26 enero, 2025

Febrero, 28 días, 28 categorías

Un buen día de hace no mucho tiempo (31 de octubre para más señas) cuando pensaba qué publicaciones preparar me vino a la memoria aquella "Febrero 28 días, 28 posts" que preparé hace ya 11 años y que me llevó durante 28 días consecutivos a cada día pensar y escribir desde cero un artículo, labor que cumplí con creces (y en algún caso con cierta calidad).

Total, que al recordar ese momento de pronto lancé la idea de "28 días, 28 categorías", peregrinamente, y arriesgándome, y pensando que a estas alturas es una barbaridad para mí preparar nada menos que 28 entradas tan rápido, lo que normalmente haría en unos 6 meses al ritmo actual de publicación, así que bueno, me calmé al pensar que era 99% improbable que tuviera justo 28 categorías, casi prometiendo que si tenía justo esas 28 haría la serie, y si no no. 

El resto, ya es historia: me cogí y me fui al listado de mis categorías y fui contando, una, dos, tres, cuatro... quince, dieciséis (uy, por ahí va a andar)... veinte y seis, veinte y siete, veintiocho... ¡albricias! En fin, que de pronto me di cuenta de que justo tenía 28 categorías, y que ahora tenía una especie de promesa con el blog, que tendría o no que cumplir, pero que conociéndome no sería un reto tan descabellado, y siempre ilusionante.

En conclusión: la idea era clara "publicar un artículo de cada una de las 28 categorías en los 28 días de febrero de 2025", sin ninguna restricción más, pudiendo ser extremadamente cortos, y sin que tenga que seguir un orden concreto, más allá de quizá poner en cada uno de ellos la categoría principal usada (aunque tengan alguna otra) y la lista de las que me quedarían por publicar. Eso hará también que el año engorde sus estadísticas y se parezca bastante a los años "normales" antiguos del blog, pero cualquier parecido con la realidad será pura coincidencia, claro.

El próximo 1 de febrero comenzaré (nótese que esta vez tampoco he aprovechado este post introductorio para tener ya un día relleno, y también decir que a día de hoy no tengo preparado NINGUNO), y el 28 de febrero terminaré, lo prometo. También prometo ir escribiendo más o menos cada uno de esos días, salvo vacaciones y demás, que los haré con antelación y dejaré publicados, y por supuesto decir que no es necesario que los sigan a diario, pues tampoco creo que sean muy largos, lógicamente. Y no olvidemos que hay categorías "fáciles", pero otras que prácticamente implican esforzarse mucho para crear algo en condiciones, eso dificulta mucho la tarea.

Ahí vamos, a intentarlo como siempre. Muchos cayeron en el intento, y otros ni siquiera lo intentaron. De los que lo consiguieron, sólo quedan ya estatuas, nombres a museos, a campos de fútbol y aeropuertos. Hablamos al terminar, y deseadme suerte, que hay algunas categorías bastante complicadas y con apenas nada publicado aún. Besitos para la vuelta.

 

P.C. (Por cierto): Como la otra vez que publiqué en 28 días de febrero hice una especie de seguimiento de "días sin fumar", esta vez voy a hacerlo también, añadiendo un añadido mediante un ejercicio físico, a ver qué tal me va. Se trata de las famosas "planchas". Empezaré haciendo una el primer día y contaré cuántos segundos aguanto, y así los 28 días, a ver si hay mejoras, si no, etc... 

 

21 enero, 2025

Pendientes de prohibir

Mira que hace tiempo que estamos viendo la deriva o fiebre prohibitoria en la sociedad actual, tanto que a muchos les empieza a sonar a "dictadura", ya que el periodo de 40 años que pasamos "prohibidos" y luego dio lugar a la libertad y apertura relativa de los 80 y los 90 ha acabado continuando con esa manía sigloveintiunera de controlar todo y de poner puertas a todo, por el qué dirán, por el buenismo, pero claro, prohibir sin prohibir lo que nos permite forrarnos, eso por supuesto.

