31 marzo, 2019

Las bodas, pronto cuarentañeras

Ayer, como es habitual por ser marzo aún, comenzamos la "temporada de bodas" 2019, en la que durante unos meses se irán sucediendo bodas (y también bautizos y comuniones) como siempre ha pasado y como siempre pasará hasta que la laicidad nos termine de inundar o Podemos gane un par de elecciones.

En este caso el novio anda ya por los 35, y la novia aún con 29, algo que hoy en día se consideraría ya "boda joven", con cantidad de amigas de la novia veinteañeras aún, casaderas la mayoría, todavía prometidas, alguna con niños, e igualmente algunos amigos del novio aún sin casar; algo que hace digamos 20 años se consideraría cercano ya a "se os va a pasar el arroz", o que hace 35 años casi podría considerarse exagerado.

Es verdad que las cosas han cambiado, y ese afán por casarse con veintitantos, una vez terminada la carrera y conseguido el primer trabajo que había en los buenos tiempos de los 80 y 90, dio paso a la incertidumbre más absoluta, al ir y venir, al medrar, al ir escalando, caer y volver a escalar, a la crisis que puso dudas en todos y cada uno, y así en los 2000 comenzó poco a poco la gente a casarse pasados los 30, continuando por supuesto toda esa crisis y alentándose un pensamiento de "aprovechemos ahora la juventud que luego nunca se sabe", lo que llevó a los cuarenta años a convertirse en los "nuevos 30", y de camino a la gente, ya millenials a casarse rozando incluso los 40 (con el riesgo que eso puede conllevar también a la hora de tener niños, que de eso hablaremos en otra ocasión).



Recuerdo que en 2003 y 2005 se casaron un par de primos que tenían 36 ó 37 años, y que entonces la gente los veía ya como demasiado mayores, como unos señores que se casaban ya cuando nadie lo esperaba, y también como ejemplo está el de mis padres, que lo hicieron ya con 31 y 30 años (para los años 60: 5-6 años más adelante de la media). Y claro, luego está que no es lo mismo la vida de los pueblos que en la ciudad, ya que en el pueblo y antiguamente la gente no estudiaba y empezaba a trabajar con 12-14 ó 16 años, por lo que con 20 ó 21, la edad era ya perfecta para ese casamiento. Por ejemplo, de mis 16 tatarabuelos/las, el que más mayor se casó cumplía ese año 29 años, pero claro, fue en 1844, y realmente la vida cambió poco en los últimos siglos y hasta la mitad del siglo XX, por lo que seguro que en las estadísticas de entonces tampoco veríamos demasiados cambios.

Es a partir de mitad del siglo pasado cuando la edad comienza a subir, muy despacio, hasta que a partir de los años 80 comienza un ascenso espectacular y jamás visto, subiendo la media en más de 2 años cada 7 años que pasan. 

En el Instituto Nacional de Estadística podemos encontrar bastantes datos al respecto de la evolución, y aquí os muestro algunos de ellos, que ya digo, son espectaculares:

Edad media de los hombres al casarse por primera vez (voy a hacerlo de 7 en 7 años hacia atrás, lo que sería "media generación")

2017: 35,30 años 
2010: 33,21 años
2003: 30,91 años
1996: 29,47 años
1989: 27,56 años
1982: 26,70 años
1976: 26,65 años

 Sí, es espectacular, pero en 35 años, la edad media de los hombres al casarse ha subido casi 10 años, y desde 1989, cada 7 años sube 2 años más o menos. Como no parece que haya freno, si extrapolamos, aproximadamente en 2035 la edad media de los hombres al casarse será de 40 años... pero ojo, en algún lado habrá de parar, claro...

Edad media de las mujeres al casarse por primera vez

2017: 33,18 años 
2010: 31,01 años
2003: 28,86 años
1996: 27,41 años
1989: 25,33 años
1982: 24,48 años
1976: 24,08 años

Mirando a las mujeres, vemos que más o menos suelen tener entre 2-2,5 años menos que el marido, cuando se casan por primera vez. Lo curioso es que hoy ya se casan con 33, por lo que en media, tienen el primer hijo casi rozando los 35, eso hoy en día, porque si sigue la tendencia, en 2030 se casarán con 37 de media, así que lo normal será tener el primer hijo con 39...



Un poco en conclusión, y poniendo en perspectiva por ejemplo esa boda de mi primo asturiano Paco en 2003, cuando tenía 37,5 años: Si entonces la media era casi 31 años, él se casó con 6,5 años más que la media, lo que hoy equivaldría a casarse con 42 años... vamos, una barbaridad.

Y luego está lo de la boda joven, como la de mi primo Rafa, casado en 2017, con Julia, que tenía sólo 25,75 años por entonces. Teniendo en cuenta que la media era 33,18 años, ella se casó 7,43 años antes que la media. Es decir, que su equivalente por ejemplo en 1996 habría sido casarse aún sin cumplir los 20 años, ¡una barbaridad!

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