El mejor en algo, el peor en algo
Hoy toca una "reflexión", un "mirando la vida", que de vez en cuando está bien, y de paso pues darle una vuelta de tuerca venida de "mi parte friki". Sí, es un post que podría meter en 3 categorías a la vez si quisiera. En fin, al grano:
Creo que casi nadie duda que los poseedores de sus respectivos records Guinness son los mejores del mundo en algo, puede que de la historia, o cuanto menos de los últimos 50 años. Creo que a la misma vez nadie duda de que es posible que haya gente mejor que los poseedores de los records, pero que jamás han intentado batirlos o ni se les ha ocurrido pensarlo, por lo que nunca podríamos saber exactamente quiénes son los mejores.
Cuando vemos a este tipo de personas, virtuosas, artísticas, maravillosas, sorprendentes, nos sentimos pequeños, insignificantes, mundanos, normales, regulares y muchas cosas más. Nosotros, que sólo podemos saltar un metro o metro y medio, pequeños ante la grandeza de gigantes que saltan 2 metros (claro, si Ruth Beitia lee esto pensará que bueno, que ella sí puede hacerlo, pero bueno, habrá otras cosas que no). De hecho, hombres de pelo en pecho, machos ibéricos y demás, se sentirán también pequeños ante gráciles mujeres del supuesto sexo débil que saltan, corren o son mucho más fuertes que ellos. Atletas se llaman, supermujeres o superhombres, simples elegidos.
Bien, este post no va sobre record Guiness o atletas, no, simplemente planteo una idea curiosa: ¿y si existiera una máquina que nos dijese exactamente en qué somos los mejores del mundo?
No sé, si algo así existiese, todos podríamos sentirnos únicos por una vez, los mejores. El que siempre pierde en todo, el niño que permanece frustrado en el patio de colegio, podría por fin sentirse poderoso, grande, superior por una vez, al resto de seres humanos. Pensémoslo, si somos 7 mil millones, seguro que hay infinitas tareas o modalidades que repartir entre todos ellos, por lo que seguro que una o varias nos tocan a nosotros. A lo mejor ahora mismo no caemos, no nos viene a la cabeza nada en lo que siquiera seamos los mejores del pueblo, del barrio, del bloque, o incluso de nuestra familia, pero ha de haberlos.
Quizá sin saberlo eres el mejor del mundo en cosas como:
-Enhebrar agujas más rápido.
-Ser más empático con personas deficientes visuales
-Ver una mosca en la oscuridad de la noche
-Presentir la presencia de un gato a la vuelta de una esquina
-Acertar resultados futbolísticos
-Lanzar una moneda al aire y conseguir que dé un número de vueltas par
-Detectar el sabor de la nuez moscada
-Escupir y acertar en el blanco
-Escribir poesías cuya única vocal es la e.
-Contar los pasos que das durante el día
Y al contrario, ¿y si existiera una máquina que nos dijese exactamente en qué somos los peores del mundo?
Uf, qué gustazo saber en qué es el peor o la peor, alguien tan perfecto o perfecta, una persona que siempre gana en todo, deportista, inteligente, juiciosa, suertuda... pero la peor en algo. Gustazos varios que nos da la vida, sí. Pensémoslo de nuevo y sonriamos.
Ah, y obviamente aquí no estamos contando que hay personas que jamás han enhebrado una aguja, y que podrían ser mejores que el mejor, con entrenamiento. No, y entonces tendríamos que proponer una tercera máquina: ¿y si esa máquina nos dijese exactamente en qué somos los mejores o los peores del mundo en potencia, a igualdad de entrenamiento?
A muchos les vendría bien, les podría hacer ver su verdadero sentido en esta vida, quizá enhebrar agujas, quizá escribir poesías con la e, quizá detectar el sabor de la nuez moscada... quién sabe.
En cualquier caso, tampoco hay que llegar a tanto, sino que estas máquinas podrían decirnos simplemente en qué somos los mejores de nuestro barrio, pueblo, ciudad, continente... no haría falta meter a los 7 mil millones en esto. En fin, de momento iré pensando, que seguro que en algo no estoy muy mal clasificado, o quizá en otra cosa sí lo esté.
¿Y tú, eres el mejor o el peor del mundo en algo?
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