Y entre medias, uno se puede ir dando cuenta de que hay cantidad de cosas que nos hacen la vida peor a las personas y que siguen sin ser prohibidas, cuando realmente son las que tendrían que desaparecer, ya sea por nocivas para nosotros o para la naturaleza. Ejemplos hay unos cuantos, y os paso una de mis habituales pequeñas listillas ilustrativas en plan "hombre gritando a una nube", para que os hagáis una idea:

-Calentar la calle con estufas: no tiene sentido calentar la calle, y es lo más ineficiente posible, lo miremos como lo miremos, aunque se esgrime la salvación de la hostelería como necesidad, causa que hace rasgarse las vestiduras a los más pintados, sí, la hostelería, esa que nos llena de ruidos las calles, que ocupa nuestras aceras echándonos a la calzada, que reduce las plazas de aparcamiento con sus terrazas. No, no digo que no haya que dar confort a los clientes, pero el invierno es el invierno y el verano el verano, y también hay soluciones más eficientes energéticamente.


 

-Los SUV: en general para los vehículos pesados y contaminantes que ahora llenan nuestras calles, que muchos son unos feos mamotretos, demasiado altos y peligrosos al no ser posible ver bien lo que hay alrededor de ellos para sus conductores, y porque otros coches quedan por debajo al chocar con ellos, y por supuesto que gastan lo que no está escrito.

-Los petardos: probablemente se pueda hacer extensivo a todo tipo de pirotecnia, pero santifiquemos las fiestas y aceptemos al menos los fuegos artificiales de fin de feria y alguna de las mascletás de las fallas, pero poco más. Son muy molestos, nos explotan los tímpanos, vuelven locos a los perros (y aunque no importe mucho, a los ancianos y a los niños pequeños, no digo ya a los altamente sensibles o a los autistas, pero bueno, da igual, pensemos sólo en los perros). Y aparte están los que los tiran, que muy buena cabeza no tienen (y sus padres, claro). Mención especial para las "bombetas", tan peligrosas que no deberían usarlas menores de 8 años, justo los que las usan, gente con uso de razón, claro.

-Letreros luminosos que parpadean: esto no es Las Vegas, no tenemos por qué emitir tanta contaminación lumínica ni molestar a nadie para que le dé un ataque epiléptico al salir a la calle o a su balcón. Ya se ve perfectamente tu local, tu farmacia, tu clínica, tu asadero de pollos, no hace falta que nos hagas estallar las retinas.


 

-El tabaco: ya tardan hace mucho tiempo, pero es que es mucha pasta. No se debería poder fumar en la calle, y punto. Ya lo de permitir fumar todavía en las terrazas de los bares o en los parques es de locos, de una sociedad enferma que no piensa ni remotamente en los demás, no te digo ya los padres que van fumando llevando un carrito de bebé, pero pensad en los perros, les estáis haciendo fumadores pasivos... A ver si así. 

-Altavoces de Navidad o romerías: similar a lo de los letreros luminosos. No hay por qué calentarle la cabeza a los que no quieren participar en estas cosas, no hay por qué reventarles los oídos con música machacona las 50 horas del día, sean villancicos o sevillanas (imaginad la locura que es estar trabajando en un local y tener que estar toda la santa jornada escuchando la misma melodía que a nosotros que pasamos dos minutos nos alegra, pero que para ellos es una tortura). No, no pasa nada por un rato, y para eso están, pero por lo que más queráis, dejad de torturarnos.

-Las gominolas de petróleo (parafraseando el nombre de un famoso blog, y tomándome la licencia, porque estas en realidad son mucho más inocuas que todas las anteriores de la lista): son trozos de goma con azúcar, saludables cero, sin sentido más allá de ese azúcar de calorías vacías que llevan por encima, pero con el que vuelven tarumbas a los que consiguen enganchar. Podrían vender cartón con azúcar por encima, que lo seguirían comprando y forrándose algunos. Si están por prohibir las bebidas azucaradas y energéticas, este tipo de chucherías tendrían que ir detrás.

 

Todas estas prohibiciones y muchas más, nos harían a todos la vida mucho mejor, no sé a qué esperan, pero también os digo que ninguna de ellas tardará mucho, pues va nuestra cordura en ello. ¿Y tú, qué tienes pendiente de prohibir?


16 enero, 2025

El Porcuna en Tercera División RFEF (Año 5x03)

Vamos con el tercer repaso de la temporada, que ya nos lleva a su mitad (van 17 jornadas), de esta que es la quinta temporada en seis años del Atlético Porcuna en Tercera División.

