o femeninos, sino que cualquiera podía querer ser uno de esos 6 sin problemas. Es insignificante, pero quizá hemos dedicado un 0,2 % de nuestros últimos 7 años viendo Friends, y puede que un 35 % durmiendo y algo como un 20% estudiando, y da igual qué haya representado menos porque todo es importante. Adiós para siempre, y siempre os tendremos en nuestros recuerdos como “amigos” nuestros que fuisteis, Chandler, Ross, Rachel, Mónica, Joey y Phoebe.

23 junio, 2006

La sombra del aguilucho es alargada

23 de junio de 2006, España juega un partido del Mundial de Fútbol de Alemania: No iba a verlo quizá, pero fui a casa de un amigo a fotocopiar unos apuntes y aproveché para quedarme a ver el partido contra Arabia Saudí. El caso es que estuve sentado hora y media bajo una bandera de España franquista... sí, la del aguilucho...



Algo muy anacrónico había en aquel salón y no era la lámpara del techo (aunque pareciese decimonónica...). Quizá sí podría cuadrar la cosa si estuviese viendo el Mundial de Alemania, ¡¡¡ pero el de 1974 !!!; en fin, que los habitantes del piso no tienen más de 25 años, así que algo no encaja...

No quiero entrar a valorar si esa bandera es parte de la historia de España y es buena, o que es mala y hay que quemarla... pero me pareció surrealista la situación (el piso no es muy moderno, y por momentos me parecía que la emisión iba a ser en blanco y negro, con Matías Prats al aparato y los Iríbar, Irureta, Aragonés, Rexach... en el campo). Bueno, para arreglarlo, tenían una bandera de España constitucional en el balcón... en fin, la gente desvaría, pero serán los cerca de 40 grados que se caían hoy por la calle.

19 junio, 2006

Se está jugando un Mundial, y yo sin verlo...

Quizá sea raro o algo, pero se está jugando un Mundial de Fútbol, se llevan disputados más de 30 partidos y ¡sólo he visto uno! (y porque jugaba España…); y la verdad es que no se acaba el mundo ni mucho menos… (es más, llevaba 12 años esperando que el Barcelona jugara una final de la Copa de Europa y no vi la primera parte, aunque nada me lo impedía). No es una crítica a los fans acérrimos del fútbol, nada más lejos, y tampoco es una alabanza a los que dicen orgullosos “pues a mí no me gusta el fútbol”. No, es sólo una reflexión personal.



¿Qué hice en los otros mundiales?:

-1986: No me acuerdo de nada, aunque supongo que correteaba por mi casa y eso…

-1990: Recuerdo estar en la Banda de Música y que llegó uno diciendo: “España 0-Uruguay 0, Rubén Sosa ha fallado un penalty…”. Vagamente recuerdo algún resumen o algún partido, no sé (y la línea discontinua vertical esa que salía cuando ponían el tiempo y el marcador). El día que eliminaron a España jugaba yo en la plaza y pasé un momento a casa de mi prima: allí estaba mi tío viendo caer a nuestros chicos… Recuerdo los bailes de Roger Milla y nombres como Schillacci, Careca, Peter Shilton, Rudi Voller o Caniggia (desde siempre se me han quedado muy bien en la cabeza los nombres extranjeros).

-1994: De este sí me acuerdo. Vi los partidos de España, aunque alguno era más tarde de las 12 de la noche. Vi algunos más y me enamoré de Bulgaria (Stoichkov), Suecia (Larsson), Alemania (Klinsmann), Holanda (Bergkamp) y Brasil (Romario). El día que le partieron la nariz a Luis Enrique estaba yo solo en mi salón (corrí indignado a la cocina a explicarle a mi madre lo que había ocurrido). Fue la primera decepción con rabia, porque merecíamos pasar...

-1998: Este sí que lo vi casi entero, porque me pilló en la época del instituto. Aunque rápido perdimos la esperanza. En el tercer partido, ganamos 6-1 pero no dependíamos de nosotros mismos. La delantera era la mejor que hemos tenido: Raúl, Alfonso, Kiko, Morientes, Luis Enrique… (8 goles en 3 partidos). Cuando acabó el partido y nos eliminaron, salimos Juan, “Ligue” y yo a mi balcón, y gritamos con fuerza: “España (ta-ta-ta), España (ta-ta-ta)…”. Después cogí mi balón y salimos a jugar nuestro amor propio a los bancos de enfrente, cuando ya nadie tenía ganas de oír hablar de fútbol… (todo el mundo nos miraba curioso).

