04 agosto, 2011

6 sentidos, 6 repasos a mis recuerdos (3), 1994-1997

Continuando con esta serie de recuerdos, y tras la primera y segunda, ahora llega la tercera entrega, disfrútela el que pueda:

Suena: La época entre 1994 y 1997 me suena a distancia, como si la escuchara al otro lado de la montaña. Esos años me suenan a adolescencia, a cambios míos y ajenos. Me suenan a las letras de los Celtas o los Héroes, a algún Oasis y a los gritos de fans de las Spice o los Backstreets. Esta época me suena a la musiquilla del Pang y del Tetris, me suena a letanías de Don Luis para hacernos reír, a revistas Interviú que van y vienen, al Jueves, a los primeros éxitos de Pérez Reverte. Me suena a cánticos en el bus camino de Granada, o de Jaén, o de Málaga, o de Córdoba, cánticos de una vieja clase cuyos integrantes rozan los 30 años, la mitad casados y con hijos, y cuyo canto del cisne pudimos escuchar en esta época. También es la época de los grandes torneos deportivos en la escuela, de los equipos de Voley o Basket, del ajedrez o las carreras, tanto, que hablar de cada uno de estos temas que ahora no es el momento porque me extendería mucho. Esta época me suena a goles de Romario, Ronaldo y Rivaldo, a aquel walkman desde el que oía en las noches veraniegas los Juegos Olímpicos. Me suena a la cochera de Carlo’s, a la villa de Eulalia, al bakalao y al ensordecedor sonido de la discoteca en la Feria. Esta época me suena a cambio, a cambio de edificio escolar para volver al mismo, a cambio que provoca que nuestro mundo crezca un poco, y nuestras miras también, ahora ya no es local, es comarcal, y pronto será provincial, autonómico, estatal y universal. Me suena al timbre y a los ruidos característicos de ese instituto en el que tan poco tiempo estuvimos, a la vuelta al colegio vespertino. Me suena al pito de los entrenadores de los alevines, los cadetes, los infantiles… Me suena a más abdominales y otros 10 minutos corriendo, al silbato del “fotógrafo” dando la salida para otra de sus pruebas.



Esta época me suena al grito del cipote para que dejáramos de jugar, con la consiguiente carrera, me suena a aquellos partidos a la 1 de la tarde, a aquellas mañanas con el Fifa’97, a los últimos "cada uno por su bolsa", a las alemanas y los mundialitos. Me suena a jubilación, a despedida, a más cambios, a convertirme en hijo único. Me suena a esos últimos días de familia numerosa, a las llegadas a las tantas, de la calle, del chalet, a escuchar llegar a los demás. Me suena también a marcha nupcial, a días felices, a nuevos nacimientos. Así, sonando sonando, escucho tímidamente cantos de sirena, y me enamoro, más de una vez, sin dar lugar a nada concreto. Esta época me suena a largas tardes de piscinas, sonando la depuradora, a juegos con mis primas o mis amigos, disfrutando del agua, cuando por última vez perdemos la inocencia, y también por primera. Me suena también a triunfos, a premios, a vergüenza ante los halagos. Esta época me va pasando mientras todo cambia, sonando a nuevo, a melodías suaves y relajantes. Me suena al golpe de raqueta de Arantxa, al del putter de Txema, a los últimos mates de Jimix y triples del “Super”, a los pases de Pep, la garra de Lucho y las últimas clases de Bakero. Esta época me suena a 40 principales, al tiburón y al venao, a las últimas grabaciones en cintas de cassette, a los primeros CD grabables. Me suena a tardes con Rocío en catequesis, donde descubrimos definitivamente que nuestro mundo ya no se ampliaba sólo con los del "B", sino que también estaban las monjas y luego el instituto, que pronto culminaría en la Universidad y en el adiós. Me suena a parecer rebelde, a serlo, y a la misma vez aparecer como chico formal cuando la situación lo requería. Esta época me suena a los últimos juegos con los cochecicos, y quizá también con los soldaícos. Me suena al Nabucco, a Recuerdo de la Alhambra, a La Aurora, La Sirena y La Paloma, a las notas de guitarras y bandurrias.



Me suena a canciones de una tuna que no tiene ni trajes, al último aguilando que nos convertía en demasiado mayores para según qué cosas. Sonidos que van y que vienen, en la última década del milenio, llantos que ya no son míos, aunque van por dentro, por no caber ya en los lugares donde antes me escondía, por ver cambiar demasiado a demasiada gente que ahora tenía otros intereses. Esta época también me suena a novatadas y a acabar en la fuente (otros, por suerte), a grandes viajes en bicicleta por la comarca, a partidos de bádminton en la vieja juguetería, a casetas montadas aprisa y noches mágicas entre olivos de Alharilla, a pandillas que van, vienen y por el camino se entretienen, a las primeras amigas de verdad. Me suena a cánticos y letanías en aquellos dos sueños que fueron Sabinillas y La Zubia, amigos para siempre. Y a todo esto y a muchas cosas más, me suena, cuando me paro por un momento a escuchar, esa época que viví, hace casi 15 años...


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6 sentidos, 6 repasos a mis recuerdos (1), 1986-1989, Vista 
6 sentidos, 6 repasos a mis recuerdos (2), 1990-1993, Gusto
6 sentidos, 6 repasos a mis recuerdos (3), 1994-1997, Oído
6 sentidos, 6 repasos a mis recuerdos (4), 1998-2001, Tacto
6 sentidos, 6 repasos a mis recuerdos (5), 2002-2005, Olfato
6 sentidos, 6 repasos a mis recuerdos (6), 2006-2009, Intuición

2 comentarios:

Jesús dijo...

Qué recuerdos!!! No me acordaba de los partidos de badminton en la de tu tía Matilde, pero ahora que lo has dicho... y la Zubia, con los corianos y se te han olvidado esas mañanas con aquel juego de F1, qu simultaneábamos con el FIFA, en fin... fin de la infancia e inicio de la adolescencia... que vamos pa viejos!!!

Javi dijo...

Pues sí, no viene mal intentar recordarlos de vez en cuando. Y por supuesto en un puñado de lo que recordaba salías tú, jeje, con todos los honores, por supuesto, como algunos otros.

El juego creo que era el Exhaust Heat, que conforme ganabas carreras comprabas cosas, motores o lo que fuera, y al cambiarlo, salía cómo se hacía el cambio de las piezas y todo. ¡Lo que pasa que me puse un límite de líneas y no podía poner todo! De hecho recordando recordando al final da para un libro y no es plan.

En fin, ¡vamos pa viejos y ojalá lleguemos!, como dijo aquel (y haciendo un guiño a la época): nos vemos en los bares.

1abrazo.