Tras un comienzo dubitativo que a las claras marcaba la salvación como difícil objetivo, este segundo cuarto de la temporada comenzó del mismo modo, con una nueva derrota por 3-1 en Mijas, un empate a uno en casa ante el Mancha Real y una derrota por 2-1 en La Victoria ante el Real Jaén, situándose en penúltimo lugar con 6 puntos, y a uno de la salvación, que de momento seguía barata.

Luego llegó el renacer en el que era el partido más importante de la temporada, ante el colista Poli Almería, ganando contundentemente por 5-1, y continuando la racha con un 1-2 en el campo del Arenas de Armilla (consiguiendo en 2 partidos exactamente los mismos puntos que en las 10 jornadas anteriores), catapultándose a la 12º posición, tres por encima del descenso (y con la moral que eso da).

Después, para ir finalizando la primera vuelta, empate 1-1 en casa ante el Huétor Vega, derrota 2-1 ante el Polideportivo Ejido y nueva y contundente victoria 3-0 ante el tercero de la tabla, el Torre del Mar, poniéndose ya cuatro por encima del descenso. 

Las dos últimas jornadas de la primera vuelta, y ya con cierta tranquilidad, acabaron con una impresionante paliza al Motril en su casa por 1-4 (de nuevo mostrando que los de arriba se le dan bien), y cierre con derrota 1-2 ante el Martos en casa.

En definitiva: el equipo ha aprovechado esa tremenda racha (13 de 21 puntos posibles) para acabar la primera vuelta metido en la pomada, con buenas perspectivas de poder conseguir la salvación y con la moral alta, nada menos que cuatro puntos por encima del descenso.


 

En cuanto al grupo en general: el mano a mano entre el Atlético Malagueño y Real Jaén continúa, una vez que sus perseguidores se han descolgado (con la colaboración del Porcuna, entre otros), y con las 3 plazas restantes de playoff en juego para los Huétor, el Torre del Mar y el Motril, aunque todavía con aspirantes de más abajo.

Por abajo, un poco lo de siempre: recién ascendidos y los pequeños de toda la vida que en muchas ocasiones se acaban salvando, sorprendiendo entre todo esto el bajo desempeño del Torredonjimeno, que nos tiene acostumbrados a estar más arriba y sin problemas de permanencia, que ojo a este año...

 

10 enero, 2025

Acortando las entradas en el internet actual

Al hilo de mi reciente entrada sobre criptomonedas (no, si va a parecer un blog serio y todo, nada más lejos de la realidad de la parodia), revisándolo me he dado cuenta de que es un artículo muuuy largo y difícil de leer, y que probablemente nadie va a leerlo completo. 

El motivo es que hoy en día no somos capaces de ir mucho más allá del primer párrafo de una noticia, y si no nos engancha es que no hay nada que hacer. Y sí, leemos el titular del Twitter y pinchamos porque es viral y nos engancha, y luego el título y subtítulo de la noticia, y probablemente poco más, aunque quizá si el medio donde lo vemos o el autor nos inspiran confianza, intentemos empezar con ese primer párrafo. Luego, ir al segundo es ya una quimera que sólo existe si nos ha enganchado el primero, pero incluso así, si no viene una imagen pronto, nos atragantaremos como con un polvorón y lo dejaremos, así es hoy internet.

Entonces, pienso que estoy ahí trabajándome un artículo largo sólo para rellenar unas líneas, para que me cuente como una entrada más en el blog, y me digo: "¿para qué hacer artículos de 10 párrafos cuando con un par de párrafos ya me contaría? En fin, uno es millenial y ya no está para estos trotes, debería haber migrado a TikTok hace unos 15 años, pero la vida es así, este es mi Teletexto y moriré con él, como dirían algunos Boomer".

 


 

No quiero ir más allá, aquí os dejo esta pequeña reflexión vacacional. ¿Habría leído yo mi artículo de criptomonedas haberlo escrito otro? Lo dudo, no parece enganchar desde el principio, no es divertido, no da la sensación de que me vaya a hacer aprender algo, etc... Sólo lo leería por morbo, porque conozco a la persona, por ver si la ha cagado de algún modo, así somos... Leedlo, leedlo si me conocéis, que eso siempre añade algo de interés, pero no, no os va a cambiar la vida como esa ristra de 100 Reels que habéis mirado sin pestañear hace un rato y de los que ya no recordáis nada.


