La abstención, No en mi Nombre
Como la mayoría sabréis, se acerca una sucesión de elecciones en España, comprendiendo gran cantidad de comicios autonómicos, las municipales, las europeas, las del Senado y las generales. Sí, nada menos que 5 votaciones en las que la mayoría nos jugamos nuestro futuro y el de todo el país (incluso de la Unión Europea).
Una de las variables de las que más se habla últimamente es la abstención, que junto con votar a un partido concreto, votar en blanco o hacer el voto nulo, son las cuatro opciones que tenemos en unas elecciones. La diferencia entre la abstención y el voto nulo (lo que sería meter en el sobre algo distinto a una sola papeleta) es que los votos nulos sí cuentan dentro de la participación, como votos emitidos, aunque ninguna de las dos se tienen en cuenta a la hora de contar los votos a los candidatos. El voto en blanco (entregar el sobre vacío) sí se tiene en cuenta como voto válido, por lo que a la hora de hacer el reparto de escaños a los participantes, sí cuenta para la proporción de la Ley D'Hont (de hecho, un voto en blanco beneficia a los que más votos tienen, porque aumenta los porcentajes necesarios para llegar a tener representación).
Pero bueno, hoy nos centramos en la abstención, que sería simplemente el no ir a votar. Lógicamente hablamos de un no ir a votar consciente y pensado, con todas las de la ley y haciendo un ejercicio de responsabilidad ciudadana.
Aquí es muy habitual la crítica a la abstención con frases como "con lo que ha costado conseguir el sufragio universal" o "con lo que ha costado conseguir el voto de las mujeres" (en el caso de abstención de una mujer) o "si no votas luego no te puedes quejar" (como si al no votar quedases mudo automáticamente).
Eso sí, cuando en el Congreso de los Diputados sale adelante una ley con X abstenciones, o un candidato consigue ser Presidente con X abstenciones, o incluso cuando en el Tribunal Supremo se vota algo con X abstenciones, nadie se rasga las vestiduras y empieza a criticar a diestro y siniestro las abstenciones, como lacra a erradicar.
Ojo, no seré yo el que se oponga a una obligación a votar a uno o a otro, que en muchos casos podría hacerse así (eso se llama Sufragio Obligatorio, y se hace en algunos países), pero siempre hay ocasiones en las que uno no tiene claro a quién votar, y no quiere equivocarse, prefiriendo abstenerse, confiando ciegamente en la capacidad de los demás para decidir. En otros casos se trata de que no hay ni una sola opción aceptable, por lo que la abstención sería lo lógico (aquí tampoco sería descabellado el famoso "voto de castigo", votando nulo, metiendo una rodaja de chorizo o lo que sea para expresar tu descontento, yendo a votar, en conciencia y responsablemente, pero criticando la falta de opciones sensatas y realistas, quizá aquí estribaría la diferencia entre el voto nulo y la abstención, ya que en un caso sí vas a votar, pero en ambos estarías ejerciendo un derecho, ¡a dónde vamos a parar!)
En cualquier caso, la abstención o el voto nulo también son una manera de decir "¡No en mi Nombre!", ninguno de vosotros me representa, cada cual es peor, y el que gobierne no va a poder decir que yo le he votado, o que he votado a otros que le han apoyado, o que incluso he votado en blanco para darle al final los votos a él (insisto, si no te gusta ningún partido pero crees que hay que votar sí o sí, te aconsejaría votar nulo, no en blanco).
Imagen: Blogs Público
Ya para terminar, hay que hacer notar que la abstención puede ser incluso más legible que un voto nulo, ya que los votos nulos al final ni se miran en las estadísticas, pero la abstención siempre es tan o más importante que los votos de los partidos participantes. Siempre se oye: "ha ganado tal o cuál, el segundo es tal o cuál, y la participación ha sido del x%", pues bien, el resto hasta 100% son las abstenciones, que quedan completamente visibilizadas por tanto (salvo caso de enfermedad o problema burocrático, que en total no llegan al 5%). Así, salvo que vayas a meter una rodaja de chorizo o hacer algún tipo de "voto teatral/viral", si estás descontento con el sistema y con todos los partidos, te aconsejo directamente no ir a votar, ya que tu voto nulo sí entraría en la participación, y por tanto se entiende que has ido a votar y estás contento con el sistema (ya digo que los nulos luego ni los comentan); sin embargo, al abstenerte, saldrás automáticamente en las estadísticas, en ese porcentaje de abstención que a veces tan o más explicativo es que los propios votos, y si no que se lo digan a las pasadas y tan cacareadas elecciones andaluzas, donde la mitad de los partidos tras sus malos resultados se escudaron en la abstención. ¡Vaya, si al final parece que los más importantes fueron los que se abstuvieron!
En fin, cada uno que vote en conciencia, o que no vote, pero siempre en conciencia y con responsabilidad. Si lo tenéis claro, hacedlo, nadie tiene autoridad moral para deciros cómo habéis de ejercer un derecho, pues derecho es y no obligación, y se ejerce también por omisión. Otros votan directamente tirando el voto a un partido superminoritario, o lo tiran en blanco (mismo resultado en ambos casos, pues no implica representación alguna y beneficia al más votado), ¿no podríais acusarlos también de poca conciencia y compromiso democrático y de ser malos ciudadanos al votar por algo que saben que no tiene opción ni de salir representado?
Pues eso, desde hoy, todos nosotros somos abstenciones en potencia, y sólo un pequeño o gran porcentaje dejará de serlo el día de las elecciones; esto no es una apología de la abstención, pero sí es una lanza rota en favor de una postura más ante unas elecciones, porque el no votar no implica que no tengas igual o más espíritu y convicciones políticas que los que sí lo han hecho (algunos como papagayos, a la vista de la cantidad de votos que tienen los partidos mayoritarios), y no implica que no puedas quejarte, que no seas buen ciudadano o que no seas consciente de lo que costó en su momento conseguir que gente como tú pudieran votar. Ale, en las urnas nos vemos, o no...
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