El deportista-anuncio
¿A dónde vamos? ¿De dónde venimos? Se puede saber de dónde venimos, pero no hacia dónde vamos. ¿Qué fue de los grandes campeones?, de los verdaderos campeones, no como estos que son simples productos de supermercado, simples muñecos expuestos al antojo de la “Madre publicidad”, y a los designios de “Papá marketing”. Estos no son más que peleles que pasan la mayor parte de su tiempo sonriendo a una cámara y diciendo frases idiotas que se supone que cobrarán sentido en el manipulado cerebro de los pobres consumidores, sí, nosotros. Nos tienen comida la cabeza, y yo ya deseo comprarme ese coche, tener el reloj, el móvil, y estar sentado comiéndome las patatas fritas sin preocuparme de que se me manche la ropa deportiva porque mi madre la lavará con aquel gran detergente. ¡Qué pena!
¿Qué fue de gente como Induráin? Este no salía anuncio tras anuncio, gala tras gala, promoción tras promoción. Sólo entrenaba 8 horas diarias, corría 30.000 kilómetros o más al año, y ganaba Tours de Francia como churros. Era parco en palabras y muy bonachón. Llegaba bañado de sudor, sangre, mocos… a las cimas míticas del ciclismo. Luego descansaba un tiempo insuficiente y volvía a lo mismo al día siguiente, y así durante 10 ó 12 años de su vida hasta que no pudo más. Éste sí se esforzaba, sí lo pasaba mal aunque su rostro no lo delatara, ay; pero no era mediático… no era galáctico… no era metrosexual… esas palabras que nos hacen decir, pero que en realidad ni siquiera los que las inventaron saben lo que significan. Palabras que se refieren a futbolistas que entrenan una o dos horas diarias, que tienen muchos días de vacaciones y juegan un par de partidos de 90 minutos cada semana. ¡Qué vida tienen algunos! Palabras que se refieren a automovilistas, que conducen un coche durante cientos de kilómetros un par de veces como mucho a la semana, y a los que les basta con entrenar un poco el cuello para resistir. Esas palabras que no nombran a atletas, ciclistas, nadadores, que entrenan más de 6 horas diarias los 365 días, pero que como no venden camisetas, relojes, natillas, no interesan.
4 comentarios:
¿Qué fue de gente como Indurain?
Pues eso mismo, ¿dónde quedó el sacrificio y el esfuerzo?
La verdad es que es una pena, porque lo que se está enseñando a los jóvenes es que triunfar es fácil, y sin demasiado esfuerzo, y en realidad no es verdad.
Los grandes triunfadores del motor, el fútbol, etc... tienen detrás un gran trabajo a pesar de todo, aunque incomparable con el de atletas, nadadores, ciclistas, patinadores...
Pero qué quieres que pase, si es que la gente es idiota! jaja, joer, parece que sigo haciendo publicidad de mi último post, pero es que fue lo primero que pensé :S. En fin, ¿cambiamos el mundo?
Señor infopoeta, como siga haciendo publicidad de su bitácora en mis comentarios, probablemente tengamos problemas usted y yo... :P
Eso sí, si de cambiar el mundo se trata, seré el primero en apoyarle.
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