18 agosto, 2024

Manuel Millán Herrador, "el abuelo chino", y familia

Ya casi podría tratarse esto de una serie de artículos familiares sobre antiguos antepasados de los que prácticamente nadie se acordaba (es el tercero que escribo), y sobre los que investigando un poco se encuentra mucha más información de la que podemos pensar, pese a haber fallecido hace mucho. Vamos a ello:

 

Manuel Antonio Florencio Millán Herrador nace el 22 de febrero de 1848 en la calle San Lorenzo de Porcuna, siendo hijo de Francisco Millán Pérez, de profesión mulero, y de Benita Herrador Santiago. Manuel era el abuelo de mi abuelo materno (por tanto, mi tatarabuelo), y fue el segundo de cinco hermanos (Manuela, Manuel, Benita, Benito y Francisco).

Tras una infancia de la que nadie recuerda ya nada, pronto comenzó a trabajar en el campo de jornalero, y también heredó el oficio de mulero de su padre, por lo que era habitual que hiciera portes con sus mulas (podrían ser también caballos o yeguas en algún caso), aprovechando de vez en cuando para llevarle aceite y grano a su hermana Benita que era monja en un convento de Andújar. Para realizar más cómoda y rápidamente esos transportes era común que tomara trochas o veredas.

Uno de los testimonios familiares que he recogido cuenta que participó en la tercera guerra carlista, por lo que es probable que formara parte de la partida de 600 hombres "armados y completamente bien vestidos" que fue reclutada en Porcuna en 1872 por el acaudalado propietario Buenaventura de la Hoz y reunida en la zona de los montes de Pezcolar, participando en una batalla contra el ejército del rey Amadeo I de Saboya en junio de ese año. Al término de la campaña bélica, Manuel, que contaba con 24 años, no volvió a Porcuna temiendo represalias, por lo que acabó escondido viviendo debajo de un puente. Uno de sus hermanos (seguramente Benito) lo encontró allí con barba larga, andrajoso, desarreglado y pasando hambre, y se lo trajo para el pueblo. 

Cuatro años después contrae matrimonio con Soledad Gómez Valenzuela el 14 de agosto de 1876 en Porcuna (probablemente fue en la iglesia del antiguo convento de San Francisco, donde actualmente está el Centro de Salud, que cumplió durante unos años el papel de parroquia sustituta tras el derrumbe ocurrido en la Iglesia de Santa María de la Asunción cuatro años antes). 

El abuelo de su mujer, José Gómez Bautista, había venido a Porcuna desde Cómpeta (Málaga), y era natural de Cádiar, en las Alpujarras granadinas, teniendo antepasados en muchos otros pueblos alpujarreños como Lobras, Bérchules, Ugíjar, Tímar o Jorairátar (algunos incluso documentados en el siglo XVI justo después de su repoblación). El matrimonio tendrá 5 hijos, de los que sobrevivirán sólo dos:

  • Consuelo Millán Gómez (1879-1975, conocida familiarmente como "la Chacha Consuelo" y fallecida un mes antes de cumplir 97 años, aunque ella decía tener incluso más...). Aquí su foto:

  • Francisco Felipe Millán Gómez (1881-1953, mi bisabuelo, conocido como "Papa Frasquito", y con el que se creó el porcunero apodo de "Raspavelas", debido a que en su momento fue monaguillo con el Padre Tarín y tenía la labor de "rapar" las velas). Aquí su foto:


En casa de mi abuelo Manuel Millán Casado, con el que compartía nombre y apellido, estuvo colgada desde siempre en la escalera una foto suya en la que parecía tener unos rasgos algo achinados, por lo que en mi casa siempre se le ha apodado "el abuelo chino", creándose una leyenda familiar que fue la que me empujó a comenzar a investigar mis antepasados. Dado que en la foto vestía algún tipo de traje, lanzo la hipótesis de que lo hubiesen fotografiado cuando fue reclutado para participar en esa batalla durante la guerra carlista. En otro caso, sería muy complicado que existiese una foto tan antigua de alguien sin orígenes familiares nobles.

