Encargos de miedo, investigar en cementerios
Para todo hay una primera vez, y siendo esta una de esas aventura que es curiosa de contar, aquí que os la cuento brevemente para no hacerme pesado.
El caso es que hablando con un amigo investigador hace unos días, me refirió la historia del filósofo Manuel García Morente, del que reconozco que apenas había oído hablar, y al cual se tiene en muchos ámbitos como uno de los más importantes del siglo XX, no sólo a nivel nacional sino incluso internacional. Entono el mea culpa desde aquí por no conocerlo todavía, pero de camino doy un tirón de orejas a nuestro sistema educativo y por supuesto a nuestras instituciones en general, por tener olvidados a tantos y tantas, no siendo culpa del pueblo en sí, el haberlos olvidado, sino de la patria que debiera tenerlos encumbrados.
No es este el momento siquiera de dar muchas pinceladas de su biografía, pues en internet encontraréis muchas, pero sí diré que nació en el pueblo vecino de Lopera, de donde era su padre Gumersindo García, y que acabó siendo inscrito en Arjonilla, rezando ese como su lugar de nacimiento oficial para siempre. Su madre era la porcunera Casiana Morente Serrano, hermana de algunos alcaldes de Porcuna, prima de un importante general, y que falleció en Granada en 1897, donde había ido a vivir la familia.
El caso es que hablando con mi amigo me pasó una fotografía de una parte de la tumba de la madre, y me dijo que estaría bien que alguien la fotografiara completa. Curioso eso de ir a cementerios a fotografiar tumbas, pero como tenía que visitar precisamente el cementerio de San José de Granada unos días después, aproveché para ponerme en su busca, en una tarea un poco tétrica que sin duda sería mucho más relajada de día que de noche.
Las señas eran muy escasas pero luego se tornarían en suficientes: Casiana Morente Serrano, enterrada en el patio tres del cementerio de Granada.
Lo bueno es que el cementerio de Granada tiene un buscador de tumbas en el que puedes poner el nombre de cualquier difunto y encontrarlo, pero este no fue el caso, por lo que he de decir que funcionar regularcillo.
Lo primero que hice fue preguntar a una de las floristas por el patio tres, pero me dijo que el cementerio no estaba dividido en patios con números, por lo que la cosa era una aguja en un pajar. Por suerte, nada más entrar a una de las alas del cementerio me encontré un mapa que indicaba lo de "patio primero, patio segundo, patio tercero"... lo que desdecía completamente a la florista, pero me venía de perlas.
Total, que nada más entrar en el patio tercero, a mano derecha me la encuentro, ahí, tan lozana todavía, la tumba de mi paisana Casiana Morente Serrano (por los apellidos, seguramente prima segunda, tercera, cuarta o quién sabe de alguno de mis tataratatara lo que sea).
Resulta que es una de las tumbas que se suelen explicar en las visitas guiadas al cementerio, ya sean las diurnas o las nocturnas, teniendo incluso un pequeño panel explicativo con el nombre del autor del monumento.
Bueno, trabajo bien hecho y misión cumplida, la foto ya la tienen un par de cronistas provinciales, y por supuesto, y por qué no, aquí la podéis disfrutar también, quede constancia de ello.
Por Cierto: Me acabo de acordar que no es la primera vez que busco una tumba, pues hace unos años busqué por mi cuenta la de mi bisabuelo Manuel en el cementerio de Porcuna (sabiendo de oídas la zona en la que podía estar), descubriendo con alegría que está justo al lado de la del antiguo cronista Eugenio Molina Ramírez de Aguilera, ambos habiendo fallecido antes de la Guerra Civil, y encontrándose entre las pocas tumbas bajo tierra que todavía quedan (deben ser menos de 50 calculo), cosa que dejo aquí como anécdota familiar. Aquella vez fue por mi gusto, y esta, aunque también fue una especie de encargo, también lo hice con todo el placer.
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