Tras el terremoto de las elecciones andaluzas, que ha sacudido España e incluso ha tenido eco en Europa, muchos me han pedido que dé mi opinión (mentira cochina, pero bueno), y no voy a desperdiciar la oportunidad, ahora que tengo el gallinero tan revuelto.
No creo que haya nadie que sea desconocedor de lo que ha ocurrido, pero para resumirlo, el PSOE ha bajado de 47 a 33 escaños, el PP y Podemos han perdido unos pocos, Ciudadanos ha subido de 9 a 21 y VOX ha aparecido por primera vez pasando de 0 a 12. Entre los que no han contando como "votos útiles", destacan PACMA y EQUO, entre algunos muy minoritarios proyectos andalucistas y los ya casi desaparecidos UPyD. La gran noticia es que por primera vez un partido catalogado de Extrema Derecha ha conseguido representación en unas elecciones en España, y eso ha provocado el miedo en muchos, el llamamiento a la movilización de otros y en general muchas dudas sobre quién va a gobernar Andalucía, ya que uniéndose con VOX, a muchos les saldrían las cuentas para llegar a la mayoría absoluta. De camino, destaca la baja participación, de sólo el 58%, que muchos se adjudican (casi todos piensan que ese 42% de no votantes serían votos suyos), y que al final es culpa del mal hacer de todos ellos.
Comencemos repasando cada partido de los de arriba, de izquierda a derecha:
Adelante Andalucía: Son la marca blanca de Podemos, en coalición con Izquierda Unida (ahora difuminada en la coalición), que han pasado de 20 escaños entre ambas a 17, más o menos manteniendo el tipo frente al avance de la derecha. Tras las elecciones, siguen enrocados en consignas obvias, levantar mucho el puño casi llamando a cantar "la Internacional", hablar mucho de luchar por los pobres e insistir en que las mujeres han de estar igual o por encima de los hombres, aparte de lo del lenguaje inclusivo (llegando a decir palabros como "hola a todes"). Mientras tanto, son incapaces de pactar cuando la situación lo exige (aunque en Cataluña sí son capaces de pactar con independentistas), por el bien común de esos pobres y mujeres e incapaces de hacer autocrítica, sin darse cuenta de que ahora que hay una extrema derecha, ellos son de facto “extrema izquierda”. En lo personal, como integrante de aquella marea del 15M, siento que poco a poco se han ido alejando del pueblo, de la mayoría de indignados de entonces, abrazando una ideología cada vez más radicalizada (y quedando por desgracia en sus manifestaciones ya poco más que estudiantes y "perroflautas"). Podrían echar marcha atrás y moderarse, pero sus líderes parece que van por otro lado.
PSOE: Baja de 47 a 33 escaños, su peor resultado de siempre, aunque aún vencedores de las elecciones. Derrumbado como nunca, ganador como siempre. Ha cometido el gran error de culpar a su propio electorado de la alta abstención. Empeñado en gobernar un
cortijo que cree suyo y cuyos habitantes hace mucho que perdieron su fe
en ellos, pero su red clientelar urdida durante décadas les mantiene ahí, con votantes que los vitorean como a una religión. Se aferran al poder como lapas, como el PP hizo también
siempre, hayan robado y mentido a mansalva a su gente, hayan salido o no
impunemente, y cuesta horrores siquiera hacerles sombra en Andalucía. Hace 8 años el PP los superó, pero el frente de izquierda con Izquierda Unida (ahora testimonial y sustituida por Adelante Andalucía) evitó el desastre. Esta vez, un PP con la mitad de escaños que entonces, es más que nunca candidato a acabar con el régimen. Por una vez, Andalucía se merece un cambio, aunque sea cuatro años, a ver qué pasa. Luego, siempre se puede volver atrás...
Ciudadanos: En un sorprendente mejor momento andaluz, cuando parecen estancados en el resto
de lugares y empezando a no llegar a la expectativa que generaron junto con Podemos hace un par de años. Con la siempre complicada papeleta de ser ‘gallegos’, de ser
el centro entre los dos colosos, y a partir de ahora, el centro
equidistante entre los dos extremos, pese a que esta vez para dar lugar
al cambio necesiten a uno de ellos. Al final, el electorado español no sabemos si está preparado aún para alguien capaz de dar
una de cal y otra de arena, a izquierda y derecha, y el propio Ciudadanos no sabemos si realmente se cree ese papel o son algo vestido
con piel de otra cosa que no termina de aclararse (a veces se les ve un poco el plumero muy de derechas cuando no son capaces de contestar ciertas preguntas sobre temas como la ley de memoria histórica o el franquismo). Por un lado ideas
nuevas, frescas y liberales, y por el otro enrocamientos de otra época y
demasiada tendencia a criar caspa, aparte de aún mucha bisoñez en sus
filas y presencia de demasiados ‘chaqueteros’ de otros partidos. Tras haber estado en un pacto con el PSOE esta legislatura y haberlo tenido que romper porque no les hacían caso (lo que queramos o no, ha provocado estas elecciones), quieren gobernar, pero probablemente tendrán que ser el apoyo de otro, y lo mismo tienen que aceptar a la ultraderecha. Difícil papeleta.
