06 noviembre, 2011

Hacer stop en la vida y quedar ahí para siempre

¿Y si todos naciéramos con un mando bajo el brazo, que tuviera un solo botón, y que al pulsarlo todo quedara igual para siempre?

Me explico: pulsar el botón significaría que a partir de ahora, todo quedaría igual, nada cambiaría, ni las personas, ni las cosas, siempre volveríamos a vivir el mismo año, con nuestros hijos yendo de nuevo a cuarto y sexto de primaria, con Obama de presidente de EEUU, con Xavi manejando el Barça, con el mismo hambre en Tanzania, con el mismo espesor de la capa de ozono, con el mismo viento de levante, con las mismas auroras boreales, con la misma delincuencia, el mismo gripazo de todos los años, la telebasura y las obras del metro sin terminar, para siempre...

De hecho, cada persona tendría su propio botón, por lo que cada uno decidiría en conciencia si quedarse para siempre en un punto o en otro de su existencia, para siempre...



Aquí surgiría el problema, porque las personas tenemos unas cosas en una época de nuestra vida, y otras cosas distintas o evolucionadas a mal o a bien, en otra época, y todos sabemos más o menos cómo cambia la vida y lo que podemos esperar del futuro. El problema entonces es que no sabemos nunca a ciencia cierta cuál es la época mejor para pulsar el botón, y a lo mejor lo pulsamos tarde... Ejemplos tontos de pulsar tarde:

-Somos ricos, pero preferimos esperar a serlo más, de pronto nos arruinamos, y ahora quién pulsa el botón...
-Nos gustan dos chicas, empezamos a salir con una de ellas, pero preferimos a la otra. Lo dejamos con la primera, pero para entonces ya hemos perdido a la otra. Solos como la una, a ver quién pulsa el botón...

Y luego estarían los ejemplos tontos de pulsar demasiado pronto:

-Con 16 años pensamos que es nuestro mejor momento, y pulsamos, pero no llegamos a ser mayores, tener una carrera, casarnos, tener hijos, ser ricos o buenas personas...
-Tenemos una enfermedad, que podría ir a peor, y pulsamos, pero sin saber que 10 años después la ciencia habría encontrado cura y nos curaría del todo...

En fin, que es complicado, porque cuando eres joven crees que lo tienes todo, pero si pulsas te perderás muchas cosas que podrás llegar a tener cuando seas mayor, pero claro, cuando seas mayor también habrás perdido muchas otras cosas, que ya no podrás recuperar. Es complicado, sería complicado, y creo que ninguno de nosotros estaríamos bien capacitados para manejar un arma tan potente, un botón tan mágico como aterrador, un botón que nos dejaría ahí para siempre, un botón conservador que le quitaría a nuestra vida la emoción, pero... ¿todos queremos emoción? No, de humanos es saber cuándo plantarse, cuándo parar, y yo mismo, dando gracias por lo que ahora tengo, pulsaría ese botón, y me quedaría aquí con todos vosotros para siempre, sin conocer a mis hijos o nietos, sin saber si Mourinho acabará triunfando en el Madrid o Telecinco se recicla como canal de calidad, pero también conservando muchas personas que ahora tengo a mi lado y que quién sabe si las perderé y cuándo.

¿Y vosotros, pulsaríais ahora ese botón? O aún más allá: sabiendo lo que sabéis de vuestra historia, ¿hubierais pulsado el botón años atrás? 

Yo, sabiendo lo que sé, no lo habría pulsado hasta ahora, pero quizá hoy lo haga, tengo el dedo posado sobre ese botón rojo (qué típico, qué tópico) que me da la facultad de evitar el futuro, de arrancarlo de un plumazo del Universo, de cortar de raíz el destino y el devenir. Si lo pulso, ninguno de vosotros se enterará, simplemente se creará una ilusión a mi alrededor, para siempre...

Me gustaría antes de acabar echar un vistazo a esas personas que podrían haber pulsado el botón en cierto momento, y que no lo hicieron, decayendo, cayendo en el olvido, en la depresión y en la desaparición, artistas de cine, presidentes vigentes, campeones varios, ricos y famosos, trabajadores con trabajo, y tantos etcéteras, flotando en su éxito para siempre...

Difícil decisión la nuestra, teniendo ese botón, la más difícil de nuestra vida, decidiendo exactamente que el hoy merece la pena más que el mañana, porque no olvidemos una cosa: sólo se puede pulsar una vez ese botón. ¿Y tú, cuándo esperas a pulsarlo?

2 comentarios:

Utopazzo dijo...

Bonito y bucólico "ensayo" sobre aquello que a más de uno (estoy seguro de ello) le gustaría hacer en un momento concreto de su vida...
Fíjate, que cuando yo era muy, muy joven, pensaba que la vida era maravillosa (lo sigo pensando, aunque con más conocimiento y por ello más precavido) y que mis padres, siempre habían sido así, que seguiría siempre así... mi abuela, siempre había sido abuela-vieja, los niños, siempre eran niños... lógicamente, sabía que esto no era así, pero pensaba (o me engañaba con ello) que podría ser bonito: una forma (tal vez) inconsciente, de querer atrapara el tiempo y vivirlo siempre en armonía... porque los momentos de la adolescencia, siempre fueron mágicos y pretendíamos que lo fuesen eternamente...

Un cordial saludo.

Javi dijo...

Gracias. En el fondo la vida es maravillosa, pero sólo para unos pocos entre los que orgulloso me incluyo, es maravillosa de verdad.

¿Realmente le darían al botón tantos y tantos desgraciados que hay en el mundo? Incluso sabiendo que sólo pueden ir a peor... seguro que a muchos ni les merece la pena pulsarlo.

Es curioso referente a lo que cuentas, cómo los "niños" siguen siendo niños siempre, aunque tengan 45 años (sus mayores los seguirán llamando así siempre), e igualmente los "abuelos" seguirían siendo siempre abuelos, aunque existiera un estado posterior llamado "superexperiencia" al que se pasara al cumplir 100 años...

Luego, supongo que cuando el mundo que conociste de pequeño, o de algo más mayor, desaparece (incluyendo la desaparición de las personas mayores) algo cambia irremediablemente en ti, y es una transformación obligada que también hay que asumir, porque en el fondo al transformarte te conviertes en "persona mayor" del mundo de otros, y quizá en eso consiste todo, un simple ciclo, que un insignificante botón jamás podrá frenar.

Saludos.