Hoy día es más normal ver un campeonato deportivo en el que son las mujeres las que más medallas consiguen para España. Es cierto que en la mayoría de deportes, la selección masculina es la que más afición atrae, pero la verdad es que hay ya varios en los que las audiencias se asemejan a las de los hombres (como las chicas del basket o las del hockey hierba), gracias a que sus resultados son buenos.
A pesar de todo esto, los noticiarios siguen terminando día tras día sin referirse a una sola mujer y sólo en época de grandes acontecimientos se habla de ellas (últimamente se habla de la esquiadora granadina Rienda, pero lo justo). ¿Qué pasaría si Laia Sanz (trial) o Sheila Herrero (patinadora) fuesen hombres? Pues seguro que se les daba más tiempo en los medios.
Realmente, sólo existe un deporte en el que las mujeres han llegado a atraer la misma o más atención que los hombre: el tenis, y todo gracias a Arantxa y Conchita…
Salieron de la nada, como dos niñas de 16 años que empezaban a avanzar puestos en las clasificaciones. Luego, Arantxa ganó Roland Garros (1989, aunque me pilló chico para verlo). Su furia, su raza, sus ganas, hicieron que todos los aficionados (en su mayoría hombres) las siguieran para ver sus partidos (en muchas ocasiones más interesantes técnicamente que los masculinos). Arantxa ganó luego 2 veces más en París, y Conchita (la que siempre se acababa desmoralizando en los momentos claves, aunque podía haber llegado más lejos) consiguió ganar en 1994 el torneo más importante: Wimbledon. Jugando juntas le dieron a España 5 Copas Federación (Campeonato Mundial). En los 90, en todos los periódicos salían diariamente sus resultados por el mundo. Jamás se repetirá algo parecido, jamás saldrán 2 tenistas tan buenas a la vez…
Ahora que se ha ido también Conchita, merece la pena hacerles un gran homenaje, porque han levantado la ilusión por el deporte femenino en este país de aficionados hombres, que gracias a ellas han visto el deporte de otra manera: más técnica, más plástica, aunque no del todo exenta de fuerza.
Yo por mi parte, les diré que jamás vi un partido de tenis masculino más bonito que el mejor de cualquiera de ellas dos. Gracias: Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez, ¡guapas!, por hacernos vibrar y por hacernos ver las cosas de otra manera, con ese otro arte que dais las mujeres…
1 comentario:
Yo recuerdo haber visto muchos partidos de ellas, me gustaba más Arantxa, por la forma de jugar, pero hay que reconocer que ambas fueron muy buenas. Y quién sabe, igual sí se repite...
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