Si recordamos las películas o series de televisión futuristas, nos viene rápidamente a la cabeza una de esas imágenes de la gran ciudad, con sus grandes rascacielos y una especie de vehículos raros (que podríamos llamar ovnis) que circulaban volando a cientos de metros de altura, sin chocarse sorprendentemente unos con otros.
No eran nada que nos sorprendiera, ya que a lo largo de la historia ya ha existido gran cantidad de objetos y vehículos voladores: desde la piedra que voló hasta Goliath, hasta la manzana que cayó sobre un tal Isaac, pasando por la cometa de un tal Benjamin, el globo de los Montgolfier, hasta el cacharro volador de unos hermanos llamados Orville y Wilbur; continuando por el autogiro del señor De la Cierva, la avioneta del señor Von Richthofen, el zeppelin incendiario Hindenburg, el helicóptero, el Boeing 747, el aeropatín de Marty McFly y el OVNI (que tanta gente ha visto, incluyendo los habitantes de Roswell). Y mientras tanto, siempre mensajera de la paz: la paloma.
Total, que al ver esa imagen futurista, a nadie le extraña ver esos cacharros voladores, que a gran velocidad transportan a sus habitantes.
Es ya en el siglo XXI cuando surgen los drones, que a diferencia de casi todos, son vehículos aéreos no tripulados, lo que tiene muuuchas ventajas, y lo que ahora mismo crea a su alrededor una enorme expectación respecto de su potencial desarrollo futuro. Básicamente, los drones serían a los transportes (tanto de personas como de cosas) lo que la panacea fue a la medicina mítica y lo que el grafeno a cada vez más campos científicos y tecnológicos.
Los drones son muy parecidos a los típicos avioncitos que usan los amantes del aeromodelismo hace bastantes años, pero tienen la particularidad de que no necesitan a alguien manejándolos a pocos metros, sino que pueden ser dirigidos vía satélite, lo que da un montón de ventajas y lo que abre un abanico de usos que prácticamente aún no podemos ni plantear, teniendo en cuenta que serían capaces de transportar cualquier cosa (de momento que no pese demasiado). De momento ya los hay que sólo pesan unos cuantos kilos, y pueden superar los 100 kilómetros/hora.
Algunos de los usos de los drones pueden ser:
-Misiones de reconocimiento militares o de espionaje: el dron evita enviar un ser humano a un lugar peligroso en el que podría ser asesinad.
-Ir a lugares de difícil acceso: el dron puede ir por el aire a lugares a los que los humanos o incluso helicópteros no llegan, o no deberían ir, como por ejemplo un lugar radiactivo, o a llevar agua a alguien mientras se le rescata.
-Transporte de objetos: De momento no pueden transportar demasiados kilos, pero poco a poco mejorarán su autonomía y su capacidad de cargar peso, por lo que para el transporte de mercancía pueden ser muy útiles.
-Protección y vigilancia civil: Esto comienza a crear problemas éticos, pero los drones pueden ir a cualquier parte con una cámara, y vigilar a personas como ahora hacen los helicópteros, pero de forma más cercana. También podrían vigilar edificios, barrios, ciudades, el campo, las posibles agresiones contra fauna o flora...
-Catalogación y evaluación del terreno: Podrían servir para sectores como la cartografía, la catalogación medio ambiental (ríos, lagunas, montañas, bosques, plantas, animales, etc...), las guías turísticas (fotografiando lugares de interés), evitar incendios o avisar de su inicio, vigilar volcanes, incluso para contar olivos para asignar subvenciones, evaluar cómo va una cosecha (germinación, estado vital, daños tras temporal, etc...)
-Publicidad: Esta es la joya de la corona siempre, y lo que justifica cualquier inversión, dado que es lo que puede producir algún retorno de esa inversión. Ya se ha hecho publicidad con avionetas, cometas, zeppelines, etc... y lógicamente con los drones no va a ser distinto. Si se encuentra un buen uso eficiente y no ruinoso de los drones para publicidad, estén seguros que que los tendremos hasta en la sopa.
Como principales desventajas actuales de los drones tenemos su fragilidad frente a condiciones medioambientales negativas (viento, lluvia, tormentas, etc), la posible interferencia en la conexión vía satélite (si se pierde la conexión unos segundos puede estrellarse), la autonomía (aún no duran mucho tiempo) y el coste elevadísimo. No obstante, la autonomía y el coste irán cada vez aumentando y disminuyendo, respectivamente, por lo que nos podemos plantear si los seres humanos no empezaremos a tener cada uno un dron, quizá en 20-25 años. ¿Quizá el dron sea el regalo preferido de Navidad en 2035? Puede ser. Yo por mi parte pido ya a los Reyes Magos de Oriente uno.
Claro, luego habría más desventajas, o problemas que surgen cuando uno piensa qué pasaría si se implantaran. Echemos un ojo a algunas consecuencias, incluyendo dilemas éticos:
-Con un dron podríamos transportar una bomba sin ningún riesgo, llegar justo a donde está la Familia Real de un país y hacerla explotar. Lógicamente para salvar esto, todos los países tendrían que tener un sistema anti-drones, pero quizá igual que hay aviones indetectables, habrá drones invisibles, así que veremos cómo lo arreglamos.
-Con un dron muy pequeño (todo se andará) podríamos colarnos por muchas rendijas, e imaginemos muchas rendijas interesantes: la caja fuerte de un banco, la habitación en la que están hablando la Merkel y el Obama o la habitación de la Scarlett Johansson esa...
-Si los drones pudieran transportar personas (todo se andará), acabaría por necesitarse un sistema perfecto de "vías" o carreteras aéreas, para evitar accidentes. Eso por un lado daría lugar a una nueva profesión: controlador aéreo de drones, que sería de tipo funcionarial, y por otro obligaría a las compañías aéreas a adaptarse al nuevo negocio o morir... ¿lo permitirán?, veremos...
-Con un dron podemos transportar mercancías más o menos grandes. Quizá tardaremos tiempo en trasladar palets, pero por ejemplo Amazon ya habla de la posibilidad de enviar más de 2 kilos en un paquete, por lo que, ¿qué pasa con las empresas de transporte de paquetes? Seguramente dejaría de hacer falta el mensajero, y al final, una empresa online sólo necesitaría dos empleados: uno que fuera haciendo los paquetes, colocándolos en los drones y enviándolos, y otro para ir controlando esos envíos. De hecho el sindicato de transportistas de Estados Unidos ya se ha comenzado a quejar...
En fin, no me enrollo mucho más. Dentro de 20 años habrá tiempo para hablar tranquilamente del dilema ético, de sus ventajas y de qué opinamos cada uno sobre los drones. Os dejo, que ahora mismo acaba de entrar en la habitación un dron que tiene mala pinta...