14 de marzo, hace un año, 2021 ya
1 año completo, 365 días y los que nos quedan. Hace unos días aún quedaban algunos acontecimientos que sí se celebraron en 2020 y no se sabía si este tendrían lugar, pero no, continúa la pandemia y a partir de ahora este año muchos de los que ya no se celebraron en 2020 tendrán reedición en su cancelación.
Hace 1 año no sabíamos lo que nos esperaría, y jamás habría imaginado este post para hoy. Hace 1 año vivíamos una vida muy diferente, éramos felices y no lo sabíamos, como se dice últimamente; aunque yo creo que éramos felices, lo sabíamos y ahora sabemos que ya no lo somos, pero que somos capaces de conformarnos con lo que sea, pese a que lo bajo que creemos haber caído no es ni un ápice bajo en comparación con dónde podríamos caer. Al final esto ha sido nada en comparación con los peores augurios, y nada en comparación con desastres peores.
Hace más de 1 año que no veo a amigos o familiares que veía al menos una vez al año, que no hacemos cosas que solíamos hacer casi semanalmente, y que llevamos esa mascarilla, esos geles, esos miedos y esa sinrazón en nuestro corazón, esa sensación de tristeza general en la que es posible sonreír y reírse, pero en la que sabemos que hemos perdido parte de lo que teníamos, de lo que éramos. Esa sensación de no haber dado un beso a nadie más que a tu pareja o hijos hace tanto... esa sensación de saludar sin saludar, de hablar con alguien casi sin hablar, como pidiendo perdón por hacerlo, esa sensación de haberse alejado tanto de tantos...
Y así, ha pasado un año, y sabemos que todo sería igual de haber sido 10. Nos acostumbraríamos y anhelaríamos con fuerza el final, pese a que jamás llegara. No sabíamos lo que teníamos porque no lo habíamos perdido, y ahora, probablemente si lo recuperáramos no sabríamos por dónde empezar. Algunos se lanzarían como locos a la concupiscencia, a viajar sin haber un mañana, a gastar despilfarrando estrafolladoramente, todo se convertiría en un rocambolesco aquelarre del "aquí y ahora", del Carpe Diem más desgarrador y sin remordimiento, del lanzarse a tumba abierta y sin nada que perder, de la locura que arrasa con todo y que nos arrasa, de la nueva normalidad que no es más que lo que tuvimos antes pero elevado a la enésima potencia de lo inhumano, todos pisoteando al otro, todos saltando por encima de los demás para lograr nuestro objetivo, porque sabemos que en algún momento todo puede repetirse y dejaremos de ser libres... y eso duele, y se recuerda cuando vuelves a serlo, para disfrutarlo, como si realmente no hubiera un mañana.
Sí, hace más de 1 año de una vida pasada que para algunos fue casi la vida entera, para otros media vida (digamos que entre los que me incluyo), y para otros sólo un suspiro, vida corta que amenazaba con ser un "y eso es todo amigos", pero que ahora aún tiene mera esperanza. Luego están los nonatos, ya embarazados, los recién nacidos e incluso los que aún no tienen uso de razón, todos a los que nosotros les contaremos lo que pasó, puede que desde la normalidad recuperada que les haga pensar en lo inverosímil de lo que les contamos, puede que desde la nueva normalidad capada, donde nada es igual a lo que fue, y donde lo que les contamos suena a "cualquier tiempo pasado fue mejor", a "nostalgia de batallitas de anciano chocho", pero esta vez por desgracia tendríamos razón.
El 14 de marzo de 2020 nos confinaron, ya lo conté por aquí, así, como confinamiento cuarentenil inesperado e inexplorado y sin predicciones claras ni jurisprudencia al respecto ni acudiendo a "los más ancianos del lugar". La noche anterior aún estuvimos viendo a nuestra gente, aunque aplaudiendo ya a los sanitarios como luego repetimos tantas veces, porque hacía días que sabíamos que esto llegaría, pese a que los ineptos e incultos de los 'lobbies' se dieran aún un par de lujos con la manifestación feminista del 8-M o los partidos de Champions de esa misma semana, un aquelarre que han querido repetir también este 8-M, como si no hubieran aprendido nada, pero es que no es por querer, es que es un no poder, porque no dan para más, y los que sí tenemos uso de razón y dedos de frente, lo que no tenemos es ganas de luchar, somos un poco vagos y queremos todo en la mano, y no puede ser. Más vale tonto luchador que listo vago, de nunca se ha dicho, pero así es la realidad.
Bla,bla,bla, tampoco aporto mucho más a lo que hay. Simplemente recordando lo que fuimos hace más de 1 año hoy, que ojalá podamos repetirlo. Poco ha cambiado para tantos, pero tanto ha cambiado para todos. Ojalá dentro de poco tiempo pueda recordar una efeméride que aún no ha empezado a poner su contador a cero: "hace un año que volvimos a la nueva normalidad" o "hace un año que no hay virus" o "que todos estamos inmunizados", quién sabe lo que sabremos hacer con ese nuevo periodo, pero de lo que podéis estar seguros es que mientras pueda, os lo contaré...
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