Cuando Freddy murió
Cuando Freddy murió, los homosexuales casi ni existían. Eran un mito que a algunos les daba miedo, a otros asco y a otros pena. A muchos incluso empatía y al resto plena identificación. Para muchos fue la confirmación de que existían definitivamente, y de que no se les podía ignorar por siempre, porque no eran más que seres humanos, como “nosotros”.
Cuando Freddy murió, el SIDA ya daba mucho miedo. El SIDA era un hechizo lanzado por una varita mágica, cogida por un malvado ser colorado, de patas equinas y rabo enrollado, y bigote, como el del señor Mercury. El SIDA era cosa de otros, pero cada vez se sentía más cerca, y daba miedo. Por una vez, por una sola vez, simplemente queríamos saber.
Cuando Freddy murió, muchos crápulas de la vida se alegraron, reaccionarios trasnochados, homófobos de carné, indignos y altivos repipis. Muchos también se entristecieron porque a ellos les esperaba exactamente lo mismo a la vuelta de la esquina, y muchos otros porque era un ser humano el que dejaba para siempre de respirar, para siempre, simplemente.
Cuando Freddy murió, la música era otra cosa. Era una época dorada de increíble creatividad, de un huracán de luces y colores, impregnando melodías celestiales que no se repetirán. Vestuarios transgresores y estilismos imposibles que alguna vez se verán arcaicos, pero que por entonces eran auténtica innovación, y puramente espectáculo.
Cuando Freddy murió, el mundo era otro, la información llegaba a cuentagotas, comparada con la de hoy. No sabíamos nada de nada, y los rumores ganaban habitualmente a la verdad y nos condicionaban inútilmente. Hoy en día jamás podría haber ocultado su enfermedad como lo hizo entonces, cuando apenas 1 mes antes nos enteramos de lo que le esperaba.
Cuando Freddy murió, el show continuó para muchos que fueron campeones, a pesar de que él estaba bajo presión y quería “romper” con todo mientras sonaba su rapsodia bohemia en la Radio Ga ga de Barcelona. Quizá él siguió cantando desde el cielo, como si se tratase de un milagro realizado con algún tipo de magia procedente de Zanzíbar.
Cuando Freddy murió, muchos no entendíamos algunas cosas, no podíamos descifrar toda la película, pero sabíamos perfectamente lo que estaba pasando. Algo muy chungo amenazaba con matar a millones y millones de personas, mientras insignificantes, los seres humanos intentábamos explicarnos por qué y descubrir cuanto antes una solución.
Cuando Freddy murió nos dejó un gran legado, su música, su forma de actuar, su apariencia, incluso sus errores, que le llevaron hasta el final, ejemplo a tener en cuenta para imitar lo bueno y eliminar lo malo. A mí me queda grabada esa sensación que tuve por entonces, en aquellos locos años de hace 2 décadas, cuando Earvin también cayó, cuando cayeron muchos otros. Hoy, todo habría sido distinto para ellos, y quizá nuestro amigo Freddy podría estar aún cantando arrugado, casi retirado como el señor Jagger, y habría creado junto a sus amigos de Queen 4 ó 5 grandes himnos más. Cuando Freddy murió, cuándo, hace ya 20 años.
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