Sobre dejar los libros inacabados

A veces voy a la biblioteca y me llevo 3 libros de golpe, así, al tuntún, a ver qué pasa, a ver qué sale, sin mirar muy detenidamente qué, quién o por qué.

El caso es que uno entiende la lectura como un entretenimiento más, como una diversión para la mente, más allá de que a la misma vez uno aprenda cosas, viva otros mundos y experiencias mágicas desde el sillón, y todas esas cosas que se publicitan en los anuncios del Círculo de Lectores, claro.

Muchas veces he oído hablar de libros complicados o difíciles de leer, con los que la gente se da cabezazos una y otra vez intentando demostrar que tamaños y sesudos muros son superados por su tesón y su cerebro hipermotivado e hiperilustrado. Muchos niegan no haber leído ciertos libros, y niegan haber sido incapaces de acabar otros, ¿por qué? Pues por lo absurdo del ser humano, ni más ni menos, así somos y hay que querernos de ese modo. Como ejemplos, siempre podemos poner los de James Joyce, y también algunos citan Cien Años de Soledad, con el que no estoy de acuerdo.

Total, que el otro día me traigo 3 libros a casa, y llegando la noche me cojo el primero y parece que me engancha, como fantasía de Jostein Gardeer que es (sí, el autor de El Mundo de Sofía que a tantos acercó a la filosofía), y más o menos voy tirando entre personajes curiosos y un enfoque diferente. Me leo la mitad en no demasiados días, pero al final decido dejarlo pasar hasta el final porque pierdo el interés en cómo terminará todo.

Después me leo el segundo, más histórico que otra cosa, pero al modo "como quien no quiere la cosa" que parece sin documentación pero está muy documentado, de Juan Eslava Galán, esta vez sobre la Guerra Civil. En general es un tema muy interesante que voy disfrutando casi hasta el final, aunque me aburre un poco que esté tan centrado en las jornadas relativas a Madrid, por lo que decido irlas pasando más rápidamente.

Finalmente, abro el tercero, que no diré cuál es por mi reputación y vergüenza, pero es uno de los 20 libros que siempre suelen salir en los listados más famosos y "que hay que leer una vez en la vida". Hace años que tenía pensado probarlo, y lo abro con ilusión y me leo la primera página, ya pensando al final de la misma en que tiene pinta de que no lo voy a continuar... empiezo la segunda para darle otra oportunidad y buf... es un rollazo infumable, de escritura complicada y trama inexacta y enrevesada, tiempo a perder que no merece la pena emplear.

¿Es un error? Algunos dirían que sí, que hay que intentarlo, que "luego se pone bien en el capítulo ciento y pico", como también pasa con series de Netflix que "luego mejoran en la temporada 5, ¡aguanta!", pero realmente no merecen la pena si no te han enganchado, punto clave de cualquier libro. 

No, una novela no es una enciclopedia que uno puede hojear buscando algo, sino que hay una trama, y si esa trama no engancha desde el principio es imposible intentar abrirlo por otro lado y que las cosas tengan sentido, a no ser que estemos haciendo una lectura aleatoria de Rayuela de Cortázar, que entonces es posible que a veces cobre sentido por arte de magia, o todo lo contrario.

 

En fin, que rompo una lanza desde aquí por la gente capaz de dejar un libro allá donde entienden que no da más de sí, pese a ser una obra maestra de la literatura universal. No sois los torpes o los incapaces, sino los listos que saben aprovechar el tiempo para ir a buscar algo mejor, un entretenimiento a la altura, que no tiene por qué ser de baja calidad.

Curiosamente, anoche me pasó algo parecido: devolví los tres libros anteriores y saqué otros dos: el primero tenía buena pinta, siendo del actual ganador del Cervantes (Luis Mateo Díez), pero aguanté 3 páginas nuevamente recordando esa máxima de "si no te engancha, no pierdas el tiempo, lo que no quita que no lo intentes en el futuro cuando seas otra persona, que quizá libro y lector no han coincidido en la fase adecuada", y pasé a otro (curiosamente también de Juan Eslava), que de momento tiene pinta clara de que acabaré.

En conclusión, dejad vivir a los que nunca acaban nada, pues ellos son los guardianes de su tiempo, y si vosotros sois de los que siempre terminan lo que empezáis, pues