17 junio, 2025

Mirando el móvil para confirmar que existimos

Hoy lo explico desde el principio. Esto va de cambios intergeneracionales, de cambios sociales, de cambios en nuestra propia visión del mundo, en cómo enfocamos lo que llega a nuestros sentidos, en cómo encaramos nuestro aprendizaje, nuestra relación con los demás y con el medio.

Antes hablábamos del tiempo, divagando un poco sobre nuestras percepciones, recuerdos y experiencias, mientras que ahora simplemente uno va y coge el móvil y mira exactamente qué tiempo va a hacer, con su humedad y sus vientos, con su temperatura y su hora de salida y puesta de sol (aunque luego el tiempo no tenga nada que ver con eso, pero ya es tarde para volver atrás en esa conversación).

Antes hablábamos de cine, de tal o cuál película antigua de no recuerdo qué director, pero yo sí, y el año, uf, pues más o menos ese, con tal o cuál actriz, vagamente pero paladeando el intercambio de ideas; mientras que ahora uno directamente se lo pregunta a Google que da la respuesta sin titubear, zanjando toda discusión, terminando con ese placer del toma y daca en pos de dibujar una posible respuesta.

Antes hablábamos de abejas, de luciérnagas, de tipos de insectos, de lugares, de épocas, de picaduras, de alergias, de polinización, de cambio climático incluso, pero ahora simplemente le preguntas al ChatGPT  para que te haga toda una disquisición técnica biológica que termina con toda presunción y desbarata la dulce argumentación que estábamos paladeando.

Antes hablábamos del pasado, de fechas, de acontecimientos, de épocas, recordadas y olvidadas, intercambiando entre nosotros lo que cada uno mantiene en la memoria, evocando, construyendo y reconstruyendo nuestro pasado; mientras que ahora acudimos a los whatsapp enviados, las fotos hechas, los correos y la información de las redes sociales, de nuevo acabando con esa construcción colaborativa del pasado, a veces añadiendo o quitando datos de lo que en el futuro contaremos tan tergiversado pero tan vivo a nuestros nietos. 


 

¿Dónde ha quedado la inexactitud inherente a esas deliciosas e imprecisas conversaciones humanas? ¿Es que todo va encaminado a la perfección de una aburrida respuesta electrónica de una supuesta inteligencia totalmente artificial? ¿Es que ya no vamos a ser capaces de hablar entre nosotros sin que un móvil dirija las conversaciones? ¿Es que vamos a permitir ser fiscalizados todo el día por un mero cacharrito que nos dicta qué pensar, qué decir e incluso cómo decirlo?

Pues mi experiencia dice que cada vez más, y me sorprendo al ver que los más jóvenes, los centenialls, apenas son capaces ya de hablar entre ellos sin consultar el móvil para aclarar los puntos sobre las íes, y por supuesto se creen al 100% lo que les dice la IA, todavía peor, todavía más grave, pues los convierte en automátas ausentes de pensamiento propio, y se me acaban los calificativos de gravedad para la situación. Ya ni te digo cuando le preguntan al móvil qué decirle a una chica o simplemente qué hacer a la mañana siguiente cuando se levanten, es descorazonador, y llegará si no está ya.

Y es que el mundo ha ido cambiando en tantos aspectos delante de nuestras narices para los que de pequeños no tuvimos móvil, y pensamos que simplemente era una herramienta más para nosotros, sin darnos cuenta de que para las siguientes generaciones no iba a ser ya herramienta, sino un todo, un apéndice inherente a ellos que para qué no van a estar usando todo el rato, si es mucho mejor que usar su propio cerebro. 

Ahí lo dejo, pues quién espero yo que lea algo tan largo como esto, si de mensajitos pequeños de "X" o vídeos minimalistas de Tiktok está lleno el mundo, y sí algún millennial o anterior lo lee, que por mí no quede, mis diez párrafos os dejo para vuestro deleite, quizá vosotros seáis los últimos guardianes de aquello que se llamó "una buena conversación", sin molestias, sin interferencias tecnológicas, ahh, seguro que algún día las echaremos de menos cuando ya no nos sea posible tenerlas con nadie, y tengamos por fin que mirar el móvil simplemente para confirmar que todavía existimos...


