Canciones del verano
Señores, que estamos en verano, señoras, que sí, playita y piscina fresquitas, mojitos y tintorrillos de verano, salmorejos y gazpachos, sandías y melones dulcecicos, tareas pendientes apuntadas, reencuentros, viajes cuando no había virus, etc... lo que es el verano.
Y si pensamos en veranos pasados, ¿quién no empieza a escuchar alguna melodía en su cerebro, que se repite una y otra vez, machaconamente? Sí, es la canción del verano, esa canción que empieza a sonar ya en primavera, puede que hasta en el invierno quizá, y que sigue siendo un gran éxito todo el año de modo que no hay disco, no hay emisora, no hay fiesta, no hay momento de relax veraniego en el que no la tengamos ahí por detrás, dándole que te pego.
Algunas hasta llegamos a odiarlas profundamente, otras en su momento fueron auténticos pelotazos y los hay que las siguen idolatrando. Son las canciones del verano, o más concretamente mis canciones del verano.
Que sí, que el Georgie Dann, que los Brincos, los Bravos y demás, todos en época antediluviana en la que yo no existía así que no puedo decir más de ellas, pues ya me llegaron en refritos de época, en cachitos de hierro y cromo, en esos repasos del pasado musical que de vez cuando rellenan las parrillas cuando no hay más entretenimiento, y no son realmente "mi época".
La mía mía comienza a finales de los 80, cuando empieza uno a escuchar cosillas y asociarlas al verano, como ese primer Aquí No hay Playa (89) o la Lambada (89), aquel sensual baile brasilero que al parecer había que bailarlo con una chica voluptuosa al lado. Quizá son las primeras que recuerdo, luego seguidas por un grupo de cositas amarillas como la Sopa de Caracol (91, guatavericonsu por supuesto), el Tractor Amarillo (92) o el canario de No me Pises que Llevo Chanclas (94), en general todas con cierta gracia y no llegando del todo a ser pesadas.
También por entonces y ya existiendo la discoteca de Villa Eulalia, llegaron machacones y animalistas ellos el Tiburón (93), el Venado (95) o el Scatman (95), seguidos por los pasitos palante y patrás de la María de aquel primer Ricky Martin.
Entre medias y capítulo aparte merece la Macarena (93), que trascendió incluso nuestras fronteras y acabó siendo no la canción del verano, sino la canción más repetida de la década.
En la época de cambio de siglo triunfó el arrollador sonido latino, que me gustaba menos, con el Suavemente (98), la Salomé de Chayanne (99), el Mambo Nº5 (99) y la Boooomba de King África (2000), teniendo continuadora española en el Yo Quiero Bailar de Sonia y Selena (2001), todas y cada una horripilantes a su manera.
En esa época no hacíamos tanto caso al radiocassette, pero después sin duda
que los veranos que siguieron fueron teniendo sus canciones más
repetidas, ya sí, en la radio.
En la época que estudiaba en Granada tenemos algunas en idiomas raros, como el Aserejé (2002) o Dragostea-Din-Tei (2004), igualmente rozando el suicidio.
Más adelante y con la decadencia de los 40 principales y las discográficas en general, el fracaso de OT (me niego a poner canciones del verano de OT) y la reconversión de toda la industria, parece que lo de la canción del verano empieza a sonar a antiguo, pero continúan repitiéndose éxitos pesadamente, como el dueto Colgado en tus manos (2009) y los futbolísticos Waka-Waka (2010) o el Sube la mano y grita gol (2012)
Luego los bombazos comenzaron a venir de la fusión de fusiones o a saber qué refrito latino, como el Danza Kuduro (2011), el Ai Seu Te Pego (2013), Vivir Mi Vida (2013), y entre medias de todo, el virtuoso de la voz Enrique Iglesias nos perforó los tímpanos una y otra vez con su fingido castellano latino y sus canciones repetitivas y de letras quevedescas como mínimo.
Ya en lo más reciente, y agotado prácticamente el poco cerebro que a algunos les quedaba, aparecieron como setas las canciones extranjeras de "pop normal y corriente", que también acabarían quemándose en la radio, como el Happy de Pharrel Williams (2014), Hello de Adele (2015) Chandellier de SIA o la imitación de canción ochentera parecida a los añorados The Police, que fue el Somebody I used to know, que al menos tienen un pase.
En 2019 encontramos la famosa canción del pollo de Justin Bieber y Ed Sheeran "I don't care", cuya interpretación realizada por el que os escribe fue un gran éxito de crítica y público, entre medias solían sonar el Sin Pijama de Becky G, el Despacito (que aún coleaba dos años después), el Señorita ("Conchi Campillo", por supuesto) y hasta la saciedad aguantando a la cantante sudamericana nacida en Miami de raíces gitanas y acento catalá llamada Rosalía, todo ello sonando en la Radío, como la canción de Ramazzotti.
Y ya en 2020, aunque al principio parecía que triunfaría el "Toda la noche rompemos", quedó en desuso antes del verano, por lo que entre todos y cada uno de los pachangueos y reggaetones varios sin neurona, triunfa con fuerza la canción bachatera de Ana Mena "Se Iluminaba", cuya interpretación cual monitora de We de Ememe ha sido también un éxito de crítica, aunque no tanto de público. Todo ello para uso y disfrute para las semanas venideras, salvo una nueva hecatombe, que todo llegará... Os esperamos...
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