08 marzo, 2024

Uno de esos días, por aquellas mujeres que se aguantaron

Hoy no es un día especial, porque hoy son todos los días, todos los días que tantas mujeres pasadas e incluso algunas presentes tuvieron que aguantarse por serlo, tuvieron que agachar la cabeza y asumir lo evidente, tuvieron que apechugar con unas alas cortadas para no volar.

Porque un buen día a María (qué mejor nombre inventado para comenzar) no le dejaron estudiar magisterio como a sus 3 hermanos varones porque tenía que quedarse cuidando de la casa, y a la larga de sus padres.

Porque un buen día las hermanas González quisieron ir a votar igual que sus primos y no podían porque no valían.

Porque un buen día la primogénita vio como su hermano "segundogénito" heredaba todos los bienes y el mayorazgo familiar por ser hombre, y ella acababa en un convento.

Porque aquel día Agustina no fue elegida en su empresa para esa tarea que requería "un hombre".

Porque ese día Josefa tuvo que echar mano de su marido para poder abrir una cuenta en el banco.

Porque Amina (muy típico también) vio como su marido se echaba una segunda esposa como si nada, y la acababa repudiando quién sabe por qué.

Porque Julia vio cómo sus compañeros de departamento ascendían uno tras otro porque no tenían riesgo de quedarse embarazados.

Porque aquellos días a Rafaela le dieron una y mil charlas para que eligiese una carrera "femenina" en vez de la que ella estaba deseando hacer.

Porque Sandra, aquella vez, no lo dudó y se quedó a cuidar de su madre enferma y sus hermanas y hermanos, perdiendo gran parte de los trenes de su vida, quedando sin posibilidades, sin carrera, sin trabajo, sin marido, sin cotización y prácticamente sin futuro.

Porque un buen día Esther quiso ser soldado y nadie lo permitió, porque quiso ir con pantalones, porque quiso divorciarse, abortar, ser "eutanasiada", y nadie se apiadó de semejante ser inferior sin derechos. 

Y así tantas que conocemos y conocimos, que nos podrían contar nuestras abuelas en primera persona, nuestras tatarabuelas en una vieja carta, y los libros de historia en general.


 

Y porque un buen día pasaron 50 ó 60, quizá 100 años, y las mujeres dejaron de ser víctimas, y la nieta de Esther fue soldado, y fue a estudiar con pantalones, y se divorció y abortó, y abrió una cuenta ella sola, y estudió lo que quiso, y fue elegida para tareas "masculinas", y heredó los bienes que le tocaban en justicia, y fue a votar con la cabeza alta y sin miedo de que la mirasen raro por ser mujer, y nadie le obligó a hacer lo que no quiso, y le trataron exactamente igual que al resto de personas de su época, tuvieran los cromosomas que tuvieran y los órganos reproductores que tuvieran, y se autopercibieran con el género que se autopercibieran, y ese día, que más o menos ha llegado en algunos lugares (entre los que sin duda alguna se encuentra España) y en otros aún les queda un siglo, por fin todas ellas habrían sido libres del todo para decidir su futuro.

Haya llegado ya o no, hay que ser conscientes del camino recorrido, no dar pasos atrás, pero sí mirar atrás para recordar y reconocer a las que tanto hicieron. Para tantas que hoy disfrutan de todo eso que las anteriores no pudieron, y ya no deberían creerse víctimas de nada, sino todo lo contrario, no lo olvidéis, no lo olvidemos: hoy es uno de esos 365 días (366 este año) en los que hay que brindar por todo lo que ahora tenemos, gracias a aquellas que tuvieron sí o sí que aguantarse, y gracias también a aquellas que NO se aguantaron.

 

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