El derecho a la presunción de ignorancia
Actualmente corremos unos tiempos en los que la información fluye vertiginosamente delante de nuestras propias narices, en cantidades que habrían matado probablemente de un infarto a los Sócrates, Descartes, Da Vinci, Copérnico, Newton, Hubble... En esta época, el flujo de conocimiento al que podemos tener acceso es infinitamente mayor al de cualquier periodo de la historia, y eso nos plantea cantidad de decisiones a lo largo de nuestra vida, y nos deja abocados a la depresión, ya que es completamente imposible en la actualidad saber algo de casi todo. Nótese como ni siquiera digo saber mucho de casi todo, más factible en siglos anteriores, pero difícilisimo hoy en día. De hecho es casi imposible ya saber todo de algo (que no esté obsoleto ya), porque la rapidez con la que avanza todo nos deja prácticamente colgados, nos guste lo que nos guste, sepamos lo que sepamos.
A la vez que todo esto, nos encontramos en una época en la que se utilizan muy alegremente conceptos como "inculto", "analfabeto", "cultura general" y similares. Da la impresión de que cualquier persona que quiera considerarse "al día", tendría que haber entendido perfectamente todo un telediario, todo un periódico o toda una página web. Imposible: hay tantos posibles temas que es imposible que conozcamos lo suficiente sobre todos. Personalmente, me conformo ya simplemente con que las cosas me suenen (lo que yo llamo "que si me pusieran 4 opciones en el 50x15, seguramente respondería la correcta").
En los telediarios se nos trata así, como si lo supiéramos todo, y eso frustra a la mayoría de las personas, incapaces de entender a la misma vez y a la perfección 7 noticias como estas:
-'El LHC continúa con la búsqueda del bosón de Higgs'
-'Van Rompuy habló en el Consejo Europeo sobre las fusiones frías'.
-'El gol fantasma de Lampard nos recordó al que Bambridge nos birló'
-'Nueva colección Pret-a-porté con tintes del estilo Vintage'
-'El alcalde, que fue acusado de prevaricación y cohecho, está en libertad condicional'
-'El Summa tardó media hora en personarse en el lugar'
-'El Consejo de Seguridad de la ONU advirtió al gobierno kirguís sobre la transparencia electoral'
Hoy se trata de que la misma persona sepa exactamente qué han querido decir esas 7 noticias del mismo noticiero, que además han tenido un tratamiento muy superficial, rápido y en muchos casos frívolo. Podríamos coger los 16 términos/nombres/siglas que he subrayado y hacer un examen sobre ellos a la población (dudo que el 20% sepa contestar aceptablemente por la mitad de ellos en una pregunta del 50x15, tipo test). ¿Entonces?, ¿son tontos?, ¿analfabetos quizá?, ¿incultos?, ¿ceros a la izquierda?, ¿O con un canuto?. Pues no, señores, porque si preguntáramos al propio presentador del telediario, tampoco superaría a la media (sólo es un señor que está leyendo); de hecho dudo que lo superaran también un ministro, un deportista, un escritor o un tertuliano de esos que parece que saben de todo (aunque luego no soportarían un cara a cara con un experto). Lo que se olvida en muchos casos es que cada noticia es tratada por un especialista diferente (bueno, lo sería así en una redacción ideal que no existe) que probablemente sólo sabría explicar algo de su propia noticia. Si ellos mismos no saben más que de lo suyo, ¿por qué esperan que nos enteremos de hechos de temática tan diversa?
Así, yo proclamaría un nuevo derecho que añadir a todos los que ya tenemos. Es lo que algunos entendidos en comunicación han llamado el derecho a la "sabia ignorancia", entendido como el derecho del público a conocer determinados temas así como a ignorar otros. Yo lo reformularía como "Derecho a la presunción de ignorancia", y debería ser entendido como un derecho a no ser tachado de ignorante o inculto por no conocer, a la vez, el último avance tecnológico en nanotecnología, el último descubrimiento de una partícula subatómica o el avistamiento de un planeta azul situado a años luz.
La verdad es que en nuestros días los nuevos descubrimientos se publican a tal velocidad que es imposible que nadie pueda estar al día, por lo que no podemos definir exactamente qué conocimiento es mejor o peor, más necesario o más superfluo. Nadie es quién para decir que saber cómo se elige al presidente de las Repúblicas europeas es más importante que saber cómo funciona el Euribor, o si saberse la capital de Azerbayán es más importante que saber qué es realmente el "hielo seco". Para mí, en los noticieros muchas veces se dan demasiadas cosas por sabidas, aumentando aún más la brecha entre los que están al día del tema y los que no. Ese derecho a no saberlo todo sobre cualquier campo debería prevalecer, y en caso de duda, esa presunción de ignorancia debería ser lo más importante, obligándose en cada una de esas nuevas noticias a dar siempre alguna explicación de más, cosa que ahora no se hace.
Reclamo aquí entonces mi derecho y el de todos a saber qué significan cosas tan repetidas como "forfait", "vintage", "Consejo Europeo", "bosón", "prevaricación", "selectivo IBEX-35" o "ERE", sin tener que sufrir día tras día que las nombren sin explicarlas. Nadie nace sabiendo, así que por favor, no tengáis miedo a reconocer vuestra ignorancia, no es culpa vuestra. Si crean nuevos términos o los citan por primera vez, lo primero que deben hacer es explicarlos, es culpa suya. Nadie nace sabio. Reclamemos nuestra presunción de ignorancia.
Por Cierto: Sé que el tema da para más que un post de un blog, al menos a mí me lo parece, pero cada vez hay menos ratos y llevo más de media hora escribiendo. Futuros ociosos lo continuarán, ignorantes o no.
Por por cierto: A raíz de la presunción de ignorancia, también defiendo desde aquí el derecho de las personas a...
1-No tener que entender sobre fútbol a pesar del gran espacio dedicado a ello.
2-No explicarse por qué siempre hablan de alta costura en los telediarios aunque no le importe a casi nadie.
3-Reclamar que si quieren hablar tanto de sentencias, casos judiciales y demás, lo hagan, pero que expliquen mejor esa jerga propia.
4-Recibir buenas explicaciones sobre los avances científicos que van a cambiar nuestra vida, y menos titulares amarillistas que sólo llevan a ilusiones falsas.
5-No ver telecinco.
6-No ver atentados diariamente donde la cifra y las vísceras son lo que importa y donde nadie explica el porqué del conflicto, su historia y posibles soluciones.
7-Quejarse por que el tiempo ya no lo presenten meteorólogos y que como presentadoras de telediarios ya sólo haya niñas monas con ojos azules y poca credibilidad.
8-No enterarse cada 7 días de los nuevos estrenos en Cine cuyas productoras han pagado noticias-anuncio a las cadenas.
9-No saber absolutamente nada de ningún 'reality show' que esté discurriendo en este momento.
10-No aprender a base de repetírnoslo machaconamente cómo se pronuncia en catalán, vasco, gallego, etc... el nombre de un lugar que ya tiene nombre en castellano desde hace milenios...
11-etc, etc, etc...
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