Rellenando, que no es participio
De eso que abres el blog y te das cuenta de que justo hoy tocaba escribir un artículo y no tienes nada. Aunque tienes programados 3 más para últimos de mes y primeros del siguiente, pero horror, hoy no, y piensas que quizá deberías escribir algo para rellenar, y piensas que quizá deberías hablar de la actualidad, pero es lo de siempre, y que deberías hablar de lo que habitualmente la gente comenta, pero es lo de siempre, y que quizá podrías repasar un poco tus pensamientos, pero son lo de siempre, y al final no te queda casi más que decir "cambio y corto", devolvemos la conexión, lo dejamos por hoy, vendrán tiempos mejores, o no.
Hoy me da la gana de hablar de lo personal, por qué no, que para eso cierto día monté este tinglado y para eso eran estos tinglados, una especie de diarios donde la gente suelta lo que se le ocurre, desembucha y vomita diarreas mentales. Hoy vamos con mi libro.
Tenemos una boda a finales de mayo, y creemos que no vamos a poder ir, o que la boda incluso se volverá a posponer, así es la cosa. Pensamos también que este año la Nochebuena no va a ser como siempre, y que la Navidad se celebrará sin celebrar. Viendo cómo la gente hace vida completamente normal y repasando los archivos fotográficos que no tienen siquiera carpeta para 2020, se me ocurre acabar con toda esta miseria e irnos por ahí de viaje, pero sabemos que muy lejos no podrá ser, o que incluso no podrá ser, y se me ocurre largarme por ahí el puente de diciembre, y unos días entre la Navidad y Nochevieja, poniendo de momento el punto de mira en la sierra de Huelva, para no ir mucho más lejos, pero para ir lejos.
Tenemos que quedar con tanta gente con la que no hemos quedado... se acumulan y seguirán haciéndolo, porque uno no va a casas y uno tampoco va a bares. Se me acumula el deporte sin hacer, y no es que el deporte se pueda recuperar: el que no haces se pierde. He perdido tantos partidos de baloncesto o tenis que ni me acuerdo, y después de aquella caída con la bicicleta casi pierdo también hasta las ganas de moverme. Luego llegará crudo el otoño y detrás el invierno para recordarnos que no salimos cuando queremos sino cuando nos dejan.
Lluvias que están por llegar con este cielo encapotado de hoy, aceitunas que tendrían que engordar para que podamos seguir comiendo. Aceitunas que tenemos ya aliñadas y preparadas, otras que cogeremos estos días, algunas regalaremos y otras deglutiremos. Ricas y riquísimas en nuestro nuevo aliño colorado de pimentón que iremos replicando siempre que podamos.
Aprovecho para reconocer que el sábado estuvimos de botellón, celebrando literalmente la vida, tres botellones de cerveza y una de Bombay Saphire, que no cayó completa pero a la que le pegamos un buen palo. Mereció la pena, mientras miles de estudiantes hacían lo mismo que nosotros esparciendo aún más la ponzoña que nos cubre desde hace meses. No hicimos nada malo, 6 personas que es lo máximo y sin toque de queda, autorizados...
Esta tarde nos cambiamos de provincia, autorizados, aunque quizá en unos días no podamos entrar en ninguna de las dos capitales, quién sabe. Hay que ir tomando nuevos aires, que la mayoría hoy en día se vician a la primera calada. Y así, poco a poco he ido rellenado este artículo que no tenía nombre ni pensamiento, que no tenía guión y acabó siendo un poco personal, que nunca está de más, rellenando que es gerundio mientras la vida mañanera se desarrolla, con sus ruidos urbanos y sus absurdos porrazos vecinales, de gente bruta y sin seso que no se da cuenta de que todos al fin y al cabo somos.
De momento tranquilidad, ya he rellenado y ya tengo preparados varios más hasta fin de mes mientras dura mi confinamiento, que parece que confinado uno tiene más fresca la mente. Ya tengo varios compañeros de trabajo o enfermos o con familiares directos enfermos, así es la ponzoña, tiempo al tiempo que no acabemos todos cazados, ojalá que no, ojalá que el antídoto llegue pronto para muchos.
Hasta entonces, os dejo por unos días, me largo a la Vieja Ipolca íbera...
No hay comentarios:
Publicar un comentario