PP: Han ido perdiendo votos a mansalva durante estas dos legislaturas, ante la dejadez de funciones de sus líderes andaluces y ante el desgaste que el gobierno de Rajoy ha provocado a todo el partido. Lo que sería un muy mal resultado, perdiendo 7 escaños, se salva por el batacazo del PSOE. Aparte, han perdido muchos votos por el ascenso de VOX, por primera vez a su derecha, adelantándolos desde un lugar que ni existía y tenían como suyo. Han robado como nadie en los últimos años en España, y no habían podido hacerlo en Andalucía hasta ahora, que puede haberles llegado la oportunidad. Al menos, que me roben otros, piensan algunos. Les lastra la insistencia en decir que ha de gobernar siempre la lista más votada, cosa que propusieron, aunque nadie les secundó, así que quizá ahora no tendrían por qué ser consecuentes. Si son capaces de unirse con toda la derecha, tendremos por fin el cambio, aunque a pocos nos ilusione quiénes lo encarnan.
VOX: En una nube por el sorprendente desenlace de las votaciones. Sin un programa creíble (más allá de autodenominarse "anticomunistas"), que casi tendrían que matizar al completo para ser medianamente entendible o aceptable, con demasiadas consignas y brazos en alto para taparse el sol, agobio de banderas de España, y ciertas convicciones decimonónicas. Son el aire fresco que viene de demasiado a nuestra derecha, pero si juegan bien sus cartas, aún con mucho que ganar, alimentándose del desprecio a los independentistas catalanes, de las nefastas políticas de inmigración de derechas e izquierdas y de erráticas leyes como la de violencia de género y memoria histórica que no terminan de servir para nada porque o no se cumplen o no tienen incidencia real. Han pasado de 0 a 12 escaños, y han conseguido la victoria en pueblos como El Ejido, y buenos puestos en otros como La Línea o Roquetas, lugares con mucha inmigración o con problemas fronterizos. Su discurso es nacionalista español, católico, liberal, familiar a ultranza, anti-inmigración ilegal y anti-feminista (entendiendo el feminismo como "supremacismo de la mujer", no como "igualdad"), pero el hecho de que los haya votado tanta gente demuestra lo mal que lo han hecho los demás, y eso no se puede negar.
Así y con estas, hay que observar por ejemplo que el 46% de los votos los han conseguido 3 partidos que ni existían cuando el 15M, lo que nos habla de un bipartidismo agotado. También se observa que la derecha tiene más escaños que la izquierda, cosa inédita en Andalucía, último feudo junto con la alemana Baviera en el que un partido resiste desde comienzo de los 80 (en Baviera es desde los 50, pero bueno).
Y luego está el manido tema de la "ultraderecha", que a tantos nos asusta porque es el germen de totalitarismos que no queremos recordar, y que en Europa comienza a ser la moda, donde cada país tiene su poquito de extremismo. Las izquierdas se han lanzado a criticarlos a muerte, casi como único argumento, mientras que las derechas (sobre todo el PP que les necesita sí o sí) lo han tomado con más calma. Entretanto, VOX se frota las manos con las cercanas elecciones europeas, donde visto el percal actual en nuestra política, y la dejadez de los que hasta ahora nos han gobernado, nos muestra un hartazgo enorme en los votantes, así que se pueden hinchar.
¿Qué pasará? Pues no lo sé, he escuchado gurús que dicen de todo, así que seguro que unos aciertan y otros no, ya sea otros 4 años de Susana, otras elecciones, un gobierno del PP con VOX y puntualmente Ciudadanos, un pacto a tres bandas de derechas e incluso más remotamente un extraño pacto izquierdas-derechas... Al final se la pegarán muchos y sólo acertarán unos pocos. A Andalucía lo que le viene bien es el cambio, estancada como nunca, paralizada como nadie por una enfermedad cancerosa que la ha maniatado tanto... Realmente habría bastado con 4 años del PP (quizá en 2012 fue una oportunidad perdida) para limpiar un poco el gallinero, y ahora nos encontraríamos quizá a una izquierda animosa y no anquilosada, con ganas de comerse el mundo y recuperar lo suyo, pero no, son los mismos perros y algunos incluso con el mismo collar, desde que algunos no habíamos ni nacido aún. ¡Que llevan desde el 82, que ya es decir!
Respecto a los ultras, poco que decir de momento, pero entre la ultraizquierda que cada vez más es Podemos y la ultraderecha de VOX, suman 29 escaños, que ayuda a polarizar muy bien y definir perfectamente nuestro espectro ideológico-político, pero empieza a dar una sensación de pasotismo del votante, ya que o no va a votar o acaba votando extremos, y eso es peligroso.
Pongo ya antes de terminar algo que nos representa a todos, aunque sólo sean unos colores, escudo o trapo, según quien lo mire, pero que ha salido poco o nada estos días. ¡Ojo, que esto eran elecciones andaluzas!, que a algunos se les olvida:
En fin, a finales de mes tendremos una primera votación para ver quién será presidente, pero no nos extrañaría volver a repetir elecciones, ya que muchos piensan que la gente es tonta y va a votar diferente, o que la gente que no ha votado se asustará y votará justo lo que ellos quieren que vote o creen que hubiera votado... Ah, ilusos, justo como las encuestas que se volvieron a dar de bruces con la realidad, intentando con métodos antediluvianos entender la sociedad 3.0 actual, de nuevo: ilusos.
Simplemente, espero que todo vaya bien, como hasta ahora, si hemos sobrevivido al Chavismo (de Chaves, no de Chavez) y a todos sus continuadores, Andalucía podrá con todo. Quizá algún día, esos que piensan que el día que Andalucía despierte, será imparable, tengan razón...