Johan Cruyff, el Flaco
El primer recuerdo que tengo de Johan Cruyff fue en el verano de 1989, cuando llegó a mi casa un póster del FC.Barcelona, sí ese que como ya he comentado más de una vez en este blog, llevaba sólo 2 ligas en casi 30 años... Quién iba a pensar que ganaría unas 15 en los siguientes 30...
En fin, el póster de pretemporada del Barça tenía 3 grandes nombres remarcados, y cada uno con un lema: "Cruyff, el jefe; Koeman, el crack; Laudrup: la esperanza...". La verdad es que todos cumplieron su cometido, Cruyff siendo el gran jefe de un movimiento que cambió el fútbol y que llega hasta nuestros días, Koeman siendo el gran crack durante varios años y marcando el gol que dio la primera Copa de Europa al Barça, y Laudrup llenando de esperanza y buen fútbol todos esos años en los que sólo podías tener 3 extranjeros a la vez en el campo (Stoichkov y Romario fueron los otros dos grandes extranjeros de la época).
Recuerdo a Johan con su gabardina mirando el partido con atención, con Toni Bruins o Rexach al lado, siempre complicado de entender en las ruedas de prensa, con el mismo castellano que consiguió 15 años antes en su etapa como jugador, poco más mejorado. Recuerdo a un entrenador muy analítico, y que hacía cosas un poco extrañas en cuanto a la táctica, jugando sólo con centrocampistas, poniendo laterales derechos como extremos izquierdos o a saber qué cosas raras. Recuerdo a un equipo tocar y tocar sin que el rival la tocara, y recuerdo que comenzó a ser conocido como el "Dream Team". En todo momento Cruyff a diferencia de otros entrenadores, era el jefe del vestuario, y ya tenía muy claro que el mejor debía ganar más dinero que el resto o que a los genios como Romario hay que darles algo de manga ancha para que fluyan.
Un buen día hace 25 años Johan Cruyff nos dio un gran susto con su infarto y tuvo que dejar un tiempo de entrenar, era un tipo que había fumado mucho de joven y ahora le pasaba factura este horrible vicio. Así, lo dejó por prescripción médica y comenzó a ser el tipo del chupa-chups y la gabardina, y seguía igual, marcándose en él cada vez más las arrugas, en ese cuerpo flaco que 20 años antes gobernó el fútbol mundial, el fútbol total con su Ajax, su Barça y su Naranja Mecánica, aunque quizá y probablemente habría conseguido el Mundial'78 de haber ido, aunque se negó por la dictadura argentina...
Johan tuvo una carrera curiosa, pues en el Barça al final sólo ganó una liga y una copa, y acabó en ese experimento extraño que fue el Cosmos, en una liga norteamericana que acabó desapareciendo y no volvió con fuerza hasta hace pocos años. Para colmo luego volvió a España a dar lecciones en el Levante, no sin volver a Holanda a retirarse volviendo a dar lecciones ya rozando los 40 en el Feyenoord. Cuando se retiró era para muchos el mejor jugador de la historia, y en general, uno de los 3 más grandes junto a Pelé y Di Stéfano. Su forma de jugar estaba impregnada de magia y de belleza, haciendo a veces tanto o más sin balón que con balón, tanto que ganó 3 balones de oro consecutivos.
Después se hizo entrenador, lo fichó el Barça y nunca entrenó a club más alguno... ideó un sistema que aplicaba a este club perdedor todo lo que era el Ajax de los 70, equipo precursor de un fútbol que se llamó "total", y creo algo sublime que luego trascendió a nuestros días cuando sus pupilos acabaron siendo entrenadores: Guardiola, Luis Enrique, Koeman, Laudrup, Eusebio, Abelardo, Stoichkov, Bakero, Sergi, Ferrer y tantos más, la mayoría de ellos con ese "ADN-Barça" plasmado por Cruyff en sus genes.
Hoy todos en Barcelona saben que él cambió la historia del fútbol español, e hizo que el club perdedor se convirtiera en el ganador, y viceversa, el ganador de la época ahora es el perdedor. El club que fichaba estrellas para no ganar casi nada, como pasó con él, pasó a ficharlas para ser el más grande y eso se lo deben todo a Johan.
Luego la cosa acabó mal cuando dejó de ganar, y los delirios del genio le pudieron, llegando a empecinarse en probar extranjeros de dudosa calidad, a su yerno Angoy o a su hijo Jordi, incluyendo por supuesto al exportero de fútbol sala (o balonmano, no me acuerdo) Busquets, padre de la leyenda del centro del campo de la roja campeona del siglo XXI. Todo ante las críticas de todos que veían que el equipo no iba a ningún lado. Tras 4 ligas seguidas, todo se desmoronó y Johan dejó el Barça y se retiró del todo, pues nunca iba a mejorar lo conseguido, y sin aún cumplir 50 dejó los banquillos (aunque sí dirigió a la comunidad de Cataluña en algunos amistosos contra otras comunidades o países en Navidad).
Personalmente no parecía un mal tipo, pero cuando todo el mundo dice que eres el mejor o que eres el más listo, es difícil no creérselo. A veces Johan hablaba y sabía que dijera lo que dijera sería portada, y eso le hacía complicarse un poco las cosas, en Barcelona era palabra de "Dios", y era incluso capaz de poner en la picota a un entrenador ante cualquier crítica. Johan era el Barça, el mayor símbolo de una historia cuyos 5 símbolos a día de hoy son Xavi, Messi, Cruyff, Kubala y Gamper, y de un grupo que se ha quedado sin los mayores.
Demasiado joven, llevado por el cáncer que se ganó tan a pulso por su mala relación con el tabaco, aún sin haberse ido Pelé, y muy poco después de Di Stéfano, que tantos años le llevaba... Se nos fue Johan Cruyff, "con él empezó todo" para el Barça, como discípulo aventajado del fútbol total de Rinus Michels. Ya sólo nos quedan sus imágenes, sus regates imposibles, sus recuerdos, el 0-5 famoso que sólo los que han cumplido ya medio siglo recuerdan. Poco a poco comienzan a irse los ídolos de los 70 también, cuando aún el otro día se nos fue con Rafa Iriondo uno de los últimos de los 40 que quedaban en pie, y cuando casi ninguno de los 50 queda ya. Ahora mismo estamos perdiendo a los mitos de los 60 poco a poco, pero a Johan aún no le tocaba. De todas formas, ley de vida, antes o después todo mito pasa a la eternidad.
Gracias por todo, por una filosofía de vida, por una filosofía del deporte, donde el esfuerzo se une a la imaginación y a la creatividad, donde no sólo es ganar, sino disfrutar y hacer disfrutar, en el deporte y por supuesto en la vida, todo fin no justifica los medios, también es importante disfrutar durante el camino.
¡Hasta siempre Flaco!
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