Continuando con esta serie de recuerdos, y tras la primera, segunda, tercera y cuarta, ahora llega la quinta entrega, disfrútenla con salud:
Olfato: La época entre 2002 y 2005 me huele a pólvora mojada, a periodo de "entre guerras", me huele a pajaritos y a cloro de piscina. Esta época me huele a perfume de botellón, a sudor en discotecas donde los buitres intentan capturar ganado. Me huele a locuras varias, a inmunidad e inmortalidad absoluta, encarnada en el todo vale y en el a mí no me va a pasar de los 18 ó 20 años. La intento oler, pero está ya lejana y no me llega más que un hilillo. Esta época me huele a sentido de pertenencia a grupos que sabes que durarán sólo unos meses, quizá un año. Me huele a dudas, a búsqueda de una definitiva identidad, a encuentro y a frutos conseguidos. Está época me huele a libro viejo, a biblioteca, con sus ratones. Me huele a sueños olidos y escuchados desde un viejo y desvencijado sillón mientras vuela mi imaginación. Esta época me huele aún a más viejo, a vetusto, a antediluviano, a libros y personas que me hablan a través de ellos comunicándose conmigo porque yo soy el único que les hizo caso en siglos... Me huele a desesperación, a completa pérdida de la noción del tiempo y el espacio, a una olorosa creatividad envuelta en una coraza. Esta época me huele a desastre, a Al Ghandour y sus secuaces, a Gaspart, y a la vez a una increíble ilusión por saber que en el próximo lustro, los Alonso, Lorenzo, Navarro, Gasol, Xavi, Casillas, Iniesta, Nadal o Valverde que ya se intuyen, nos darán una gloria jamás conocida. Esta época me huele a grandes cambios, a miedo verdadero y fundado a terroristas malvados, a mochila y a cambios de gobierno, a negro. Esta época me huele a despedidas para siempre que nunca debieron suceder, a nacimientos alegres, a días de vino y rosas, a rosas me huele. Así, intento olerla pero me da la impresión de que en ella sólo hay vacío, cuando apenas eso es cierto. ¿Y si no es quizá el comienzo de algo sublime?
Me huelen los años, porque ya están pasados, pasados de moda, como mis viejos aparatos que intento mantener con vida por nostalgia, como las libretas, libros, grabaciones y demás que mantengo en un armario para nunca jamás, para que los recoja gente a la que poco le importará nada de eso. Esta época me vuelve a oler a destellos de ilusión que relampaguean cual astro rey, me huele a explosiones de brillo en los ojos, a caídas y a levantás, a escaqueos y a ignominiosas desapariciones. Me llega olor electrónico, de ordenador, olor de comida de comedor universitario, con sus mismos macarrones a la boloñesa y arroz brut de siempre. Me llegan ecos olorosos del final de una época de estudiante, que finalizarán en el próximo periodo. Me huelen a olores familiares, queridos, evocados siempre y relatados cada vez que se puede, me huelen a fotografías antiguas, a fotografías nuevas, y a grandes historias de Cine que por siempre serán acreedoras de ese Óscar.
Esta época me vuelve a oler a tinta Bic y a las hojas de un diario totalmente aleatorio, que recoge un mes sí y 10 no, y que me recuerda momentos angustiosos, a veces tiernos, a veces dolorosos y otras veces sorprendentes o irónicos. Esta época me huele a bocado almizclado de realidad, me huele a palo que hace madurar, me huele a consejo vital que nunca olvidarás, pero siento que todo me huele a nada, quizá porque tengo la nariz tapada. Sí, eso es, por eso no puedo oler esta época, por eso quizá la veo o la siento, pero no la puedo oler. ¿Quién me robó el olor de esos años, de mis primeros de veintena, con el cambio de década, una en la que probablemente acabaría una carrera, me compraría mi primer coche, tendría mi primera novia formal, mi primer trabajo, mi primera declaración de la renta, mi primer piso alquilado en solitario, me casaría e incluso a lo mejor tendría mi primer hijo? Ahora puedo decir que en realidad nadie se había llevado nada, pero la velocidad con que huyó el ladrón me hizo creer lo contrario, porque ahora casi todo eso lo tengo ya... Y así fueron pasando estos 4 años, mientras también olía a los demás, y los miraba, como nacían, morían, crecían, vivían, y cómo ellos también me olían, sin saber exactamente si ese olor sería para siempre. Olores que no podemos evitar, ya que el olfato es un sentido que no podemos "cegar", así que durante esta época tuve que oler tanto lo bueno como lo malo, sin rechistar. Así olí la gloria, pequeñas glorias, y me sentí poderoso, y olí el triunfo y sentí que era exactamente placentero, y olí el momento de la derrota paladeándolo con mi pituitaria de forma tan agradable como hice con la victoria, sabiendo perfectamente que la derrota es simple parte de este juego, y que si ella no existiera, la victoria no sabría tan bien. Y así fue pasando, y así olí, aquella época que yo viví, hace más de 5 años...
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6 sentidos, 6 repasos a mis recuerdos (1), 1986-1989, Vista
6 sentidos, 6 repasos a mis recuerdos (2), 1990-1993, Gusto
6 sentidos, 6 repasos a mis recuerdos (3), 1994-1997, Oído
6 sentidos, 6 repasos a mis recuerdos (4), 1998-2001, Tacto
6 sentidos, 6 repasos a mis recuerdos (5), 2002-2005, Olfato
6 sentidos, 6 repasos a mis recuerdos (6), 2006-2009, Intuición