-2002: Este lo vimos menos porque no lo echaban por primera vez completo (lo compró la digital). Todo fue muy bien hasta que llegó el robo ante Corea. Otra vez la rabia como cuando caímos en el 94, y aún luchando como un jabato Luis Enrique. El Mundial fue flojo porque los grandes países cayeron pronto. Fue totalmente dominado por Brasil. Aparte de los campeones, lo mejor que vi fue el partido de Marc Wilmots ante Brasil y los goles de Morientes, Tomasson (Dinamarca) y Larsson (Suecia)... Poco más.

-2006: Pues eso, de momento, poco. Me atraían dos equipos: Suecia y Chequia (total, se le ha lesionado medio equipo...), aunque no los he visto. Por lo demás, pues a esperar las últimas rondas y a ser posible que España gane por fin un Mundial, que lo celebraré como el más acérrimo de los fans…

15 junio, 2006

Gracias a un montón de gente (y I)

[Esta es una serie de agradecimientos (escrita casi sin pensar) que dividiré en 4 episodios. He preferido no guardármela para mí porque en ella se utiliza mucho una de las palabras más bonitas del mundo: Gracias]

Gracias al que puso el Sol en el cielo, al que descubrió el fuego, al que amó por primera vez, al que nos enseñó, al que nos curó, al que nos hizo sentirnos felices, al que nos hizo reír; gracias a los pájaros, a los árboles, a las montañas, a los glaciares, a los lagos, a los mares; gracias al que puso la música para que nos relajáramos, para que bailáramos, para que saltáramos, para que cantáramos, para que gritáramos, para que nos emocionáramos; gracias al que cultivó el trigo, la vid, la cebada, el arroz; gracias al que hizo el pan, al que fue al río a por agua, al que se las ingenió para obtener vino, cerveza, litros de sidra; gracias al que nos dio la sonrisa al salir a la calle, al que nos saludó quitándose el sombrero, al que nos hizo un gesto de victoria, al que nos estrechó la mano, al que nos la chocó, al que nos dio una palmadita en la espalda; gracias al que nos sujetó la puerta, al que nos la abrió, al que esperó a que llegáramos, al que nos dejó pasar, al que no quiso colarse; gracias al que cuidó a un enfermo, al que nos dio de beber cuando teníamos sed, al que nos dio de comer cuando no nos podíamos mover, al que fue nuestros ojos y nuestras manos cuando no podíamos usarlos, al que estuvo allí en vez de estar en otro sitio, al que nos dio ese beso fraternal en la frente, al que nos rozó la mejilla con su dedo; gracias al que canalizó nuestros esfuerzos, al que nos abrió los ojos, al que nos hizo ver las cosas de mejor manera, al que nos hizo ser optimistas, al que nos hizo regalar nuestro gozo al mundo, al que nos hizo salir de malas situaciones, al que nos hizo olvidar las malas acciones; gracias al que luchó para salvar una especie, al que luchó por salvar un árbol, por salvar una foca, una ardilla, un bucardo, un lince, una amapola, un olmo, una mariposa, un simple dodo; gracias al que persistió en su empeño, al que no olvidó de donde venía, al que quiso ser grande y lo consiguió, al que era pequeño pero su corazón le hizo crecer, al que no sabía pero quería aprender, al que lloraba de alegría, al que no se conformaba...

Con la máscara puesta

Voy a tomar prestado un fragmento que leí anteayer por casualidad en un blog (la primera vez que comento en un blog que no tengo enlazado):

["Cuán fácil es escribir sobre trivialidades, dandoles un tono jocoso y divertido sin hacer caso de tu alma que te está pidiendo a gritos que escribas TODO lo que sientes, no sólo la parte que no te hace llorar. Eso no quita que al bajar la guardia no acabe llorando como una magdalena... ya sea entre amigos una noche de marcha o yo sola en mi cuarto, abrazada a un gato de peluche que me mira sin entenderme."]

Cuando leí el "post" entero sentí cierta empatía y le comenté. Para hoy, tenía "programado" un "post" desde hace días; pero realmente si no lo hubiera programado, esta noche seguro que no me apetecería ponerlo (aunque ya que está, pues lo dejo, ea) porque ahora no tendría ánimos para ello. Ahora no es por empatía, ahora he sentido cosas parecidas.