El 8 de octubre de 1884 va a ser una fecha clave en su vida, al menos porque es la que hoy más se recuerda, y porque por desgracia fue la última para él: unos gitanos vecinos suyos del barrio de San Lorenzo le habían hecho el encargo de acompañarles a una boda (en unos testimonios él iba solo a la boda, en otros llevaba a sus vecinos, o incluso llevaba a los novios a algún lugar), por lo que también aprovechó para llevarle alimentos a su hermana monja. En un momento dado unos amigos de sus vecinos se cruzaron con ellos cuando iban por la zona del Arroyo de la Alamedilla (enfrente del paraje del Almoraide, en el término municipal de Arjona), y se produjo un enfrentamiento (algunas fuentes dicen que venían para robarle el dinero que sabían que llevaba por ir a una boda, o las pertenencias o los animales, y otras que se intentaron subir en los mulos más gente de la cuenta, abusando, y él no lo permitió porque iban muy cargados). En cierto momento uno de ellos le dijo al que se había subido a los animales: "anda, bájate y lo matas...", y aunque se defendió, recibió una puñalada y fue herido de muerte. Poco después se lo encontraron malherido y agonizante, pero aún vivo, pudiendo decir quiénes habían sido sus asesinos antes de fallecer ese mismo día a las 2 de la tarde, a unos tempranos 35 años.

El cuerpo fue trasladado a Arjona, donde al día siguiente fue a testificar su primo Gabino Corpas Millán que ayudó en la redacción del certificado de defunción. Poco después se le realizó la autopsia y fue enterrado en el Panteón de la villa de Arjona (el cementerio actual fue inaugurado ocho años después). El 10 de octubre de 1884 se abrió la causa sobre su posible asesinato...

Para añadir más drama a la tragedia, su hijo Francisco, de 3 años y 1 mes de vida, estaba muy apegado a él, ya que su padre solía acostarle y ponerle la ropa de dormir toda las noches, por lo que se negaba a ir a la cama si no venía su padre y pasó un trauma grande, ya que no entendía que no volviera. Además, para colmo, su mujer Soledad estaba embarazada cuando Manuel murió (por las fechas, es probable que ninguno lo supiera cuando lo mataron), y dio a luz a una niña el 25 de junio de 1885 que falleció año y medio más tarde. Hay que decir que tiempo después quedó constancia de que su mujer Soledad había perdonado a sus asesinos, lo que debió haber servido para reducir sus condenas.

Una de las leyendas familiares más mágicas o esotéricas que existen sobre Manuel Millán Herrador cuenta que unas semanas después de su muerte, una mujer de Arjona vino a Porcuna a hablar con la familia de Manuel porque éste se le llevaba apareciendo varias noches en unas visiones pidiéndole que se le dijeran unas misas en una de las iglesias del pueblo, cosa que por supuesto se hizo, dejando de producirse a partir de ahí dichas visiones. Es curioso que le pasara precisamente a una mujer arjonera, ya que el cuerpo estaba enterrado allí. Este tipo de leyendas son cuestión de creer o no, de tener fe o no, yo la he reflejado tal y como me ha llegado de generación en generación.

Fue hace 21 años cuando empecé a investigar mis antepasados, precisamente para buscar tanto los posibles orígenes "chinos" de Manuel Millán Herrador como la historia de su asesinato, pero no encontré nada en el Archivo Parroquial de Porcuna (la defunción no constaba y es como si se hubiera esfumado, por lo que lo dejé como caso perdido). Este año, tras haber añadido unos cuatro mil antepasados distintos a mi "colección", e incluso haber publicado un libro sobre los apellidos de Porcuna utilizando toda la información recopilada, seguía sin conseguir mi objetivo inicial, así que pensé "¿por qué no intentarlo de nuevo?", y así  retomé mi investigación.

A comienzos de verano pregunté en el Registro Civil de Arjona (una utopía, pues toda la familia era de Porcuna, y además no sabía exactamente la fecha de la muerte, aunque sí que en la partida de nacimiento de su última hija constaba como difunto, y que había muerto en Almoraide, en el término municipal arjonero). Sorprendentemente, la búsqueda tuvo como resultado la partida de defunción, donde constaba que se había abierto una causa por la muerte. Pregunté así al juzgado de Arjona que me envió al de Andújar, del que depende, y allí al Archivo Histórico de Jaén donde están las causas anteriores a 1980, sin que me pudiesen dar el paradero de la causa judicial al no estar informatizado al 100%, más allá de permitirme investigar presencialmente más adelante si quiero intentarlo. También estaría la opción de buscar a la hermana en los conventos de Andújar para confirmar otra parte de la historia, pero eso lo dejaremos para futuras generaciones.