11 junio, 2025

Adaptar nuestro discurso al interlocutor, una especie de bilingüismo

En la oficina me pregunta un compañero sobre un informe y le digo que: "la redacción del informe está casi completa, voy a cargarla en la carpeta compartida y te la enviaré al buzón y a la lista de distribución del departamento, con suerte mañana el comité de propuestas de mejora lo leerá y lo aprobará para que podamos implementar pronto las mejoras pertinentes".

Me encuentro por la calle con mi sobrina y mi tío anciano, y él me pregunta qué vamos a hacer el fin de semana y le contesto: "pues tito, nos iremos al chalet, haremos un chisco y prepararemos unas migas con chorizo, ajos, rabanillas, naranja, granada, melón y algunas cosillas más, después seguramente tomemos migas con chocolate y nos demos un paseíllo por el río".

Después me pregunta mi sobrina si por la noche haremos algo y le digo "bueno, literalmente no sé lo que haré, en plan, pero seguramente estaré putocansado y acabaré haciendo algo en plan bro random o mirando el insta de mi crush".

Al día siguiente estoy repasando mi redacción para el artículo del periódico, donde digo cosas como "pasemos a pormenorizar minuciosamente las características más representativas de las cualidades antropomórficas de este segmento poblacional, algunas ampliamente estigmatizadas desde tiempos inmemoriales".

Luego, en los chats de los compañeros del colegio en el whatsapp: "eso es una ful tío, la chapa que nos metió fue menúa, se flipao se tiró largando media hora, fue más pesao que una vaca en brazos, aunque lo que sí molaba era la jeta de los que habían ido a verlo, que era como what the fuck".

Finalmente, en el grupo de los desarrolladores aficionados de GitHub: "el bug se debe a una incompatibilidad con la nueva versión de PHP, que contiene varias funciones deprecadas, y he tenido que refactorizar el código, incluyendo cambios en las bibliotecas y en los comandos Mysql, por lo que voy a tener que migrar pronto nuestro frontend". 

Pues eso, que sin darnos cuenta adaptamos el lenguaje que producimos al interlocutor, al lugar, al contexto, etc... Nadie habla igual, y por supuesto nosotros tampoco, pese a que pensemos que siempre somos los mismos, pero no, somos distintos según la situación. De hecho, se podría decir casi que utilizamos lenguas completamente diferentes e incomprensibles entre sí, a la vista de los ejemplos mostrados.

Al final, es curioso, pues las personas que se desenvuelven en diferentes contextos es probable que tengan activado también estructuras mentales parecidas a las que poseen las personas bilingües (no sé si lo han estudiado ya en Massachussets o incluso esos estudios tienen ya un "Ignobel"), siendo capaces de cambiar de una lengua a otra con facilidad, adaptándose simplemente al interlocutor. Me gusta pensar que es así y probablemente lo sea, y de hecho creo que es cuando llegas a una mediana edad cuando más lo tienes desarrollado, porque eres capaz de mantener una conversación con la generación anterior y la posterior, cuando entre ellas esa comunicación es ya imposible (a la vista de cómo habla cada una está).

En cualquier caso, para eso está nuestra lengua, el castellano (y las otras claro), para entendernos, y si alguien no es capaz de adaptarse para que otros lo entiendan, el problema lo tiene él, así de claro...


05 junio, 2025

Los enhanced games, juegos olímpicos con dopaje

Se nos llena la boca hablando de deporte sano, de salud, de sostenibilidad, de honestidad y de buen hacer, de los valores del olimpismo, del juego limpio y todos abrazados sin fronteras, ganadores y perdedores, pero es que no es oro todo lo que reluce, y ahí lo dejo como introducción.