 

Y así corto ya, comenzando todavía el año y pensando que debería definir un máximo de párrafos para el futuro, quizá cinco como los que tiene esta entrada, que al modo de "introducción con enganche viral" (1), "herramientas e instrucciones para entenderlo" (2), "cuerpo más importante" (3), "cuerpo de temas accesorios" (4) y "conclusión" (5), sirvieran para que los artículos siguieran siendo aceptables y de camino legibles en este vertiginoso y viral mundo en el que vivimos. Aquí lo leeréis si es así, y si no, pues dejad de leer en el párrafo que queráis, que para eso sigue estando el título que os lo resume, y si no, esperad a la película, que eso siempre funciona.


05 enero, 2025

Típico balance del año acabado (Año 19)

Alucinas cuando pasas del lustro, cuando te acercas a los 10, cuando pasas de un dígito a dos, cuando eres adolescente, y ahora cuando ya pasas de la mayoría de edad, quién sabe cuántas alucinaciones más nos quedan por esta bitácora.

Hoy rozamos ya la veintena, como si burla burlando fueran los años pasando, y por obligación autoimpuesta tengo que repasar por decimonovena vez lo ocurrido estos últimos 12 meses y trescientos sesenta y seis días, por aquello de la "bisiestez".

El año tuvo sus cosas parecidas a todos los años, y tuvo otras sorpresas inesperadas, aparte de confirmaciones de otras cosas que ya dábamos por hechas, algunas eran conformaciones "con lo que uno tiene" y otras eran "giros inesperados". Recordaré siempre algún susto que esta vez fue compatible con la vida pero que no lo son para todos los que lo sufren, y que por un lado fue cuestión de salud y por otro de una situación arriesgada. 

Por lo demás, damos gracias por estar vivos en general, como todos debemos hacerlo. El trabajo bien, en su monotonía y en su sorpresa y expectación por lo que podría haber cambiado, un gran halago por lo bien hecho que tampoco se traduce más allá de algo que poner en una estantería, por lo demás, es algo digno de tener y digno de dar las gracias por ello. La familia, pues igual, suerte de tenerla y que dure, pese a que a veces se produzcan cambios no deseados en sus integrantes. Este año han entrado y salido de ella varias personas, incluyendo algún fallecimiento como de costumbre, que siempre estos son un "amanece que no es poco" de manual para los que sí llegamos a comernos los lacasitos de Nochevieja.

En cuanto al deporte, no llegué a cumplir la máxima marcada de "una vez por semana", por culpa del maldito horario de invierno que imposibilita todo, y que las enfermedades que te dejan en el dique seco más días de la cuenta no lo permiten, así que dejémoslo como propósito de año nuevo o para el verano, que esperemos siga cumpliendo las expectativas bastante vacacionales de otros.

Por lo demás, el ir y venir de la rutina ya son suficientes para atontarlo a uno, pero al menos he podido sacar tiempo para publicar al fin el trabajo que tenía preparado desde hace un par de años, publicar algo que llevara mi nombre y de lo que estar orgulloso mostrando a tanta gente algo que desconocían y de lo que también pueden estar satisfechos, creo que también eso ha marcado el año, el ir y venir a la imprenta y las librerías con cajas de 15 kilos, yo y los que me han ayudado, cajas de las que aún queda alguna esperando que esos libros tengan finalmente su espacio en un lugar donde los quieran. Creo que ya como contribución a aquel "ten un hijo, planta un árbol, escribe un libro", es la última, y sólo queda ir a por la parejita... 

Total, que sin más que decir me despido hasta el año que viene en esta especie de carta, de botella tirada al mar, pero qué era el blog sino eso. Total, que os deseo lo mejor en este año que suena a fecha exacta y que incluso algunos rimarán, primer cuarto de siglo cepillado, que me da como idea hacer algún artículo de este, mi primer cuarto completo de siglo, sería curioso sí, aunque reconozco que se me ha hecho tan largo como la última década del siglo pasado, cosas de la relatividad en la percepción del paso del tiempo de la que ya he hablado.

Sin más, a todos, míos y mías, e incluso míes, ¡que tengáis un FELIZ 2025!