Casi ocurre el robo deportivo del siglo, menos mal, FIFA
Es increíble que en pleno siglo XXI sigan ocurriendo estas cosas. Rápidamente pongamos en antecedentes:
Partido de cuartos de final del Campeonato de Europa de Fútbol Sala (deporte del que España ha sido 2 veces campeona del mundo), España y Rusia han empatado a 0 goles en el tiempo reglamentario y se disponen a disputar la tanda de penalties. Tras 4 lanzamientos de cada equipo, España gana por 4 a 3. Si marcamos el 5º gol, estamos en semifinales. Javi Rodríguez, el gran mito de la historia de nuestro Fútbol Sala, lanza el balón con fuerza, introduciéndolo en la portería. El balón ha golpeado en uno de los postes que sujeta por dentro las redes, y ha salido de nuevo. "Rodri" echa a correr como loco para abrazar a sus compañeros celebrando la clasificación para semifinales.
Segundos después, ante la perplejidad de todo el pabellón, los árbitros dicen que el balón dio en el larguero, y que Rusia debe hacer su último lanzamiento. Nadie se lo cree, y los jugadores y entrenador españoles corren a decir a los árbitros que miren las repeticiones (en todo el pabellón, la gente ya está viendo por las pantallas gigantes la repetición, donde obviamente se ve con claridad que el balón entra hasta el final de la portería, golpeando en el listón trasero y volviendo a salir. Aquí tenéis un vídeo para verlo todo (siento que no esté en castellano, aunque lo dio La Siete):
La imagen es tercermundista, y pese a las protestas de los españoles, la tanda de penalties continúa, ganando de nuevo España, porque Rusia acabó fallando su 8º lanzamiento. ¿Fair-Play?, ¿siglo XXI?, ¿tecnología aplicada al deporte? ¿Cómo es posible que esto ocurra en un Campeonato de Europa organizado por la FIFA. ¡Vaya imagen cutre que ha dado la FIFA como siempre!
El caso es que es curioso lo que mueve el deporte en el mundo desarrollado capitalista actual, y dentro de todo ese dinero y todas esas pasiones, resulta que todo, la victoria y la derrota, las ilusiones y las desesperanzas, penden de un fino hilo, de un hilo completamente manipulable, como es el de los árbitros. No siempre es culpa premeditada, en ocasiones es porque están bastante ciegos, o porque su labor es complicadísima (en este caso hablamos obviamente de ceguera, porque si no, es para poner el grito en el cielo). En todo caso, es curioso como una simple decisión humana injusta puede acabar con toda una ilusión (ejemplos tendríamos miles, pero como ejemplo entre los ejemplos pues el de hoy ya vale).
Señores FIFA, pongan una pantallita para estos casos, que es sumamente ridículo ver cómo unos árbitros se encabezonan en una decisión y empiezan a sacar tarjetas a unos indefensos deportistas por protestar. Y los rusos... ¿no se estarían partiendo de risa por dentro? En fin, dejémoslo ahí. Cualquier día vemos lo siguiente:
-Final de Roland Garros: Con bola de partido en contra, Djokovic lanza la bola a la red. El juez de silla dice que ha entrado claramente y le da el punto. Al final Djokovic fue campeón.
-Final del Mundial de Baloncesto: Suena la bocina de final de partido. España pierde 84-86 con Lituania. Ya fuera de tiempo, por el enfado, Rudy Fernández lanza desde su campo la pelota y la mete. El árbitro da el triunfo a España.
-Final de la Champions: Real Madrid-Barcelona. Con 0-1, el árbitro pita el final del partido cuando Valdés atrapa la pelota tras el saque de córner. Entonces, Valdés la echa en la portería para ir a celebrar con sus compañeros el título. El árbitro da gol y al final el Real Madrid gana.
-Masters de Augusta: Sergio García ganará si mete el último putt. El lanzamiento es perfecto y la bola va al agujero, pero los jueces dicen que no ha entrado, y no quieren ir al agujero a mirar si está allí. Al final gana Woods.
-Mundial de F-1: Última carrera, si Alonso gana, es campeón del mundo. Cuando entra victorioso, al de la bandera de cuadros le pilla desprevenido, así que no se la muestra. Cuando Massa pasa segundo, sí agitó la bandera de cuadros. Los jueces obligan a dar una vuelta más a Alonso, que acaba 11º y pierde el Mundial...
Etcétera, etcétera... Un poquito de tecnología nos evitaría muchos ridículos, muchos espasmos, mucha frustración y muchas úlceras. En todo caso, esperemos que el domingo España gane su 5º Europeo.
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