Como algunos habréis tenido noticia, se están preparando una especie de "Juegos Olímpicos mejorados", en los que los deportistas no van a tener la restricción de no poder doparse, ni de no poder ponerse la equipación que necesiten (hablamos por ejemplo de las típicas zapatillas o bañadores que mejoran el rendimiento claramente), todo con el objetivo de buscar verdaderamente los límites del ser humano, el máximo que un hombre o una mujer pueden dar, con ayuda del entrenamiento, pero también de la técnica y la medicina.

Esto, tal y como lo he dicho, puede parecer una idea descabellada y aberrante, porque, ¡cómo vamos a permitirles doparse sin control!, ¡van a acabar todos muriéndose dentro de unos años! (y ojo, qué casualidad, como muchos deportistas supuestamente limpios...), pero quizá tampoco lo sea tanto si analizamos realmente cómo es el deporte de alta competición hoy en día.

 

Y así, pensando un poco se me ocurren bastantes preguntas incómodas: ¿No son los bañadores o las zapatillas un dopaje? ¿No son las mejores raquetas o los vendajes en la mano del fútbol, las liebres o las carreras cuesta abajo del atletismo, el pegamento del balonmano, el entrenamiento con computadoras en ajedrez, las nuevas técnicas en la alimentación, los análisis continuos de sangre y monitorización cardíaca, o el entrenamiento en altura en el CAR simples intentos de llegar a ese límite  haciendo algo más allá de lo que cualquier deportista de la época de Coubertin hubiera soñado? 

¿Es que hay alguna duda de que si Wilt Chamberlain, Bob Beamon, Mark Spitz, Paavo Nurmi, Ladislao Kubala, Erhard Wunderlich o Jesse Owens hubieran vivido nuestros días, no habrían conseguido unos records y unas estadísticas muy superiores a los que consiguieron en su época?

Pues ni más ni menos, yo creo que sí, habrían potenciado mucho más aún sus condiciones atléticas de base, innatas, habiendo llegado seguro a un nivel mucho más alto que en sus tiempos no era posible o no se creía posible para un ser humano. Al final, toda esa técnica y ciencia al servicio del deporte es también una especie de dopaje, porque permite que deportistas modernos y seguramente inferiores a los antes comentados, los superen, por un simple hecho de la evolución técnica, no humana.

Entonces, ¿quiénes somos nosotros para poner un listón u otro en las ayudas que les vamos a prestar a los actuales para mejorar, más allá de que en todos los casos el deporte de élite y buscar los límites es claramente pernicioso para cualquier ser humano? 

Y no, no vale eso de que "el deporte sin dopaje es sano", porque no, el deporte de competición en si mismo es insano, llevando los cuerpos a un límite que pasa factura, y por tanto, ahí deja de ser bueno para los seres humanos. Ejemplos tenemos muchos, ¿o es que no habéis visto andar a muchos deportistas retirados? ¿Es que no recordamos las lesiones continuas de Rafa Nadal? ¿Es que no hemos oído hablar de las lesiones cerebrales de muchos jugadores de Rugby o de los cabeceadores habituales de fútbol (por no hablar de las derivadas del dopaje, claro, con las habituales muertes de jugadores cincuentones de la NBA o exdeportistas y atletas que ya en su época fueron sospechosos)?

Pues eso, teniendo en cuenta que este deporte capitalizado actual no tiene en cuenta a los deportistas, ¿quiénes somos nosotros para no permitir esos "enhanced games", como juegos olímpicos mejorados que intenten buscar esos límites lo mismo que hacen los juegos que conocemos?

En cualquier caso, están previstos para 2026 (con disciplinas como natación, atletismo y halterofilia), y ya en los preparativos se han empezado a batir varios récords mundiales "supuestamente limpios" de natación, realizados por deportistas de alto nivel que incluso habían disputado JJOO anteriomente con aceptables resultados. Otra cosa será superar la barbaridad de Usain Bolt, pero llegaremos...