¿Vida rápida o lenta?
Tengo la sensación de que el año ha pasado volando. Es más, no es un año, son sólo 8 meses… Tengo la sensación de que la vida se nos escapa entre las manos sin que podamos más que aprovechar unos cortísimos instantes, unas pequeñas gotas de todo el posible océano. Me da la sensación de que cuantos más años llevamos aquí, más rápido pasan los nuevos años, y creo que cuando seamos viejos bastará con suspirar para ver caer las hojas del calendario una a una.
Es cierto que podemos mirar ahora las cosas con perspectiva desde nuestra juventud, anclados en un lugar alejado de ese tiempo en el que los años pasarán como rayos ante nuestros ojos, pudiendo sólo aprovecharlos en el instante que dura su ráfaga luminosa; y que podemos verlo como algo lejano al que le queda mucho para llegar, un algo que todavía ni nos va ni nos viene; pero que igualmente nos llegará.
Yo creo que cuanto mejor se lo pasa uno y más a gusto está a lo largo de un año (o cualquier otro periodo de tiempo), más rápido se le pasa ese tiempo, más rápido le parecen estar pasando los segundos de diversión. Por el contrario, si nos aburrimos, si realizamos tareas tediosas, repetitivas o amuermantes, los segundos parecen hacerse los remolones, tardando en caer una eternidad, haciéndose más insoportable aún la tarea.
Y aquí está el problema: el año agradable pasa muy rápido, casi sin darnos cuenta (se supone que es malo, porque así la vida dura menos); sin embargo, echando la vista atrás podemos darnos cuenta de la cantidad de cosas que hicimos, de la cantidad de momentos que pasamos, y veremos que en realidad ese año que pasó tan rápido está repleto de contenido, de hechos para recordar. El año aburrido, en oposición, nos habrá parecido eterno y que parecía que no iba a acabarse nunca, más largo que un día sin pan (se puede suponer que mientras más larga parezca la vida, mejor); sin embargo, si echamos la vista atrás no podremos prácticamente recordar nada que hiciéramos, de modo que el año estará vacío de contenido y es como si hubiera pasado en un "plis-plas", más corto que el año agradable que tan corto se nos había hecho a priori…
Ahora sólo tengo sensación de que este año ha volado, pero si echara la vista atrás con perspectiva podría recordar casi día por día la cantidad de cosas interesantes que hice, o la cantidad de conversaciones agradables que tuve, o los momentos inolvidables que viví… Me daría cuenta así de que este año (medio año) ha sido el más largo, el que más contenido ha tenido, sobre el que mucho tendría de qué hablar. De momento, aún no puedo hacer ese balance porque aún estoy en él y creo que ha pasado volando, pero ya creo que ha merecido la pena que haya pasado en un abrir y cerrar de ojos. Lo importante no es lo rápido que pasa, sino lo que pasa mientras (aunque duela no poder retenerlo entre tus manos, pero esta es la cruda realidad que nos toca por ser seres completamente sujetos al devenir de eso a lo que llamamos tiempo).
Entonces, ¿preferimos que la vida pase muy rápido pero viviéndola activamente?, ¿o preferimos que la vida pase despacito pero sin vivirla demasiado?
En nuestras manos está hacer que el tiempo pase más lento o más deprisa, y no necesitamos para ello máquinas de ciencia ficción, sólo vivirlo o no.