Dame un buen sopapo, que así ya lo tuiteo yo
Por favor, cuando en vez de mirar extasiado un magnífica catedral, de abajo a arriba y de arriba a abajo, con dolor de cuello, y reparar en cada uno de sus detalles como si de un viejo maestro orfebre que ama su profesión se tratase; cuando en vez de eso coja mi cámara y me dedique a hacer fotos para "cuando llegue a casa mirarlas ya con tranquilidad", dame un buen sopapo.
Por favor, cuando en vez de ir a hablar con aquella chica preciosa de cabellos largos y rubios, mirada cautivadora y halo de simpatía por los cuatro costados que casi enamora, simplemente con curiosidad casi científica; cuando en vez de eso coja mi whatsapp y le escriba a un amigo para describírsela, dame un buen sopapo.
Por favor, cuando en vez de disfrutar de una comida recién puesta en la mesa, con sus matices, con sus olores, con sus colores, con sus emanaciones de sabor, con su pinta de manjar típicamente de donde sea típica y con esa sensación de ir a ponerse las botas; cuando en vez de eso esté más preocupado por coger el móvil y colgar una foto en FB, pégame un buen sopapo.
Por favor, cuando en vez de jugar con mi hijo o con mis sobrinos que me acaban de pedir que vaya con ellos a la habitación para pasárselo bien disfrutando con su padre o tío; cuando en vez de eso siga mandando emails con mi portátil, pégame un buen sopapo.
Por favor, cuando en vez de discutir amigable y tranquilamente con mis amigos sobre la cuadratura del círculo o sobre cuándo se produjo tal acontecimiento o quién acompañaba a tal o cuál héroe o simplemente quién compró tal o cuál empresa y dónde, riendo ante las opiniones y las ocurrencias; cuando en vez de eso alguien entre en Google inmediatamente y busque la respuesta, dame un buen sopapo.
Por favor, cuando en vez de viajar varias horas en bus disfrutando de un verde paisaje, de los cambios producidos en valles y montañas, de los pájaros, los ríos, las magníficas construcciones naturales y artificiales que me encuentra; cuando en vez de eso me pase el viaje al teléfono, pégame.
Por favor, cuando use el GPS para hacer un viaje de aventura o exploración, pégame.
Por favor, cuando quiera salir a dar una vuelta para fluir y ser consciente de mí mismo y me lleve el móvil o el reloj, pégame.
Por favor, cuando prefiera escuchar un disco que ir al concierto, pégame. Cuando prefiera ver el partido desde casa que ir al campo (dinero mediante), cuando prefiera correr en la cinta de un gimnasio a correr bajo los chopos, cuando prefiera ver las fotos de las montañas que revolcarme en ellas, cuando prefiera chatear que quedar, cuando esté desesperado por llegar a casa para contar cómo me ha ido la noche, pégame
Cuando deje de disfrutar, mirar, oler, escuchar, recrearme, atender, reparar, extasiarme, respirar, latir o vivir, por estar más preocupado de contarlo o de permanecer atado a un cacharro, pégame con todas tus fuerzas. Te lo agradeceré.
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