¡Oiga!, perdone señor...
Es algo inevitable, el paso de las generaciones, el ciclo y tal... Los que fueron bebés, luego niños, luego jóvenes, menos jóvenes, adultos, maduritos, muy maduros, "mayores", ancianos, tercera, cuarta, quinta edad...
Llega un momento en el que los mayores pasan de llamarte "niño" a llamarte "chaval", luego llega un momento en el que te tratan como a iguales, a no ser que te saquen 40 años, caso en el que seguramente muchos te llamen "hijo". Quizá aquí dé igual, porque al fin y al cabo uno se siente orgulloso de ir avanzando en el escalafón hasta convertirse en "un hombre/mujer de provecho", pero, ¿qué pasa cuando a uno le empiezan a hacer sentir viejo?
Me refiero a la época (más o menos entre los 20 y 30 años, a unos les llega antes y a otros después), en la que un buen día un niño te dice: "perdone, señor... " y luego te hace una pregunta o te pide algo... Es ese el momento en el que te das cuenta que hay algo enorme entre esa personita y tú: UNA GENERACIÓN. Sí, una generación, 15 años aproximadamente.
En media, podríamos considerar que cada 30 años una generación tiene hijos, pero habría que considerar esa generación intermedia. Sí, por ejemplo a los 25 años un niño de 10 te llama "señor". Un niño de 10 que no sabe lo que es una cinta de cassette, ni ha oído hablar de los vinilos, ni de la Super Nintendo, ni de la URSS; que no sabe quién es Felipe González, Clinton, Chiquito de la Calzada, los primeros frikis de Gran Hermano... y veinte mil ejemplos más (vaya ejemplos más tontos pero ilustrativos que he puesto). En ese momento eres consciente de que hay una cantidad enorme de personajillos que tienen su propia generación, sus propios valores e identidades, y que son el futuro (aunque tú todavía lo seas), pero que vendrán como auténticos monstruitos para relevarte y jubilarte... ¡qué crudo!, jaja.
Bueno, no quiero ser tan crudo, porque esos 15 años de más son una experiencia increíble, que ellos jamás podrán tener. Cada generación tiene enorme experiencia sobre algo, y la mía quizá no vivió momentos convulsos en España, pero podemos hablar de un cambio tecnológico brutal (y muchos otros) que hemos vivido completamente, y que para estos nuevos personajillos es algo tan normal que asusta... En fin, a mí aún no me ha pasado, pero sé que algún día llegará un chaval hablándome de usted. Para cuando ese día llegue (y que conste que todas las semanas alguno me pide que le eche el balón de fútbol que se le ha escapado, mientras juego al baloncesto), aquí les muestro que estaré preparado... jeje.