20 octubre, 2016

El Ministerio del Tiempo

Si esta serie fuera americana, la gente lo fliparía con ella, todos se apresurarían a ver sus capítulos de 3 en 3 y en todos los corrillos se hablaría con pasión de su argumento y su calidad...

Esta frase puede decirse de más de una serie que no proviene de los Estados Unidos, e incluso, pese a que España es un país pequeño y relativa poca producción cinematográfica, también podemos decirlo de más de una serie españolas.

Una de ellas es el Ministerio del Tiempo, una serie que trasciende más allá del ámbito nacional, que toca un tema muy interesante, que suele levantar pasiones, tanto entre los simples aficionados al pensamiento filosófico-científico en general como a los propios entendidos y profesionales de las ciencias. A la vez es una serie que de forma divulgativa nos da a conocer muchos curiosos e importantes episodios de la Historia de España, una de las historias más ricas de cuantos países existen en el mundo, y a la vez una de las menos aprovechadas. Como se suele decir: los americanos, con la décima parte del interés y la fuerza de alguna de nuestras historias, harían una superproducción digna de Óscar...



La historia es sencilla: existe en España un Ministerio oculto, que en su interior alberga un montón de puertas desde las que se puede acceder a muchas épocas de la historia. Hay unos malos que conocen la existencia de otras puertas fuera del Ministerio, y las están usando para intentar cambiar la Historia de España. Los agentes del Ministerio lo que hacen es viajar a las distintas épocas para evitar que los malos cambien la historia...

Los principales protagonistas son los 3 agentes: Amelia Folch (una de las primeras mujeres universitarias en España a finales del XIX), Alonso de Entrerríos (experto soldado de los tercios de Flandes del siglo XVI, al modo del Capitán Alatriste) y Julián (un enfermero de la época actual), que por un lado consiguen hacer un gran contraste entre la sabiduría de Amelia, la valentía de Julián, el desconocimiento de los nuevos tiempos de Alonso unido a su arrojo y corrección en el comportamiento; al mismo tiempo que comparan las épocas de cada uno de ellos, tan distintas y a la vez todas formando parte de la misma historia, con los mismos errores cometidos por los españolitos calcados desde la época de Alonso a la de Julián. Aparte, durante algunos capítulos Julián es sustituido por Pacino, un policía de los 80, bruto pero también valiente.

Sus jefes también tienen gran protagonismo, sobre todo Salvador, que es el subsecretario, pero también Ernesto e Irene. De ahí surgen varias conspiraciones que tratan de acabar con el propio Ministerio. Como curiosidad, el que hace los retratos robot de los sospechosos es un tal Diego de Velázquez, un pintor sevillano que pinta a las mil maravillas.


Imagen tomada de la Web de RTVE

La serie tiene muchos factores de interés, sobre todo la historia, donde se suceden visitas a épocas míticas que ya son patrimonio de España, como el siglo de Oro, la época de la Ilustración y los bandoleros, la guerra de Filipinas, los añorados años 20 y 30 pre-guerra o la Reconquista, conociendo a personajes como Cervantes, Goya, Lope de Vega, Lorca, Dalí, Picasso, Isabel I y II de España, Torquemada, Ramón y Cajal, Napoleón, El Cid, Lazarillo de Tormes, etc... Todo ello sirviendo para que muchos podamos conocer un poco más a estos personajes, su contexto y la época en la que les tocó vivir (aunque a través de las puertas ya podrían vivir donde quisieran).

Lógicamente no podemos fiscalizar o tomar al pie de la letra el tema de las puertas que permiten viajar al pasado, pero no al futuro, ya que por ejemplo sería imposible que Velázquez vivieran en 2016, ya que habría viajado técnicamente al futuro... O por supuesto no podemos más que "creernos" que cualquier suceso antiguo modificado pueda hacer que una foto empiece a borrarse (como en Regreso al Futuro), o que simplemente viajando a unos minutos antes de que los malos hayan modificado algo del pasado, estemos modificando justo la única línea espacio-temporal que existe (ya que con cada viaje habríamos creado un nuevo espacio-tiempo, por lo que estaríamos modificando el pasado de esta línea temporal, pero no de la nuestra, la mía y la del lector que lee estas líneas, que nunca realmente podría cambiar ya, porque lo escrito, escrito está).

En fin, con esos ingredientes, y con unos finos toques de humor contextual, que sobre todo entenderán los españoles, por supuesto, se crea un buen producto, entretenido, divulgativo y por supuesto cinematográficamente de calidad (pese a un presupuesto no muy alto). Las continuas apariciones de personajes curiosos que no pegarían demasiado, las alusiones a temas hilarantes siempre relacionados con esa facilidad que tienen en el Ministerio para poder viajar y cambiar el pasado (alucinante lo de convencer a Pau Gasol de que se haga deportista y deje su idea de ser médico, por ejemplo), hace estar esperando el chascarrillo más de una vez, y eso, dado que nunca son dados a la exageración de por sí, le da un toque de moderación que siempre agrada.



Os recomiendo verla, nosotros la hemos estado viendo poco a poco, descargada de internet, por habernos perdido en su momento 3-4 capítulos y ya no querer engancharnos a mitad. Aún nos falta parte de la segunda temporada, y por suerte ya sabemos que el mes que viene comienzan a rodar la tercera... con hasta 14 capítulos, bien, esperemos que mantengan el nivel y la capacidad de atraer nuestra atención. Lo bueno es que la Historia de España da para eso y para mucho más, porque la suerte que tenemos muchos españoles, como los andaluces, madrileños, catalanes, gallegos o canarios es que nuestro país no es algo nuevo, es algo que lleva muchos siglos en pie, país que no lo hacen los reyes ni los gobernantes, lo hacen sus gentes, a veces, o casi siempre de mucho más nivel humano y dedos de frente que cualquiera de los que mandan.

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