Por aquello de que en pocas semanas ejerceré mi derecho a unirme en santo matrimonio con mi novia de toda la vida, hace unos días tuvimos que asistir a los cursillos prematrimoniales, trámite obligado para casarse por la Iglesia, como hicieron mis padres, mis futuros suegros, mis abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, y así hasta al menos hasta 11 generaciones más por lo que tengo documentado hasta mediados del siglo XVI.
Creo que de este tipo de cursillos se puede sacar una experiencia positiva, por un lado dados los conocimientos adquiridos por el cura que los imparte a través de los años y las conversaciones con cientos o miles de parejas, y por supuesto también por la sabiduría de la pareja casada, que suele ser claro ejemplo de cómo llevarse bien durante décadas, hasta que la muerte los separe, y que sin dificultad son capaces de dar pautas muy válidas y necesarias, ya seas católico, agnóstico, ateo, musulmán (no sé si al citar a los musulmanes incurro en alguna violación del Corán, que me perdonen) o simplemente no judío (como decía aquel).
Pero lo que más me chocó de todo, aparte del frío que pasamos en la fría biblioteca de la Iglesia, fue la situación dantesca y seguramente triste que se dio en mi cursillo, y que lógicamente no es ajena para cualquiera que en general pulse levemente la opinión de los jóvenes españoles bautizados y con la comunión hecha (algunos incluso confirmados), que prácticamente odian lo que representa la Iglesia (la Curia, más bien se podría decir) y que apenas cumplen 3-4 mandamientos o siguen los preceptos del que se debe considerar católico, como la misa, la comunión, la confesión una vez al año, etc...
A ver, hablando un poco con ellos tenemos los siguientes casos:
1-Pareja atea, antisistema y anticlerical, con ciertas inclinaciones agresivas respecto a la Curia Romana (vamos, que no van al Vaticano en el viaje de novios). Si se casan es por la abuela de ella, poco más, y en el cursillo prematrimonial intervienen varias veces acusando a los dirigentes eclesiásticos de no haber dado el dinero de los anillos de los nuevos cardenales ordenados o los de los adornos de las imágenes de Semana Santa a los pobres. Él hace años que no pisa una iglesia.
2-Pareja levemente creyente, que viven juntos hace años y practican relaciones sexuales a menudo (pecado, vamos), lo dicen abiertamente y añaden que les da igual. No pisan la iglesia.
3-Pareja quizá la más creyente de todas, o con mucha tradición familiar. No les importa participar en alguna cosa que haya en la Iglesia, pero en absoluto están de acuerdo con muchos preceptos de la Iglesia, y más bien creen en otra Iglesia paralela, en una especie de religión personal, que no tiene ninguna obligación, sólo derechos.
4-Pareja que no hablaba mucho, pero cuando hablaron lo hicieron de manera muy tajante, y hubo un momento que pensamos que iban a pegarle al cura (figuradamente) y a la pareja que daba el curso. Actitud muy beligerante en contra de la Iglesia Católica en general. Tengo muchas dudas de por qué se casan en un templo católico, la verdad.
5-Chica sola, pues el novio no sabemos dónde estaba. Igualmente acusaba a los curas de cobrar dinero por oficiar las bodas, ya que dice que eso no lo gana ella todos los días. No va a misa nunca y realmente sonríe irónica ante cada pregunta inquisitoria del resto de compañeros.
6-Luego estamos yo y mi pareja (el burro va delante), que pensamos que somos algo más consecuentes, que no practicamos y que entendemos que se nos riña por ello, es lo lógico. Si tú estás en un club con unas reglas y no las quieres cumplir o no las cumples, luego no te puedes enfadar si te riñen por ello. En cualquier caso, nosotros intentamos ponernos algo más en el lugar de los que imparten el curso, así que no metemos más aún el dedo en la llaga. Yo si me caso por la Iglesia también es porque creo en las tradiciones, y si somos capaces de mantener muchas otras tontas tradiciones, y de acoger también un sinfín de costumbres extranjeras que nada tienen que ver con nuestra forma de ser o historia (pese a ello las acogemos con los brazos abiertos, locos perdidos y sin plantearnos nada), pues más aún hemos de ser capaces de continuar las nuestras.
