La teoría de las colas
Desde siempre he pensado, o más o menos he tenido, una teoría que explicara de una forma más científica o natural o simplemente lógica algo que tiene que ver con la eterna e inacabable guerra de los sexos.
-Comienzo con una pequeña introducción:
Ese algo que había que explicar es una pregunta que ha atormentado durante siglos a la humanidad, sobre todo a Bibiana Aído: ¿Por qué la mayoría de puestos directivos en las empresas, gobiernos, administraciones, etcétera, están cubiertos por hombres?
Es obvio que en principio eso se debe a que las mujeres no han tenido las mismas oportunidades que los hombres para formarse, y que más bien la sociedad les ha negado repetidamente esa opción de "llegar a ser algo en la vida". No obstante, algunas como Marie Curie o Maria Teresa Fernández de la Vega han quebrantado dicha ley...
Pues bien, en la actual sociedad, y dentro del archiconocido "holding feminazi" que actualmente gobierna en nuestro país, se llegó a la conclusión de que había que conseguir la igualdad (entendida como paridad o igual porcentaje) entre hombres y mujeres en TODOS los ámbitos de la vida. Por tanto, esgrimiendo dicha paridad, se creó la Ley de Igualdad, una ley que obliga a discriminar negativamente a los hombres en el acceso a TODOS los ámbitos de la vida, para que así las mujeres lo tengan más fácil. Sí, Ley de Igualdad, y sí, 'Igualdad' sigue significando lo mismo desde hace cientos de años... De esta forma, ahora en el gobierno español, en los autonómicos y en todos lados, hay ya más mujeres que hombres. ¡Lo conseguimos!
Pues sí, lo conseguimos: en vez de coger a las 12 personas mejores preparadas para ser ministros, independientemente de su sexo, hemos cogido a los 6 hombres y 6 mujeres mejor preparados. ¿Y si los 12 mejores preparados son todos hombres? ¿Y si la mujer mejor preparada estuviera en el puesto 1000 del ránking general? Pues, lo siento, la Ley es la Ley, esa mujer será ministra de Economía por lo menos...
-Aquí finaliza mi introducción, y ahora pienso yo:
¿Y si por lo que sea los hombres están más predestinados a llegar a los puestos más altos? Ya sea por competitividad, por testosterona, por bemoles o lo que sea... ¿Y si cosas como la maternidad, los genes ancestrales o lo que sea hacen que las mujeres no quieran llegar en general tan alto como los hombres?
Y añado un par de ejemplos de los que no se debe extrapolar nada: Según mi experiencia en párvulos, colegio de primaria, instituto de educación secundaria, universidad, cursos varios de F.P.O. o incluso pequeños talleres, los más listos suelen ser hombres, y los más tontos suelen ser también hombres, uhm, esto es curioso, curioso y sorprendente. ¿Por qué se habla del tonto del pueblo y no de la tonta? ¿Por qué hay más hombres "desastres" que mujeres, y por qué la mayor parte de los Premios Nobel son hombres, cuando ya hace mucho tiempo que la mayoría de los titulados universitarios son mujeres?...
-Y finalmente el detonante de este post:
Resulta que recientemente vi un capítulo de Redes (uno de los 3 ó 4 que he visto en la vida, ver a partir del minuto 19), donde el amigo Punset entrevista a una especialista en Darwin, llamada Helena Cronin, que nos habla de las diferencias entre hombres y mujeres, que ya se muestran a los 18 meses de vida, claramente.
Ella es una mujer, y su teoría también se basa en la experiencia. Ella se pregunta por qué los más listos son hombres (en general) y los más tontos también son hombres (en general). Mientras que las mujeres permanecen más cerca de la media, siendo más homogéneas entre ellas, en el caso de los hombres hay más genios pero también más necios.
En fin, aquí lo dejo. Me parece una teoría muy interesante (más bien quizá una hipótesis, de la que podríamos hablar días y días), pero que explicaría bastante bien muchas cosas. Probablemente muchos rebusquen en su memoria y se den cuenta que lleva razón (aunque habrá numerosas excepciones, obviamente). Lo que sí es verdad es que esto convertiría más aún en aberración la dichosa Ley de Igualdad, contra la que todos los hombres deberíamos luchar, porque nos discrimina como minoría frente a una mayoría, las mujeres. No tenemos por qué ser más, pero tampoco menos. Simplemente, si alguien vale para un puesto, dáselo, no eches la cabeza a un lado cuando veas que es un hombre... como durante tantos años se hizo con ellas...
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