Hace 26 años, una vez finalizado el Mundial de Naranjito'82, se ponía en funcionamiento en Porcuna un nuevo videoclub (que yo recuerde, ha habido otros 2 en el pueblo desde entonces, de los que sólo uno queda ya, aunque no llega a 15 años aún).
Esta es de esas cosas que "cuando yo nací ya estaba", y que por tanto uno cree que están desde siempre, y que ha ido formando parte de mí y forjando mi personalidad o mis recuerdos de este primer cuarto de siglo de vida mía. Probablemente, muy probablemente, y sin probablemente, podría escribir un libro sobre los años de vida del videoclub. Bueno, quizá no debería escribirlo yo, porque sólo recuerdo (por decir algo) 20 ó así. En una entrada de una bitácora como esta no podría más que soltar anécdotas, nombres o títulos de películas al tuntún, pero ni siquiera servirían para hacerse una idea de lo que puede haber representado este videoclub. Que esto sirva sólo como homenaje a un ciclo que acabó el 4 de octubre de 2008, con la retirada de los últimos DVD.
Aún recuerdo cuando llegaron al videoclub 'Batman', 'Los gemelos golpean dos veces' y 'Rainman', y sin duda recuerdo que recibieron los números 1055, 1056 y 1057. Es lo que tiene haber pasado bastantes ratos echando una mano, siendo dependiente de ese videoclub aún sin haber cumplido ni 10 años, que aún recuerdo muchos de los números que se le dieron a esas pelis. Pelis como 'King Kong', 'Depredador', 'Belle Epoque', 'Philadelphia', 'El Rey León', 'La bella durmiente', 'El pianista', 'La vida es bella'... son simples ejemplos escogidos al azar de todas las historias que allí se podían encontrar, de todos los sueños que se podían soñar, gracias al cine.
Al principio (según me han contado) había películas en sistema 2000 y Beta. Luego hubo una larga época de convivencia entre Beta y VHS (el Beta era mejor, pero las cintas eran más pequeñas, y una película de VHS a veces al pasarla a Beta daba lugar a 2 cintas). Ya hablamos de primeros de los 90. En ese tiempo hubo una época de alquiler de videojuegos de Nintendo (N.E.S) que fue muy productiva. Finalmente quedó sólo el VHS, costando el alquiler 250 pesetas para las de dibujos animados y las películas nacionales, y 350 pesetas para las "multinacionales". El sistema que hacía funcionar los videoclubs cambió (antes, el propio videoclub "alquilaba" las películas, que pasaban a ser suyas si se superaba una "fecha de caducidad"), y ya directamente el videoclub las compraba.
Un buen día aparecieron "Matrix", "Gladiator", etc... y llegaron los primeros DVD (el primer DVD que vi fue "Matrix"). Poco a poco ganaron terreno muy despacio a finales del siglo pasado y primeros años de este. Finalmente, hicieron desaparecer al VHS, costando el alquiler de un DVD 2 Euros, y 1'50 Euros si era de Dibujos Animados. También hubo siempre un gran surtido de porno, claro... Luego llegó internet, y las descargas piratas, ilegales, no piratas, no ilegales..., los negros que venden DVD y todas esas cosas. Eso hizo quebrar a la mayoría de videoclubs de todo el mundo, hace 3 ó 4 años. Este permaneció con tranquilidad unos años más, esperando su fin, reduciéndose paulatinamente el número de películas en él (las de dibujos animados nunca perdieron su ritmo de alquileres). Un día que yo volvía al pueblo había desaparecido una estantería, otro otra. Al fin, cuando esta semana entré en la Relojería Navas, la última estantería estaba a punto de vaciarse. Estaba asistiendo al fin de un ciclo, de una época. Igual que llegó, uno de los últimos videoclubs se fue: con trasiego de cajetas, carátulas y películas. Todo ha cambiado mucho desde entonces (explicarlo me llevaría varios libros más, y aquí hay que ser más breve de lo que suelo ser, ya lo escribiré, tranquilos). Los videoclubs son ahora cosa del pasado.
Finalmente, tendría que hablar de los que hicieron posible estos 26 años enteros, de los dependientes, de mis tíos, de mis primos, mis hermanos: Rafa, Fernando, Carlos, R. Jesús, Manolito, Rafalito, Jesús y alguno más; y sobre todo de los clientes, algunos muy buenos, otros regulares, algunos que se llevaban 3 veces la misma película, otros que alquilaban una vez al año, otros que se llevaban una porno diaria. Nombres que se quedaban en mi cabeza, números de cliente asociados a ellos, viajantes de comercio, jóvenes interesados en los videojuegos, en los discos de música (que desaparecieron antes por igual motivo que el del videoclub, muriendo como toda una industria que ha tenido que reciclarse-diversificarse para sobrevivir), en el revelado de fotografías, en las nuevas videoconsolas... Algo que ha existido desde siempre para todos los que tienen menos de 30 años en el pueblo (era uno de los negocios más antiguos de Porcuna), se ha ido dejando su pequeño granito en la Historia. Otros vendrán...
Sólo esperemos que para todos, la nueva época, el nuevo cuarto de siglo, sea tan productivo o mejor como el anterior. Gracias por todo, pequeña fábrica de sueños en alquiler.