Hay gente que pone cosas muy personales en sus bitácoras y hay gente que aunque sufra y eso, se pone una máscara-blog para aparentar estar bien ante los demás (porque no les gusta airear su vida privada por aquí, y eso es lo normal). De momento, seguiré disfrazado porque no me apetece lo otro, así que VIVA LA NORMALIDAD.

[Esta anotación, quizá se autodestruya cuando se me pase...]

Actualización (23:55): Pues no tenía razón, porque llegó la noche, y sí hubiera puesto el post igualmente. Un par de "detallitos" han hecho que ahora esté mucho mejor, y encima el post publicado gana más contexto: Gracias.

12 junio, 2006

Una tradición valiosa que mantener

En un lugar recóndito, perdido en la majestuosidad de una enorme nación, o nación de naciones como la llaman ahora…, encontraremos una manifestación más del acercamiento del ser humano con el eslabón perdido, de unos seres supuestamente inteligentes a una postura totalmente animal. En un mediodía caluroso de fin de verano, como cualquier otro, y entre las horrendas noticias que siempre llenan las crónicas, se colaba esta, el despropósito mayor que pudiera imaginar escuchar:

F.S.J.” (mejor ocultar el nombre), allí donde San Pedro perdió las sandalias, es decir, en el quinto pino; allí se consumaba la tragedia. Al principio, todo normal, un pueblo celebra una fiesta y saca en procesión a su virgen, a la que aman y en la que tanto creen. Hasta ahí todo bien, pero el problema surge cuando muchos de los presentes toman antorchas y comienzan a pegarle fuego a los rastrojos y matorrales que lindan con la carretera, organizando un incendio que por momentos parecía iba a ser descomunal. ¿Qué puede llevar a unos seres dotados de inteligencia a hacer semejante acto? Muy fácil, “es su tradición”, y llevan haciéndolo desde tiempos inmemoriales (muchas veces esta palabra significa que empezaron a hacerlo hace dos años…), entonces, no la pueden quitar, porque “tiene que pasar de generación en generación”…

Y su virgen, ¡qué culpa tendrá la virgen de ser adorada por semejantes mamelucos! ¡Ay si la virgen pudiera hablar, lo que diría de ellos! Golpearon a los bomberos que querían evitar una posible catástrofe ecológica si el fuego se descontrolaba, sólo con esa “razón” que les daba la tradición. ¡Maldita sea la razón que puedan tener estos interfectos!

Es simple: esgrimen que una tradición es más importante que el orden público, la ecología y el decoro. Queman impunemente el campo y no permiten que nadie apague el incendio. Creen que la virgen está con ellos, ella que no tiene culpa de nada.

Luego, estaba digno de ver cuando quisieron entrevistar a los del pueblo: ninguno quiso dar su opinión de semejantes cazurros por temor a represalias (se limitaron a rociar sus paredes y plantas con agua para que no se quemaran), y los cuatro analfabetos que salieron no acertaron a decir más que “esto se tiene que seguir haciendo porque es una tradición”. ¡Vaya tradición! Entonces también es válido que los del pueblo de al lado, vayan todos los años y quemen “F.S.J.”, que seguro que si es una tradición les daba igual ser quemados.

Así es la sociedad en la que estamos, donde todo el mundo se las da de sabihondo, de culto, de listo, de estar a la moda. Un mundo donde lo “kitsch” abunda, como dijera algún individuo de poco amor al castellano. Un mundo donde lo feo, lo ordinario, lo chabacano, ganan siempre la batalla al sentido común. Un mundo donde no existe educación y donde la llamada “educación” deja bastante que desear en las escuelas e institutos. Así salen luego…

En fin, ¡larga vida a nuestras valiosas tradiciones!

07 junio, 2006

Caballos de carreras clonados

Sigo pensando que no merece la pena tener un mínimo interés por la ecología, en este mundo que viaja sin remedio hacia su autodestrucción por culpa de una de las millones de especies que han habitado en él en toda su historia: la más inteligente y la que menos luces ha tenido, a la vez.

