10 noviembre, 2023

Personas que son antónimos de tóxico

Como todos sabréis, un término de moda últimamente es el de las personas tóxicas, esos individuos e individuas que restan energía a los demás, que todo lo envenenan, que siembran la cizaña, que conspiran, que llenan todo de negatividad, que ponen trabas, que limitan, que enturbian y entorpecen, y que en definitiva son malas en nuestra vida, y probablemente tumores a erradicar. Ya hablé de algunas de ellas en su momento, sobre estas que siempre llevan por sistema a la contraria a todo el mundo para afianzarse, y que terminan por conseguir que dejes de comentar nada ante ellas.

Siempre se pone el foco en ellas, como siempre pensando negativamente en la vida y los que la viven junto a nosotros haciéndola un poquito más difícil, pero, ¿y si pusiéramos el foco en los contrarios a estos tóxicos, nos iría mejor? Seguro. Quizá poner el foco en los tóxicos nos hace tóxicos, quién sabe.

Hablando de esas personas contrarias a las tóxicas, hay que decir que ni siquiera tienen un nombre claro, aunque podemos hablar de "personas vitamina", "personas nutritivas", "personas positivas", "personas remedio" o "personas revitalizantes", acuñad el que queráis con cualquiera de esos moldes u otros que se os ocurran.

Son esas personas que todos nos hemos cruzado en la vida, las que siempre tienen una sonrisa en la boca, un comentario positivo ante todo, que no se dejan llevar por la crítica a los demás, que siempre están dispuestos a ayudar, que nunca hacen malos comentarios ni parecen envidiar a nadie, que no son iracundos, lujuriosos o avariciosos, que tampoco son perezosos ni soberbios, ni venderían a su abuela por un buen chuletón... 

Son esos que te alegran el día, que te sacan de un pozo vital, que te insuflan energía para seguir, que te reconcilian con el ser humano. Algunos siempre son constructivos, siempre parecen haberse levantado con el pie derecho, siempre parecen estar disfrutando de lo que hacen, y siempre parecen encarar el futuro con optimismo


 

Muchas dedican su tiempo a ayudar a los demás, otras no ayudan a nadie pero son seres de luz que jamás harían daño a una mosca; unas acogen, otras colaboran, y otras jamás permitirían una injusticia. Algunas te las cruzas una mañana y te sacan una sonrisa, otras te las cruzas un día y dejan huella para toda la vida. Ojalá todos pudiéramos ser antónimos de tóxico, el mundo por fin sería un lugar aceptable para vivir y no el panel infernal del Jardín de las Delicias en el que está convertido desde que Adán y Eva fueron expulsados del paraíso, desde que el mundo es mundo y los Homo Sapiens empezaron a tener esa sapiencia. 

Desde aquí agradezco haberme encontrado a muchas de ellas en la vida, y deseo fervientemente repetir con ellas o con muchas otras, y os aconsejo hacer lo mismo, buscarlas con ahínco, porque ellas son el santo grial y el pozo de la eterna juventud, porque te suman, te reconstruyen, te llenan de energía vital, que al final es lo que necesitamos para encarar toda esa ponzoña diaria que nos llega por tantos canales.

Si estás cerca de una persona antónima de tóxica, agárrala con fuerza y extráele el jugo, te hará falta, no podrá dañarte y te vitaminará y te mineralizará para rato, no desaproveches la oportunidad. No, no nos fijemos en todo lo tóxico que nos rodea, que es tanto... y reparemos más en las personas revitalizantes que también nos rodea. A todos, nos irá mucho mejor.

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