Mamá, ¿y Cataluña dónde está?

Les pongo en situación: España, una provincia cualquiera en una de las salas de un museo cualquiera, museo infestado de turistas eso sí, turistas algunos de ellos catalanes, en gran número. Una madre y sus dos hijas, seguramente con nombres totalmente catalanes y apellidos catalanes catalanes, observan un gran mapamundi que muestra los lugares del mundo que contienen yacimientos como el del museo que están viendo.

Los lugares comprenden gran parte de Europa, incluida España, claro, esa península tan simpática donde vivimos. También hay en Australia, en Sudamérica, en Norteamérica, incluso en África... De pronto la niña pregunta: "Mamá, ¿y Cataluña dónde está?".

¿Me están queriendo decir que la niña no conoce la forma de la península? ¿Es que no ve TVE1? ¿Es que por el típico resaltado que lleva la península, a la niña no se le ha ocurrido pensar que eso es España y que Cataluña está dentro?

Es más, ¿la niña no sabe que es española?, permítanme que dude todo eso. En fin, todo es producto de la educación que ha recibido. Educación en la que Cataluña es su país, y España no se sabe exactamente dónde queda, porque en el mapa de Cataluña que ellas han conocido, España está en gris y no viene ni el nombre, como si fuera algo extraño, o mar, o la Atlántida por fin recuperada... Vamos, no me imagino a una niña cántabra diciendo: "Mamá, y Cantabria dónde está", o a una niña andaluza diciendo: "y Andalucía dónde está...".

En fin, es sólo una anécdota, que no habrá de pasar de ahí, como la de los niños catalanes de 5-6 años que apenas chapurreaban el castellano, que ya comenté hace años, o los mapas de Euskal Herria que mostraban a España en gris, como si fuera Francia, y que incluían a Navarra y a un trocito de Francia, como si eso fuera su país, niños que son como esponjas y se creen todo lo que les dicen... así nos va.