"Juega muy bien al fútbol, y también al baloncesto... si no le da mucho a los cubalibres puede llegar lejos..."
Escuchar esta frase tan cruda por parte de unos chavales que no superan los 15 años, realmente es un grandioso bocado de realidad. El sujeto al que se refiere la frase es un chico al que por lo visto se le dan bastante bien los deportes, y que tampoco supera los 15 años.
A edades tan tempranas, los jóvenes ya saben de qué va la cosa; ya saben qué les presenta la vida, qué caminos se pueden tomar y cuáles no. Entienden que la mayoría de ellos pasarán los próximos 10 años haciendo botellón de forma semanal, o en algunos casos incluso diaria, y lo tienen presente como algo la mar de natural. Con 15 años, prácticamente todos han probado ya el alcohol y la mitad han hecho ya botellón. Por desgracia incluso alguno habrá coqueteado ya con alguna droga (si es que el alcohol no lo es para ellos).
Muchos saben que este tipo de vida, que este tipo de costumbres no son buenas para su salud, pero simplemente se dejan llevar por su entorno, que prácticamente les obliga a hacerlo. Es triste pensar en la cantidad de personas con grandes cualidades que han sido echadas a perder por culpa del alcohol o las drogas, ya fueran futuros grandes deportistas, futuros científicos, futuras buenas personas o lo que fueran a ser en potencia cuando eran adolescentes. Así, de forma tan sencilla, cayeron en un pozo que les llevó a malgastarse de forma triste. Las drogas son aún peores, porque llevan a una muerte lenta y dura. En el caso del alcohol, que resulta una droga más blanda, simplemente les lleva a un mundo de decadencia donde van dejando de lado cada vez más los hábitos saludables, como ese mismo deporte en el que algunos tenían futuro o los estudios que tan buen porvenir les auguraban.
¿Saben los padres lo que sus hijos hacen? No, ellos creen que sí, pero no saben nada. Los padres no se dan cuenta de que su hijo de 14 años ha llegado tambaleándose a casa, y se han tragado perfectamente que le ha sentado mal la cena y que por eso está vomitando. No, sus hijos no, quizá los amigos de sus hijos sí, pero nunca los suyos. Es más, los padres seguro que alguna vez se pasaron de jóvenes (quizá hasta con menos edad que sus hijos), pero nuevamente las 2 generaciones que hay entre ambos son insalvables en esta cuestión, y evitan que la comunicación salve a sus hijos del mal.
Sólo queda esperar que la educación tenga sus frutos, y que ese chaval que tan bien juega al baloncesto, al fútbol, no se dé a los cubalibres como probablemente harán todos sus amigos, y sea ejemplo para que a partir de ahí muchos hagan como él. Eso sí, si los que gobiernan no dan alternativas para nuestra diversión, ¿qué quieren que hagamos?, ¿sentarnos a mirar las estrellas noche tras noche? La culpa de esto la tienen, como siempre, los Aznar, Zapatero, Rajoy… como siempre. Y mientras no les toque a sus hijos, no pondrán nada de su parte para cambiar las cosas. Pero les tocará…