La realidad vista por un futuro sufridor
"Mirad, este es el que emborracha a todos los jóvenes de Porcuna"
La frase salía de la boca de un muchacho de unos 12-13 años, que iba por la calle junto a 2 amigos (la edad la deduzco por tener sobrinos de la misma edad, así que es muy aproximada).
La frase la ha dicho con cierto tono derrotista pese a su edad, y lógicamente con cierto deje socarrón, también compatible con la misma edad. Añadiremos una pizca de "marisabidillismo" por saber ese dato que a lo mejor los otros no sabían...
A mí, al oírlo se me cae el alma a los pies, se me revuelven las entrañas y me acuerdo de esos sobrinos que lindan ya con esas edades a las que "los jóvenes de Porcuna se emborrachan". Es como si fuera una cita obligada, un camino sin bifurcación, una vereda que siempre acaba en el mismo lugar, sin más: ese es tu futuro. Sin duda que es un bocado de realidad salido de la cabeza de alguien que seguramente en un par de años sea el propio complemento indirecto de su frase.
¿Del sujeto? Del sujeto o sujetos que hablen otros. Yo sólo puedo decir que habitualmente en Porcuna se vende alcohol a chicos menores de 16 años, y que como todos, los fines de semana veo a chicos y chicas de 14 y 15 años con bolsas que contienen botellas de licores de alta graduación. La culpa no es del sujeto que lo vende, es de las autoridades que lo permiten. Esos chicos no van a sus casas a hacer mandados a sus padres no. Ojo, no es algo que a lo mejor no hicieran las generaciones anteriores, ni es algo que no vayan a seguir haciendo estos y los que vengan detrás. Ojo, es sólo una reflexión, es sólo un alma que se te cae a los pies, es sólo un niño, un medio niño, un cadete, un casi hombre que ya sabe los próximos pasos que ha de dar, que dará, y se ve en unos meses como ahora ve a los que son una pizca mayores que él.
Lo único sea que no quiera el destino que haya una desgracia como otras que ha habido, y por mi parte sólo desear que ojalá se retrasara un par de años esta madurez a la que llegan, llegamos ahora tan pronto. Lástima de ver tirados en las aceras a los que debían estar jugando aún con clics de Playmobil.
Chico listo, seguramente el verano que viene nos veamos por La Redonda, porque realmente no queda otra alternativa...
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