Imagen: Detalle de la partida de defunción de Manuel Millán Herrador, en Arjona, 1884.

A partir de ahí, y en espera de añadir más información si es que la consiguiera, decidí recopilar las versiones de las leyendas familiares que encontrase y combinarlas con la historia oficial para dar lugar a este pequeño y humilde relato para la posteridad, dando desde aquí las gracias a tantos que me han ayudado con sus testimonios (y con los de sus familiares, algunos ya desaparecidos, a través de ellos): Juan Miguel Bueno Montilla por su abuela Consuelo, Rafael Jesús Navas Millán y Celia Castro Millán por mi tía Celia y mi madre Iluminada, Felipe Romero Salas por su padre Felipe, tíos y primos, Diego Millán García por su padre Antonio y hermanos, mis tíos Consue, Mari, Ángel y Francisco, etc...

Respecto al hipotético origen chino o mongol del que en algún caso me habían hablado, no he encontrado nada, pero sí he de decir que curiosamente los "8 apellidos porcuneros" de Manuel, que serían: Millán, Barranco, Pérez, Casado, Herrador, Ramírez, Santiago, Navarro, estaban todos ya en Porcuna el año 1620 en sus ramas, por lo que sus raíces porcuneras son indudables y difícilmente discutibles, aunque quién sabe... La investigación a veces tiene sus sorpresas, incluso décadas después, cuando nadie tiene ya esperanza de encontrar nada.

Ya a modo de curiosidad, he de decir que las ramas familiares con una información más rica o amplia son precisamente las que vienen de mujeres (de su hija Consuelo y su nieta Consuelo, justo ya con herederos que no llevan su apellido Millán), quizá por aquello de que ellas son mucho más comunicativas, siendo una de las principales fuentes de supervivencia para este tipo de historias que con los años parecen leyendas difuminadas que podrían no ser verdad, pero que plasmándolas en artículos como este hacemos que perduren).

Vaya desde aquí un recuerdo por aquel tatarabuelo Millán nuestro de vida azarosa, por todas las tatarabuelas y tatarabuelos nuestros, por todos los que descendéis de ellos...


... Continuará con los añadidos que el tiempo nos permita incorporar...

4 comentarios:

Felipe Romero Salas dijo...

Muchas gracias Javier por tu trabajo sobre Manuel Millán Herrador, nuestro tatarabuelo.

Yo solamente conocía un 10% de lo que cuentas.

Gran trabajo de investigación el que has realizado, con datos sorprendentes como el de la Guerra Carlista.

Anónimo dijo...

Muchas gracias primo,,me ha emocionado leer el relato de nuestro bisabuelo ya que yo pasaba horas pegado a Lala y me contaba hasta la guerra de Cuba y muchas historias que ya no recuerdo, ya que yo solo tenía 6 años. Gracias Javier por darle vida a un relato que nunca he olvidado.

Anónimo dijo...

Muchas gracias Javi por acercarnos la memoria de personas, nuestros abuelos que tanto han marcado nuestras vidas y que siguen siendo modelos de valores que nunca olvidaremos. GRACIAS

Javi dijo...

Muchas Gracias, ha sido un entretenimiento muy agradecido y con buen resultado. Me hace pensar en cuánto no habremos ido perdiendo de la memoria de todos esos antepasados que no son tan lejanos, y de los que poco a poco se va olvidando cada detalle de sus vidas al no quedar constancia escrita de alguna forma (y ya se sabe, lo que no queda plasmado de algún modo, a la larga desaparece, que es más o menos eso que pasa con la gente "normal" que se desvanece mientras los poderosos sí que se esfuerzan y consiguen pervivir, pese a que muchos no lo merecerían más allá del simple hecho del cargo ostentado).

Repetiremos experiencia con algún otro antepasado... Muchas gracias a todos por vuestra colaboración, pues si no, habría sido imposible llegar a tanto.