Esto no sabría si encuadrarlo en el sentimiento ecologista, pero en fin, aquí va:

¡Por fin podemos tener un pura sangre clonado!, sí, si has visto ganar varias carreras a un caballo campeón, ahora por un módico precio puedes tenerlo en forma de clon. Quizá un dueño podrá seguir teniendo pingües beneficios de un viejo caballo que fue vencedor en los más grandes premios de los hipódromos, mediante su alquiler para ser clonado. Además, ahora podrá volver a tener su caballo, porque podrá clonarlo y será como haberlo rejuvenecido 20 años. ¡Incluso llegan a decir que la mirada de los clones es igual que la del viejo amigo reemplazado! Dicen que podrán clonarse unos 100 caballos anualmente, procedentes de pura sangre, que serán prácticamente caballos perfectos.

http://www.elnuevodiario.com.ni/2006/05/14/variedades/19381
http://euskalhorse.net/hipica/archfiles/clon/index.php
http://axxon.com.ar/not/129/129-cInfoYeguaClon.htm
http://www.caballomania.com/noticias/marzo2004_02.html



Siento considerarlos así, pero son unos seres despreciables que ni mucho menos aman a sus viejos caballos. Para ellos son simplemente unos juguetes, unos coches de carreras que cuando envejecen se convierten en una carga; pero ahora el problema se acabó porque basta con clonarlos y volverán a ser los mismos, pero comenzando de nuevo desde jóvenes. ¡Mentira!, sólo tendrán el mismo código genético, pero dudad de que la mirada sea la misma, dudad de que ese clon os quiera igual, de que finalmente conseguirá los triunfos de su “padre-madre”, de que las circunstancias que viva vayan a hacer que piense de vosotros lo mismo que pensó su progenitor. Vaya manada de inhumanos. Si esto sigue así, ¿a dónde vamos a llegar?... Bueno, está claro, pronto habrá bebés humanos a la carta, clonados a partir de deportistas famosos, actores, actrices, modelos, médicos, premios Nobel… Enhorabuena a los premiados… Enhorabuena a los que aún no han sido programados por ordenador, que cada vez vamos a quedar menos. Juguemos, juguemos a ser dioses, juguemos con fuego y quemémonos, que cada vez estamos más cerca de provocar algo que acabe también con nosotros, y si no, al tiempo.

Si alguien está dispuesto a hacer algo cuerdo, que me avise y le apoyaré. A todos los demás, a todos estos que no se merecen nada, ni me pararé a despreciarlos. Sólo siento que cada vez seamos menos los que pensamos en algo que no sea en nuestra propia especie. Y por favor, que no se encuadre aquí a todos los amantes de la hípica, que yo sólo hablo de unos pocos (y espero que nunca sean muchos). Otra historia sería la de pensar si al final no serían todos los clones, hijos del mismo, del mejor caballo que ganase tantas carreras... Al final, veríamos una carrera donde compiten 10 caballos iguales...

02 junio, 2006

Ahora que tengo 20 años

Ahora que tengo veinte años,
ahora que aún tengo fuerzas,
que no tengo el alma muerta,
y me siento hervir la sangre.

Ahora que me siento capaz
de cantar si otro canta.
Hoy que aún tengo voz
y aún puedo creer en dioses...

Quiero cantar a las piedras, a la tierra, al agua,
al trigo y al camino, que voy pisando.
A la noche, al cielo, a este mar tan nuestro,
y al viento que por la mañana viene a besarme el rostro.

Quiero alzar la voz por una tempestad,
por un rayo de sol,
o por el ruiseñor
que ha de cantar al atardecer.

Ahora que tengo veinte años,
ahora que aún tengo fuerzas,
que no tengo el alma muerta,
y me siento hervir la sangre.

Ahora que tengo veinte años,
hoy que el corazón se me dispara,
por un instante de amar,
o al ver un niño llorar...

Quiero cantar al amor. Al primero. Al último.
Al que te hace padecer. Al que vives un día.
Quiero llorar con los que están solos,
y sin ningún amor van pasando por el mundo.

Quiero alzar la voz, para cantar a los hombres
que han nacido de pie,
que viven de pie,
y que de pie mueren.

Quiero y quiero y quiero cantar.
Hoy que aún tengo voz.
Quién sabe si podré mañana.

Pero hoy sólo tengo veinte años.
Hoy aún tengo fuerzas,
y no tengo el alma muerta,
y me siento hervir la sangre...

Letra y música de Joan Manuel Serrat


(Jamás he escuchado esta canción, y hasta hoy no supe que existía, cuando un locutor de radio granadino la leyó en su último programa. No tienen por qué ser 20, sino que con 25, con 30, con 40... también se puede. Aunque a uno le vaya bien o le vaya mal, nunca debe perder la ilusión por la vida y las cosas que le rodean).
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