Sí, señores y señoras, compañeros y compañeras, esta es la décima vez que hago balance del año acabado, y más que hacer un balance de este año, me gustaría echar un vistazo a los balances de la década, sacando lo más curioso.
En cuanto a este año, fue un año de cambios, de cambio de estado, de gastos y de pocos ingresos, de acontecimientos varios, de novedades, de algunas alegrías y también de alguna que otra pena, año impar víspera de bisiesto. ¡Seguimos vivos chicos, que a estas alturas es lo importante!
El primer año fue un año muy de personas, de personas que llegaron y se fueron, de personas que se quedaron, que hoy aún siguen diez años después. El segundo año lo superó, más de personas aún, distintas de las anteriores y otras iguales y entre ellas Montse, que marco 2015 como ninguna. El tercero continuó por la senda, pero tuvo cambios académicos, incluyendo un dolor y pruebas deportivas que en 2015 repetí, es curioso pero al final la vida suele darnos segundas oportunidades de probar sus placeres, y sus malos ratos también...
El cuarto año acabó con la década de los 00, y de camino se llevó a una gran persona, que significó la segunda gran pérdida de mi madurez. Luego también existen alegrías, como esa comunión de mi primer sobrino o esos dos "kilos" que cogí ese año, que ahora mismo mantengo más o menos exactos. El quinto vino parecido, con trabajo nuevo, con otra gran pérdida del maldito bicho de la guadaña y con la madura sensación de que hay que aprovechar cada momento porque esto a veces se acaba... Nada de deporte y buena alimentación. El sexto año fue el año en el que pulsé el botón rojo para quedarme ahí para siempre, pero nadie me hizo caso... Quizá algún día haga un post que se titule: 2011, el año en el que quisiera haberme quedado para siempre... año de transición claro, entre mi pasado y el resto de mi vida, un antes y un después, aún en la veintena. Sí, al año siguiente, y como venía barruntando, me di cuenta de todo: al final se cierra el telón y todo el teatro aplaude mientras los actores nos vamos a nuestra casa a seguir con nuestra feliz existencia, así es la vida... Y mientras lo disfrutaba viajé más que otras veces, que a veces en eso consiste esta representación, en disfrutar...
Luego vino el octavo año, que como todos sabéis fue una mierda, y después el noveno, que yo mismo titulé como de transición, ya que me esperaban muchos cambios, en este vida mía al oeste del río "2011" en el que quizá en otra dimensión un otro Ervija Rico esté viviendo para siempre, quién lo sabe, quién lo sabrá...
Y finalmente el décimo, 2015 que ya terminó y en el que todo fue más o menos sobre ruedas, que era lo importante, y sí, ahora una vez pasado lo pasado sí que no pulsaría el botón, porque estoy impaciente por ver lo que el futuro me depara, eso sí, que llegue despacio, que pase todo suave, plácidamente, para que lo disfrutemos bocadito a bocadito todos, yo y todos vosotros.
¡A todos y todas, que tengáis un gran 2016!