En definitiva, que la Iglesia tiene un grave problema por aquí. No es algo nuevo, pues de toda la vida ha habido mucha gente que sólo ha ido al templo por obligación, y que luego ha podido ayudar a los demás un montón, etc... ser un buen cristiano, vamos. Pero creo que la Iglesia debería mirárselo, pues si de 6 parejas que van a un cursillo prematrimonial, hasta 4 se declaran fácilmente anti-clericales o que no creen en la Iglesia, hay algo grave aquí (otra cosa es que 2-3 parejas no crean ni en Dios, pero ya digo que de por sí no entiendo qué hacían en un cursillo prematrimonial).
Mi duda, y la más importante para el futuro: ¿cuántos de estos bautizarán a sus hijos? Si tengo que apostar, diría que sólo 3 parejas (incluida la mía) lo haremos. Otro resultado no tendría sentido, pero es que realmente pocas cosas lo tienen...
La conclusión es que sí que hay jóvenes que quieren acercarse a la Iglesia, pero por otro lado, errores graves de unos pocos (ojo, unos pocos) como abusar de niños, errores graves de alguno suelto, como los pisos de millón de euros de Rouco Varela, el lujo del Vaticano en algunos casos, y por supuesto la no condena por parte de la Curia de los abusos cometidos (esto es el error más grave), hacen que la gente esté muy desencantada.
En mi opinión, hay varios asuntos muy importantes que la Iglesia podría aceptar y que eso no iría en perjuicio de su historia ni de sus axiomas, pero que le harían acercarse más al presente, al futuro, a la gente, a lo que realmente es una Iglesia: las personas. Curiosamente el nuevo Papa Francisco está haciendo ciertos acercamientos, que la mastodóntica Iglesia antediluviana no ve con buenos ojos. A lo que iba:
-Una son los homosexuales, que son personas, eso está claro, y tienen alma. Cada vez que vemos a un cura dudarlo o pensar que se pueden curar, la Iglesia (dirigentes) se aleja más de la Iglesia (personas de a pie).
-Otra son los preservativos, método anticonceptivo no artificial, por lo que en teoría, dado que la Iglesia acepta los métodos naturales, no tendría por qué no aceptar, pero que se empeñan cabezonamente en prohibir. Por un lado eso no tiene por qué hacer aumentar la promiscuidad, pues la Iglesia prohíbe tanto el adulterio como las relaciones antes del matrimonio, entonces ahí claramente estaría prohibido eso y el mero hecho del acto fuera del matrimonio; pero por ejemplo podría servir a las parejas como métido anticonceptivo natural (no olvidemos que la Iglesia ve con muy buenos ojos que dentro del matrimonio las parejas hagan el amor todo lo que quieran, pues al final el amor es lo más importante que hay en el mundo y la Iglesia lo sabe).
-Otra más es la importancia de la mujer en la Iglesia, su papel, aún con una estructura machista. No digo yo que sean curas o no, eso quizá sea demasiado avanzado a la época o sería ceder frente a los protestantes, pero, ¿por qué no hay mujeres que puedan elegir al Papa, como una especie de Monjas Cardenales?... deberían existir, y si no, seguirían relegadas, y en una sociedad igualitaria actual en la que estamos, no podemos permitírnoslo.
Por otro lado y para terminar, decir que la Iglesia son, somos: las personas, y entre todos luchan o podemos luchar por conseguir un mundo más justo, seamos lo que seamos y creamos en lo que creamos. Ojalá la Iglesia fuéramos todos, todos los seres humanos, vengan de donde vengan, hermanos de verdad, algo de lo que cada vez estamos más lejos...
PC (octubre-2015): Y como era de esperar, y para colmo, hoy me he enterado de que una de las parejas tuvo un niño hace un par de meses, por lo que obviamente se casaron "de penalty"... no, si era de esperar... ay Dios mío, protégenos de tanta herejía... (nótese la ironía).