Internet no ha sido para tanto, o sí
Partamos de la idea de que ni tú ni yo estaríamos ahora mismo haciendo esto (bueno, yo lo escribí hace un tiempo, ahora a saber lo que estoy haciendo mientras lo lees) si no fuera por internet, pero aún así, me atrevo a plantearlo: ¿realmente ha sido Internet para tanto, o al final simplemente estamos haciendo las mismas cosas pero de otra forma?, ¿sería muy diferente la vida actual sin internet?, ¿cómo habría evolucionado el mundo sin el gran invento del siglo?
No olvidemos todo lo que ha cambiado, que necesitaría un Quijote para desglosarlo: el envío de cartas que ahora son instantáneas, tener a mano cualquier canción o película para ver, buscar cualquier duda que se nos ocurra al segundo, jugar junto a cualquiera a pesar de miles de kilómetros de distancia, poner en marcha electrodomésticos sin tocarlos, hacer gestiones burocráticas desde casa, manejar nuestra cuenta bancaria sin ir al banco, conectarnos al ordenador de la oficina desde otro lugar, tener asistencia médica instantánea, hablar con nuestros seres queridos al otro lado del charco viéndoles la cara, etc, etc...
Y ya no es sólo el hecho de tener internet, sino que habría que añadirle la aparición de los datos móviles y los smartphones, que han permitido trasladar internet a la calle, y no sólo eso, sino a la palma de nuestra mano, ya es que no es irse al ordenador a conectarse, sino que cualquier persona u objeto puede estar en la red, una locura...
Pero vamos a lo que decíamos al principio, ¿realmente nuestra vida ha cambiado tanto, o simplemente lo que ha traído internet es la "inmediatez"? Yo diría a priori que lo que hacemos no ha cambiado tanto, pero sí cómo lo hacemos, con quién lo hacemos y en cuánto tiempo lo hacemos.
Antes se podía enviar una carta a alguien, pero tardaba días. Ahora chateamos por Telegram y nos enviamos emails, que llegan al instante. Nos seguimos comunicando, pero ahora podemos hacerlo en mucho menos tiempo, y la vida es corta... Eso sí, hay mucho más espacio para decir tonterías.
Antes teníamos que ir a la tienda o pedírselas a alguien que las tuviera, pero hoy simplemente hemos de conectarnos a Deezer o a Netflix para tener música o cine. Sí, antes podíamos conseguirlas también, pero el número de posibilidades era mucho menor. Eso sí, antes valorábamos más lo que escuchábamos.
Antes teníamos diccionarios, pero hoy es que cualquier duda ha sido respondida con mayor o menor propiedad en DuckDuckGo. Habría sido imposible resolver algunas dudas tirando sólo de enciclopedias o conocidos. Eso sí, a veces nos hace ser casi robots que no se plantean nada y le quita gracia a algunas discusiones zanjadas a golpe de buscador.
Antes podíamos jugar con nuestros amigos o gente en persona. Hoy tenemos todo el mundo a nuestra disposición, aunque al final no deja de ser un "jugar", y nos ha vuelto más solitarios.
Antes teníamos que estar ahí para poner en marcha la lavadora, y dejarla funcionando si era necesario. Hoy en día las programamos.
Antes había que ir a las oficinas para hacer gestiones burocráticas. Hoy, las oficinas virtuales nos permiten hacerlo desde casa, ¡y el tiempo es oro!
Antes había que ir al trabajo sí o sí. Hoy podemos conectarnos en remoto y hacerlo todo desde casa. Que eso ahorra tiempo y dinero.
Antes teníamos que salir para ir al médico a pesar de estar malos, o llamar para que vinieran a casa. Hoy pueden darnos diagnóstico online.
Antes no volvíamos a ver a los que se iban a América... Hoy podemos hablar con ellos todos los días...
Y así con tantas cosas que nos hacen pensar, y pensando pensando empleamos tiempo, tiempo que antes se nos iba en tantas tareas ahora inútiles o innecesarias. El problema es en qué estamos empleando el tiempo que hemos ganado gracias a internet, no en crecer personalmente o en desarrollarnos como sociedad, sino probablemente en cosas negativas, en producir más maldad, en cosas que antes de internet apenas eran posibles a esta escala, y ahora son el pan nuestro de cada día, ya sea con el acoso a los demás en redes sociales, insultando indiscriminada y anónimamente, ya sea jugando en casinos online, ya sea robando bancos hackeando cuentas, ya sea lanzando misiles haciendo un click, ya sea saqueando a los inversores de bitcoins, ya sea reuniéndonos online o chateando entre malhechores, ya sea haciendo phishing o difundiendo hasta la extenuación cosillas con derechos de autor de autores que apenas ganan para comer.
Y sí, Internet sí ha sido para tanto, ha cambiado de cabo a rabo nuestra vida, casi nuestra biología ahora conectada a la fuente, a la red de redes, formando casi una red neuronal de cerebros donde la humanidad entera, vivos o muertos (el conocimiento antiguo también está ahí) estamos interconectados.
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