30 noviembre, 2018

Repetirme, ¿derecho o Alzheimer?

El otro día, pensando durante trece segundos sobre qué podría tratar un próximo post (pensaba en las redes sociales y cómo nos enseñan sólo la parte buena de las personas, su felicidad, sus momentos de alegría durante 5 minutos al día, mientras nos ocultan toda su miseria del resto de 23 horas y 55 minutos del día, en cómo son unos maquiavélicos sesgos que nos muestran una mentira que estamos dispuestos a creernos para pensar en cuán desdichados somos, y paro, porque al final este post no irá de repetirme sino que acabará siendo quizá ese próximo post del que hablaba..., eso sí, utilizaré parte de lo escrito, claro, y para no emborronar aquí, comienzo de nuevo):

El otro día, pensando durante trece segundos sobre qué podría tratar un próximo post (y resulta que el otro día es justo ahora cuando escribo, así que no tiene sentido alguno mentir a mis propios lectores o potenciales lectores, o incluso a la nada si es que nadie llega a leerlo, no, es hacerse trampas al solitario intentando aparentar justo lo que uno no es, pues qué más da que justo ahora me haya puesto a escribirlo, y sí, lo sé, empezaré de nuevo con la verdad, y aunque no era la idea de este post, el ir repitiendo en cada párrafo el mismo comienzo, pues parece que hasta va a quedar chulo, y premeditado...):

Hoy, pensando durante trece segundos sobre qué podría tratar un próximo post (mmm... pues espérate, porque hoy es 18 de octubre y son las 9 y cuarto de la noche, y obviamente ya tengo un post preparado que se publica mañana, así que esto que ahora escribo, realmente no debería ir en presente, pues se publicará, quizá en noviembre, puede que en diciembre... a saber, y ¿no sería también mentir ese decir "hoy, pensando..."?, creo que sí, así que definitivamente lo voy a escribir en pasado, ahora sí debería fluir como es debido):



El otro día, pensando durante trece segundos y este medio post que llevo ya escrito, sobre qué podría tratar un próximo post, me di cuenta de que algo me decía que ya había hablado de eso, que quizá ya este blog tenía una entrada sobre lo mismo, y que al final no iba a ser más que una repetición, quizá incluso más torpe que aquella primera vez. Pensando, creo que van más de 1000 posts, y seguramente muchísimas más ideas de posts, esas que te asaltan en la calle o conduciendo (que ahí es más difícil recordar luego), y por tanto es normal que a veces incluso no sepa si una idea llegó a acabar en post o no. De hecho la misma escritura de uno, al final es muy similar en cierto sentido, y parece repetitiva, pues habla el mismo escribano, y todo resulta un poco difuso en la memoria, así que sí, probablemente podría decir que va llegándome la hora del "Alzheimer del bloguero", que ya no recuerda bien de qué ha hablado y comienza a repetirse.

Pero... ¿y si simplemente repetirme fuese un derecho, y no una enfermedad? Podría ser, de hecho recuerdo que hace tiempo hablé de la posibilidad de repetir un post, por qué no, y me dije a mí mismo justo eso: adelante, por qué no, así que sí, si alguna vez veis un post muuuy similar a otro (y no me refiero a los "eliges", que por lógica lo son, machaconamente repetidos como cualquier colección, pero cada uno con su matiz propio), no temáis que me llegó ese síndrome bloguero, no, simplemente tomadlo como una licencia del autor y disfrutadlo también. Así, una vez divagado lo veo claro, que ese repetirme será por supuesto, y como todo lo que haya en esta botella: mi derecho.

No hay comentarios: