Pidiendo comida por internet, la primera vez
Dentro de estas cosas que uno hace por primera vez, recuerdo ahora que el año pasado también en verano compré mis primeros juguetitos por Amazon. Esta vez ha llegado el turno de la comida, y tras ver durante estos meses bastantes chavales en bici o a pata con un pedazo de caja como mochila llevando cosas a otros (por ejemplo los de Glovo o Deliveroo), esta vez los receptores éramos nosotros.
No somos gente reacia a probar cosas nuevas, pero sí que habitualmente solemos incorporarnos a las modas después de que lo hagan los "early adopters", y probablemente después de que lo hagan los "early adopters followers". De la comida a domicilio tampoco hemos sido detractores, pues varias veces al año pedimos alguna pizza gigante, y un par de veces cada década pedimos a un chino; incluso un par de veces en casa de amigos han pedido la cena por Just Eat (otra aplicación por internet), por lo que no era descartable que en algún momento lo acabáramos haciendo nosotros.
Imagen: https://mundoenlinea.cl
La oportunidad la pintaron calva, y fue hace unas semanas cuando nos llegó un folleto de Deliveroo con un cheque de 10 € de descuento, cosa que no dudamos en aprovechar. De primeras la compra mínima era de 12,50 €, aunque al final el restaurante elegido llegaba hasta los 15 € de mínimo.
Hay que decir que este tipo de empresas están teniendo bastante polémica por el hecho de sus condiciones laborales ajustadas, que algunos ven rozando la esclavitud, aunque poco a poco la cosa puede ir cambiando, pasando de los falsos autónomos a comida entregada por los propios trabajadores de los restaurantes, lo que da algo más de confianza de que el repartidor tiene un trabajo digno de verdad (aunque ya hoy en día el mero hecho de trabajar ya sería digno, pues no todos tienen ese derecho o suerte)
La verdad es que todo se hace muy rápido, con una lista intuitiva para elegir el restaurante, mucha información, opiniones, horarios y por supuesto descripción completa de los menús y de cada plato que se puede pedir. La mayoría de restaurantes eran del tipo "comida rápida", ya sea hamburguesas, pizzas o kebabs, pero había cierta variedad de restaurantes, incluyendo veganos, croqueterías o mejicanos. En este caso la elección fue un mexicano (nótese que significa lo mismo con "x" que con "j", pero en castellano bien escrito una de las dos estaría mejor).
Elegimos bastantes cosas para llegar a los 15€ (al final pagaríamos sólo 5), incluyendo tacos, burritos, fajitas, crunchywrap, quesadillas y demás típicos platos de México, y una vez terminado, usando Paypal pagamos el pedido.
Al instante y por el móvil nos iban avisando de que se estaba preparando, de que estaba preparado, de que un chico estaba llegando para recogerlo, de que el chico se llamaba Cristóbal, que luego había salido, que estaba a mitad de camino y que estaba a punto de llamar al timbre... Segundos después Cristóbal tocaba el timbre y mochilón cuadrado en mano, entregaba nuestro gran pedido, que nos comimos cuáles leones disfrutando de un festín que era para el doble de personas.
La verdad es que la comida estaba bastante buena (el restaurante era Taco Bell), en general bastante sana, con mucha verdura, y con el colofón final de un pequeño crepe de chocolate como postre. Nosotros no somos muy receptivos al picante (por aquello de que pica), así que no le echamos demasiado ni buscamos platos que lo contuvieran, pero igualmente lo disfrutamos bastante. Experiencia bastante buena, y en caso de estar en grupo, seguramente podríamos repetir ya con precio normal. La única pega sería el precio de las bebidas (que es donde se aprovechan, por ejemplo la lata de cerveza a 2€), pero la gran ventaja es el hacerlo desde casa y la entrega que llega en el plazo previsto desde el principio. Ya os iremos informando, y puede que si os animáis, hasta podáis compartirla con nosotros.
¡Bon appetit!
No hay comentarios:
Publicar un comentario